Los trabajadores de Alcoa prendieron fuego a las barricadas a primera hora de este viernes en los alrededores de la fábrica. Fue mientras debatían con el comité de empresa sobre el calendario de movilizaciones con el que intentarán paralizar el cierre de la planta. “Vamos a continuar con protestas en la factoría y en la comarca”, afirmó tras la asamblea el presidente del comité, José Antonio Zan, de Comisións Obreiras, “y veremos qué pasa”.
La CIG, otro de los sindicatos del órgano, ya ha instado al Gobierno central a derogar la reforma laboral y a aprobar una tarifa industrial para evitar los despidos en la factoría de A Mariña. Además, según explicó su secretario general Paulo Carril, reclama la “intervención” de la compañía, en línea con lo que han pedido los partidos de la oposición gallega, y su “retorno al sector público”.
El responsable de Comisións en Galicia, Ramón Sarmiento, se manifestó en términos análogos y avisó al Gobierno de que “por una hay que tomar en serio la intervención pública y contundente de Alcoa”. La central es mayoritaria en el comité de empresa de la factoría de A Mariña. “Si este país quiere ser creible, en el contexto de un pacto por la recuperación social y económica, debe incorporar el elemento estratégico que representa la industria”, añadió, “lo que justifica una intervención pública además totalmente viable”.
La intención de la empresa de echar a más de 500 trabajadores de la planta de aluminio los ha llevado a las protestas. La dirección de la compañía ha asegurado que abre un “período informal de consultas” de tres semanas y, después, una negociación formal.
El complejo industrial de San Cibrao está compuesto por una planta de aluminio y una planta de alúmina, que emplean a 633 y 510 personas respectivamente. La reestructuración prevista en la planta de aluminio prevé operar “solo una parte de la fundición”. Con todo, la compañía asegura que la producción de la planta de alúmina “no se verá afectada por este periodo informal de consultas”.