Feijóo lleva cuatro años sin entregar a Rajoy el título de embajador del Camino que ya recogieron los otros tres galardonados

Hace ahora cuatro años el Gobierno gallego aprobaba, en su última reunión de 2014 presidida por Feijóo, un decreto por el que otorgaba el título de Embajador de Honor del Camino de Santiago a Mariano Rajoy. Él fue el tercero en recibir esa distinción creada un año antes que ya le había sido otorgada al entonces príncipe Felipe y al seleccionador Vicente del Bosque y que posteriormente también recibiría el Rey emérito Juan Carlos. Todos ellos recogieron ya su galardón simbólico en Santiago excepto Rajoy, que cuatro años después sigue esperando por él, según la Xunta por problemas de agenda para fijar el acto fuera de los varios períodos electorales que se han sucedido desde que se le otorgó el título.

El título de Embajador del Camino fue creado por la Xunta en octubre de 2013 a través de un decreto que establece que la única limitación del Gobierno gallego para otorgárselo a cualquier persona o institución es la de que en toda su historia sólo podrán darse un total de ocho, tantos como rutas de peregrinación oficiales hay a Santiago. El galardón se vino a sumar a la lista de distinciones que otorga la Xunta, desde la más elevada que suponen las Medallas de Galicia, pasando por las Medallas Castelao a la obra artística o intelectual de personalidades gallegas, hasta las ahora hace tiempo olvidadas medallas al mérito turístico, que en parte comparten con el título de Embajador del Camino un objetivo de promoción turística de Galicia replicado también con la creación, hace dos años, de la figura del Comendador de la Gastronomía de Galicia. Unas distinciones en las que las mujeres son minoría, al igual que ocurre con la de Embajador del Camino de tan reciente creación y en la que los cuatro premiados hasta ahora, de los ocho galardones que pueden otorgarse, son sólo hombres.

A los dos meses de crearse el nuevo galardón, el Gobierno gallego lo otorgaba por primera vez en diciembre de 2013 al entonces príncipe Felipe, que lo recogería dos años después, en octubre de 2015, siendo ya rey. El segundo galardón se lo otorgó la Xunta al seleccionador de fútbol Vicente del Bosque en junio de 2014, justo al comenzar el Mundial de Brasil, y la entrega se produjo en octubre de 2016. Dos meses después de otorgar esa segunda distinción, en agosto de 2014, tras la reunión en Santiago de la canciller alemana Angela Merkel con Mariano Rajoy, y a pesar de las protestas sociales que suscitó aquel encuentro, Feijóo avanzó su intención de dar al presidente del Gobierno el tercer título de Embajador del Camino, algo que no se concretaría hasta la última reunión de la Xunta de aquel año.

Cuatro años después, Rajoy aún no ha recogido el galardón. Según la Xunta, por problemas de agenda para ajustar el acto en fechas que no pudieran dar pie a interpretarlo como electoralista. Porque tras el acuerdo con el que se otorgó la distinción en diciembre de 2014 hubo que entregar primero los galardones de los dos distinguidos previamente, el príncipe Felipe y Del Bosque, y después se sucedieron las elecciones generales de diciembre de 2015, las posteriores dificultades para formar gobierno y los nuevos comicios generales de junio de 2016, seguidos en septiembre de ese año por las autonómicas gallegas.

Sin embargo, tampoco hubo suerte para Rajoy en 2017, antes de que comenzase la crisis del caso Gürtel para el PP en 2018 con la posterior moción de censura que lo alejó del Gobierno. Sin entregar aún ese tercer título de Embajador del Camino, la Xunta otorgó el cuarto, y hasta ahora último, al Rei emérito Juan Carlos en noviembre de 2017. Residente buena parte del año en Sanxenxo (Pontevedra), el monarca fue el que menos tiempo tardó en recoger el título, en marzo de 2018. Lo hizo en un acto en el Hostal de los Reyes Católicos del que la Xunta divulgó a través de su web de transparencia que supuso un pago de algo más de 1.400 euros a ese establecimiento de Paradores por el espacio y un cóctel. Una concha de plata y un “pergamino artístico” son los otros costes principales de una distinción de la que no deriva “derecho administrativo o económico ninguno” pero por la que Rajoy, ahora sin deberes públicos y asiduo visitante de Pontevedra y Sanxenxo, donde se dejó ver los últimos días, sigue esperando cuatro años después.