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La principal prueba ciclista de Galicia da la espalda al equipo de Israel

Banderas palestinas en protesta contra el genocidio israelí durante la entrega de trofeos de la última etapa de O Gran Camiño, el pasado marzo en Santiago de Compostela

Luís Pardo

17 de septiembre de 2025 22:15 h

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Seis meses antes de que las protestas contra el genocidio de Gaza cortasen etapas e incluso impidiesen el final de la Vuelta Ciclista a España, otra competición sobre dos ruedas vio su recorrido acompañado por las movilizaciones contra la presencia del equipo israelí. Se trataba de O Gran Camiño, la única carrera profesional por etapas en territorio gallego, en la que se coronó como ganador el canadiense Derek Gee, corredor del Israel-Premier Tech. Una situación que, casi con toda seguridad, no se repetirá el año que viene. “Si el reglamento lo permite”, la organización de la prueba no invitará al equipo propietario del millonario sionista Sylvan Adams. Si la UCI impone su participación, dos de los principales patrocinadores —las diputaciones de A Coruña y Lugo, gobernadas por un bipartito PSOE-BNG— retirarán su financiación.

“No están los tiempos para pensar en lo deportivo, sino para pensar, por encima de todo, en el escenario en el que estamos”. Ezequiel Mosquera, el director de O Gran Camiño, prueba que organiza a través de su empresa Emesports, atiende por teléfono a elDiario.es. El exciclista coruñés cree que el carácter de la carrera y su nivel, varias categorías por debajo del World Tour en el que se mueven La Vuelta, el Tour o el Giro, les da una libertad a la hora de elegir los participantes con la que no cuentan las tres grandes rondas.

“No contemplamos invitarlos para los años sucesivos”, asegura Mosquera, quien dice desconocer cuál será “el futuro” de ese equipo con organizaciones que, como ellos, no tengan la obligación de aceptarlos. “En World Tour gozan del beneplácito de contar con los mejores corredores del mundo, pero al mismo tiempos están más presos de esa normativa” que marca la Unión Ciclista Internacional (UCI), siguiendo los criterios del Comité Olímpico Internacional, el que decidió dejar fuera de las competeciones a equipos rusos como el Gazprom.

Israel Premier-Tech está en el World Tour “porque es uno de los mejores equipos del mundo y la normativa está escrita asi”. Una muestra es lo sucedido en La Vuelta. “Seguramente, lo más fácil hubiese sido que el equipo renunciase a seguir. No lo hicieron, entiendo que por órdenes de quien paga, y La Vuelta, con el reglamento en la mano, no tiene potestad para expulsarlos de la carrera”, explica.

La vuelta profesional a Galicia

O Gran Camiño nació en 2022 con el objetivo de recuperar una competición profesional para la comunidad, dos décadas después de que la Volta a Galicia perdiese esa categoría. Se presenta como La ruta histórica y cada una de sus ediciones está vinculada a distintas etapas del Camino de Santiago, lo que le ha permitido cruzar las fronteras autonómicas —e, incluso, estatales— para llegar a Portugal. Sus principales patrocinadores son la Xunta y las cuatro diputaciones provinciales. Portavoces de dos de ellas, las de A Coruña y Lugo —las únicas que no están en manos del PP—, han trasladado a elDiario.es que retirarán su apoyo si el equipo israelí compite, aunque confían en que esa situación no llegue a darse. “Entendemos que empresa organizadora lo solucionará”, aseguró un representante del ente provincial coruñés.

En números, la edición de este año de la ronda gallega alcanzó seis millones de espectadores a través de Eurosport y TVG —donde fue líder de audiencia—, generó 290.000 visitas a su web oficial y casi 24 millones de interacciones en redes. Participaron en ella 700 personas y 230 vehículos, además de un avión, un helicóptero y 50 camiones. Mosquera y su equipo destacan con orgullo las felicitaciones constantes por una organización que debe luchar con dos condicionantes a la hora de buscar equipos: las fechas y el escaso reparto de puntos para los participantes por encontrarse en categoría Punto 1. Por eso, las dos peticiones que han elevado a la UCI son trasladar las fechas a finales de abril, para huir del tempestuoso invierno gallego, y ascender una categoría, a la llamada Punto Pro.

Pese a esos inconvenientes, el nivel de los participantes —entre los que Israel-Premier Tech había sido siempre un fijo—, se entiende simplemente echando un vistazo a los sucesivos podios. La primera edición se la llevó un campeón del mundo como Alejandro Valverde. Las dos siguientes —2023 y 2024—, el flamante ganador de la Vuelta a España, Jonas Vingegaard. La última, celebrada entre finales de febrero y principios de marzo, fue para la estrella del Premier Tech Derek Gee, quien dos meses después se proclamaba cuarto en el Giro de Italia. 

Gee sí podría estar el próximo año en O Gran Camiño. El pasado 25 de agosto, el tercer día de carrera en La Vuelta, el canadiense emitía un comunicado para explicar su ausencia de la ronda española: había roto su contrato con Israel-Premier Tech. Una decisión que, según publicó en la red social X, tomó “después de cuidadosas consideraciones y por razones legítimas. Ciertos asuntos simplemente hicieron insostenible mi continuidad en el equipo”. No hubo una mención explícita, pero en el pelotón se entendió como un portazo al sportwashing del genocidio. El conjunto israelí no se lo tomó bien y ha dejado la ruptura en manos de sus abogados.

Mosquera, que no puede evitar pensar cómo se habría sentido él compitiendo en esta Vuelta a España, asegura que su negativa a contar con Premier Tech no es “ni por los corredores ni por los directores, que son gente del ciclismo de toda la vida, sino por el contexto actual, que no ayuda en nada, si no más bien al contrario”.

“Con el reglamento en la mano, pienso que nos podemos librar”, considera el antiguo escalador, que ya vivió en la última edición de O Gran Camiño un adelanto de lo que pasaría en La Vuelta. “Hubo manifestaciones, pero no podemos decir que no se respetase la carrera: las protestas eran contra el equipo pero no contra la prueba, así que no tenemos nada que reprocharles”. Y como si llegase a la meta, añade una última reflexión: “Es cierto que era un escenario diferente, nunca llegaron hasta ese punto [el de interrumpir las etapas], pero es que la situación de la guerra tampoco había llegado nunca hasta el punto en el que estamos”.

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