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Rueda, abierto a expropiaciones forzosas de los terrenos en los que proyecta instalarse Altri si los vecinos no venden

Rueda charla durante la reunión del Consello con la vicepresidenta segunda, Ángeles Vázquez.

Beatriz Muñoz

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El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, no descarta que haya que recurrir a expropiaciones forzosas de los terrenos en los que Greenfiber -participada por Altri y Manuel García, el dueño de Greenalia- proyecta instalar una macroplanta de celulosa. Hay fincas afectadas por la factoría y las infraestructuras asociadas en cuatro municipios: Melide y Santiso, en A Coruña; Palas de Rei, en Lugo; y Agolada, en Pontevedra. “No sería la primera vez que hubiese que acudir a otros procedimientos”, dijo, aunque “la primera obligación es llegar a acuerdos voluntarios”.

En la primera reunión de la gira que está llevando a representantes de Altri por la comarca en la que se quiere levantar la planta se encontraron con que los vecinos propietarios de los terrenos señalaron que no han vendido nada y que tampoco tienen información sobre los detalles de cómo sería esa operación. También afrontaron el rechazo de vecinos preocupados por el impacto en el territorio y en sus propias explotaciones. Los responsables de la empresa admitieron que no hay acuerdos cerrados porque el propio proyecto sigue en el aire. Para Rueda esta situación se da porque “es pronto” aún porque el proceso acaba de empezar.

“Desconozco cómo se va a ser la compra de los terrenos, si hay voluntariedad; no conozco el proyecto con tanto detalle”, manifestó el presidente de la Xunta, que está siendo un firme defensor de la nueva planta de celulosa en suelo gallego y que insiste en atribuir el rechazo al “desconocimiento”. “No me gustan las reacciones en contra sin conocer todos los detalles porque ocultan siempre otros intereses”, añadió en su comparecencia ante la prensa tras la reunión semanal de su equipo de gobierno.

Ese argumento, el de que la crítica al proyecto nace de no conocerlo a fondo, lo ha repetido en las últimas semanas. Este jueves volvió a decir que hay que tener “una actitud pedagógica con la gente que vive allí” sobre el impacto de la factoría, que aunque se presenta como una fábrica de fibra textil sostenible, según su propio plan, lo que va a producir mayoritariamente es celulosa soluble.

Rueda insiste en que la normativa se va a “respetar mucho” y que el Gobierno gallego no va a autoriza “algo que no cumpla estrictamente los requisitos medioambientales, ecológicos y técnicos”. “No podemos dejar pasar esta oportunidad que otros aprovecharán”, aseguró.

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