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Tony Lomba, el 'crooner' que auguró el auge ultra, vuelve a casa por Navidad: 'España, España, bandera, bandera'

Tony Lomba impone sus manos a Primitivo (Manuel Manquiña) en 'Rey Gitano', la película de Juanma Bajo Ulloa

Luís Pardo

16 de diciembre de 2023 22:21 h

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En Galicia, además de la familia y los turrones –y Abel Caballero, claro– hay dos tipos que regresan sin falta, cada Navidad, desde hace un cuarto de siglo. Son Tony Lomba & Elio dos Santos, nombres de guerra de Germán Fandiño y Eladio Santos. Durante 11 meses al año, Fandiño –autoproclamado Monarca de la Música Ligera– se centra sobre todo en su faceta de crooner mientras su socio lidera Eladio y los Seres Queridos, su elegante banda de indie pop. Pero cuando las luces vuelven a deslumbrar –especialmente en su ciudad, Vigo– funcionan como una bat señal que activa sus identidades (nada) secretas. Tras actuar el día 1 en Santiago, cerrarán 2023 con la tradicional doble cita en casa, en La Fábrica de Chocolate (29 y 30 de diciembre). Y aunque su directo, marcado por la improvisación es salvaje e imprevisible, hay una canción que, desde hace años, saben que no puede faltar: España, España, bandera, bandera.

“¡Me la piden hasta en mis conciertos de crooner!”, cuenta por teléfono Fandiño, un torrente de energía a sus 58 años, mientras evoca el nacimiento de la pieza, inspirada en los primeros exabruptos de una caverna aún incipiente. Fue un verano, seguramente el de 2007 –no puede asegurarlo–, cuando le dijo a Elio: “Dame unos acordes, algo rollo Georgie Dann, y a ver qué pasa'”. Sobre esa base, él se dejó llevar, siguiendo esa fórmula de improvisación marca de la casa. El resto es historia. “Claro, cuando te sale algo tan cachondo y echando por fuera, te enciendes y, vamos, ¡las barbaridades que acabas diciendo!”.

Esa primera versión de la letra, que no fue la definitiva, incluía otras premoniciones: antes de que la derecha impusiese el lema de que “todo es terrorismo”, él rememora una frase, dirigida a supuestos oyentes de izquierdas, en las que les decía “que todos eran familiares de ETA”. “Espera”, se interrumpe a sí mismo, “creo que ésa la acabé haciendo para Rey Gitano, porque era la que quería Juanma Bajo Ulloa”. Su memoria duda, pero las pruebas audiovisuales demuestran que no se equivoca:

El camaleónico Lomba y su hit fueron, precisamente, los principales protagonistas de la presentación de Rey Gitano en el Festival de San Sebastián de 2013, cuando el director de Airbag anunció su vuelta al cine. Disfrazado como Juan Carlos I –al que aún le faltaba unos meses para abdicar–, y tras saludar al público con un “Vascongadas, ¡vuestro rey está aquí!”, interpretó la canción desde la terraza del Hotel María Cristina. Como tantas veces sucede con los que la escuchan por primera vez, los asistentes no acababan de saber si aquello iba en serio o en broma.

Hoy, sin embargo, cree que las cosas son muy distintas y el auge de la ultraderecha ha convertido sus performances en algo más peligroso. No teme al público avisado, pero está seguro de que si cantan España, España... en un concierto gratuito o en un festival “habría problemas, se genera bronca porque esa peña no tiene ni idea de lo que es la ironía gallega”, la famosa retranca. “Incluso en las bodas siempre está el familiar al que le sienta mal la bebida, se pone bravo y tiene que dar la nota”.

“El monstruo está ahí y sigue vivo”

Empezó a preocuparse en serio cuando pusieron su canción en El Intermedio. “Me levanté al día siguiente y vi el facebook: junto a 300 comentarios de colegas había otros 300 de peña facha, del sector muy duro, con amenazas: que iban a subir a reventarme las piernas, que no sé qué no sé cuánto...”. Ahí fue donde detectó el giro de la sociedad.

“Ahora es una canción muy problemática de hacer, aunque nos la piden mucho. Seguramente, no tardaremos en bajar a Madrid a dar un concierto, que nos reclaman y llevamos tiempo sin ir, pero nos podemos encontrar una situación muy violenta”. Recuerda varios viajes a la capital con sus hijos, todavía pequeños, en los que sintió “pánico” ante la posibilidad “de que los nazis me reconociesen en el metro y me diesen una paliza con ellos delante”.

“Vox está donde está por lo que es, porque hay mucho facha y hay mucha gente que tenía que cerrar el pico desde que saltó la liberación del yugo franquista, pero sigue ahí”. El torrente dialéctico de Lomba comienza a encadenar adjetivos: “Ahora, la gente extremista, fachorra, pija y borracha, borde e irrespetuosa está a pie de calle; ya no es el cabeza rapada, el facha delincuente: ahora está el ciudadano de extrema derecha de a pie, la gente que pide camisetas de Milei en los grupos de whatsapp... No se esconden y ya no es lo mismo. Todo esto, lo que nos lleva a pensar es que, al final, el monstruo que denunciábamos está ahí y sigue vivo”.

Y él, ¿cómo se siente ante ese discurso que parodia? “Yo soy europeo, español, gallego, vigués, (del barrio) de As Travesas... ¿cómo voy a decir yo que no soy español?”. Admite que tiene unos “grandes enfrentamientos y discusiones políticas” con Eladio. “Él es nacionalista; yo, nada”. “Date un viaje, que lo que te falta es viajar”, dice, parafraseando el tópico, para concluir: “Yo no voy a decir que aquí tengamos la mejor carne o el mejor pescado... bueno, eso sí, pero no voy a decir que el arroz gallego es mejor que el arroz valenciano. Por Galicia mato o muero, pero paso de rollos rancios: si estamos tres gallegos y dos de Sevilla, vamos a buscar el idioma en el que nos podamos entender todos”.

Quizá por eso, en todos estos años de carrera en los que cantaron incluso en un inglés inventado –el wachu wachu que era seña de identidad de su anterior banda, Los Tres Sudamaricones–, no habían incorporado ningún tema en gallego... hasta ahora. Cada cita navideña trae un estreno y el de este año será en la lengua de Rosalía. Hay otro que casi lo será, “un tema muy antiguo, uno de los primeros, y que nunca hicimos en directo”. Formarán parte de un repertorio en el que pueden estar Vaya tío –dedicada a Abel Caballero–, Hoy es un día especial o Me la meto toda. La que seguro que no faltará es España, España... Como bien dice la letra, su público se merece “un respetito”.

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