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La española que podría desbancar a Google Imágenes (o vender su empresa al gigante)

Sira Pérez de la Coba pasó mucho tiempo trabajando en cuestiones de seguridad y defensa

Lucía El Asri

De pequeña, Sira Pérez de la Coba soñaba con ser científica. Quería inventar algo útil, seguir los pasos de genios como Tesla o Edison que se fueron de este este mundo dejando un legado. Su pasión por la ciencia y la tecnología es el germen de una próspera carrera que acaba de alcanzar otro hito: esta emprendedora ha recibido una financiación por encima del millón de euros (1,3 millones de dólares) para seguir trabajando en un buscador, Shazura, que podría plantar cara a Google Imágenes.

Antes, Pérez de la Coba se formó como ingeniera de telecomunicaciones en la Universidad Politécnica de Madrid. El último año de carrera (2002) lo cursó en el Instituto de Tecnología de Illinois (Chicago, Estados Unidos), mientras completaba un máster para especializarse en visión artíficial. Aquello alimentó su capacidad para pensar en imágenes, una de sus mayores cualidades. “Me acuerdo de todo visualmente”, explica a HojaDeRouter.com.

Como tantos estudiantes de ingeniería, la española quería desarrollar algo que fuera utilizado por millones de personas. Por eso, como proyecto final de su posgrado, diseñó un algoritmo para comprimir imágenes JPG que se convertiría en una pieza clave para su futuro. De hecho, su tutor le recomendó patentarlo. También le ofrecieron hacer un doctorado, pero prefirió volver a España para poner en práctica todo lo que había aprendido.

A su vuelta, en 2006, Sira comenzó a trabajar en multinacionales de base tecnológica, concretamente en proyectos militares, de seguridad y defensa. Programaba algoritmos de cifrado para los cazas F18 o desarrollaba sistemas biométricos para identificar personas en las fronteras. Algunos se basaban en aquel algoritmo que creó durante sus estudios, como el mecanismo que creó para detectar documentación falsa en las aduanas. Después de casi una década de trabajo había comprendido que los sistemas de reconocimiento de imágenes, tal y como estaban planteados, no eran realmente efectivos.

Hasta ese momento, la mayoría de las máquinas que detectaban documentos falsos se basaban en el entrenamiento. “Eso significaba que había que dejar pasar a muchas personas con documentos falsos antes de que el sistema funcionara”, por lo que siempre iba con retraso, tardaba mucho en responder y su presición no era óptima. Sira planteó un enfoque nuevo para resolver el problema y aportó la solución que hoy usan la Policía Nacional y la Guardia Civil en España, Según nos cuenta, también ha llegado a Portugal y en algunos lugares de Asia se está empezando a utilizar en el sector privado.

Fue entonces, allá por 2011, cuando decidió que quería trabajar por su cuenta, convertirse en emprendedora y aplicar sus soluciones tecnológicas y visuales a otros sectores, más allá del ámbito policial. Poco después se adentró en el mundo de la moda (“porque es uno de los más fuertes en España”) y fundó Shot & Shop, después de fotografiar unos zapatos verdes que le llamaron la atención y de intentar buscarlos sin éxito. “Cuando metí en Google su foto me salían caras de asiáticos, y si escribía 'zapato verde' no me aparecía ese zapato, con ese cuero, con ese tacón y con ese verde”.

Sira quería hacer con las imágenes lo que Google había conseguido con las palabras. Pretendía crear un buscador capaz de entender la enorme cantidad de fotos que diariamente se suben a internet y de buscar otras iguales o similares.

Su padre, también empresario, le dijo que no tendría empresa hasta que no tuviera un pedido con contrato. Se lo tomó al pie de la letra. A partir de ese momento, Sira fue llamando puerta a puerta en busca de clientes, empresas que pudieran estar interesadas en usar sus algoritmos para mejorar su tienda 'online'. Para convencerles, les contaba que cualquiera podría tomar una fotografía de algo que le gustase, subirla a la página, encontrarlo y comprarlo en la web del establecimiento.

Algunos mostraron interés por la idea - El Corte Inglés, por ejemplo, aunque pensaba desarrollarla por su cuenta -, pero otros no llegaban a entender el concepto. Para explicarlo, Pérez de la Coba decidió desarrollar un ejemplo, algo así como un escaparate, que le permitiera mostrar los usos de la tecnología que había creado. Así nació la compañía Shot & Shop. Entre sus clientes, por supuesto, se acabaría contando El Corte Inglés, “que me había dicho tres años antes que lo iba a hacer por sí mismo”, recuerda Sira.

El siguiente paso natural era aplicar los algoritmos a cualquier otro sector, puesto que “pueden reconocer también animales, coches, plantas, paisajes...” Serían la base de Shazura, la 'startup' que fundó para desarrollar un buscador global generalista. Entre otras cosas, la tencología de esta firma podría servir para localizar ese paisaje que hemos visto en un cuadro, saber en qué restaurante cocinan el apetitoso plato que nos sorprendió en una revista o localizar un animal perdido. “Se puede aplicar a cualquier cosa”, sentencia Sira.

La emprendedora afirma que Google y otras multinacionales basan su tecnología en mecanismos de entrenamiento, como sucedía con la detección de documentos falsos en las aduanas. Para saber que en una foto aparece una silla, por ejemplo, estos sistemas necesitan estudiar primeramente muchas fotos con muchos tipos de sillas, vistas desde muchos ángulos. Después, como la mayor parte de las tecnologías se basan en la comprensión semántica, “convierten las cosas en algo parecido a las palabras”.

Sira cree que algunos elementos no siempre se pueden clasificar en una categoría concreta, como un dibujo abstracto. Es más, si en el futuro se crea un modelo de silla completamente distinto a los que conocemos, el sistema de Google no será capaz de distinguir que está viendo una silla hasta que se haya entrenado.

Sin embargo, la creación de esta emprendedora funciona transformando los vídeos y las fotos en números que luego puede comparar con millones de otros vídeos y fotos, sin utilizar nada de texto. Por eso, asegura, su tecnología sí que está preparada para reconocer lo que ya existe y las cosas que se creen en el futuro. “Es como si un marciano aterriza aquí y no sabe lo que es una silla o un coche pero los distingue”, explica, o como un bebé que tiene comprensión visual antes de desarrollar la comprensión semántica.

A primera vista, un claro competidor de Google Imágenes, aunque a Pérez de la Coba le gusta marcar las diferencias. Ella prefiere verlo como un pequeño elemento dentro de un gran universo, como la pieza del motor de un coche. “Ya existen muchos coches, pero esta pieza hace que conduzcan mejor, más rápido, con menos gasto”. Sira no tiene reparos en reconocer lo obvio: si poner la pieza a disposición de todo el mundo significa que se la tiene que ofrecer “a un Google o un Facebook, pues eso haremos porque mi sueño es que se utilice en todo el mundo”.

De momento, la financiación que ha conseguido servirá para seguir creciendo. Ahora mismo cuenta con un prototipo que funciona, pero necesita aumentar su capacidad. Eso depende muy directamente de las imágenes que pueda conseguir. Ahora mismo, con dos servidores, obtiene de internet un millón y medio de fotos cada día. La intención es que sean cientos de millones ampliando el espacio de almacenamiento. En su equipo trabajan diez personas que, a partir de septiembre, se mudarán con Pérez de la Coba a Silicon Valley.

Cuatro años después de iniciar su carrera en solitario y poco antes de cruzar el charco, Sira ya está pensando en qué será lo siguiente. Mejorar el buscador y tal vez sacar la compañía a bolsa, “aunque otra opción es que otra empresa nos compre antes” (quizá, de hecho, más factible). Para después tiene muchas otras ideas tecnológicas, pero todas convergen en el mismo punto: deben resolver algún problema de la mano de la visión artificial.

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Las imágenes utilizadas en este artículo son propiedad, por orden de aparición, de Sira Pérez de la Coba

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