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El índice de la infelicidad: ¿nos sentimos tan desdichados como dice Google?

Las búsquedas en Google está relacionadas con nuestras preocupaciones

Lucía Caballero

¿Cuál ha sido tu primera búsqueda del 2015 en Google? ¿Gimnasio? ¿Dieta? ¿Depresión posvacacional? Las palabras y frases que introducimos en el recuadro del buscador dicen mucho de nosotros. No obstante, el gigante de Mountain View no lo oculta: puedes encontrar la frecuencia con la que se ha hecho cualquier pesquisa y su evolución en el tiempo en su sección de tendencias. ¿Es acertado utilizar estos datos para sacar conclusiones sobre lo que le pasa a la población?

“Las personas consultan los temas en la medida en que les preocupa”, asegura a HojaDeRouter.com A.J.E., investigador y profesor de psicología de la Universidad de Barcelona (UB). Y si algo les preocupa “es que les está pasando a ellos o a alguien cercano”, continúa. En opinión de A.J.E., “esta información es buena para hacernos una idea de la situación”.

Si queremos averiguar de forma aproximada la época del año en la que somos más proclives a sentirnos decaídos, podemos crear algo parecido a un ‘índice de la infelicidad de Google’ y representar sus cambios en España durante los meses del 2014. El indicador engloba las búsquedas de los términos “depresión”, “ansiedad”, “fatiga” y “estrés”.

En el gráfico se ve cuál es el síntoma que se lleva la palma en cuanto a búsquedas se refiere: la ansiedad. El número de veces que queremos saber algo relacionado con ella (representado en color rojo) es superior al de los otros conceptos en cualquier momento del año. Si consideramos la suma de todos ellos, el 88% de las pesquisas corresponderían a ansiedad. El estrés nos preocupa bastante menos.

La ansiedad es en realidad miedo, como indica A.J.E., y “no sigue ningún patrón ni evolución anual”: depende principalmente de la personalidad y de los acontecimientos que experimenta cada persona. “Hay personalidades ya de por sí ansiosas”, señala el psicólogo, y además “varía en función de cómo le va la vida a uno”.

Notamos más fatiga en primavera, entre mediados de abril y mitad de mayo. En esa misma época, el estrés, la ansiedad y la depresión no parecen afectarnos demasiado, pero aumentan ligeramente en la primera quincena de marzo. Ambas situaciones se deben, previsiblemente, al cambio de estación (el invierno del 2014 terminó el 20 de marzo). El paso de una estación a otra “descompensa el estado de ánimo”, apunta el experto en psicología.

El papel de la serotonina

Aunque la depresión también depende de lo que sucede en la vida de cada uno, sí tiene un cierto ritmo natural; una variación a lo largo del año y durante las 24 horas del día. “Existe una mayor tendencia a la aparición de depresión en otoño y en invierno, mientras que en primavera y en verano aumentan el bienestar y la alegría”, afirma el profesor. Todo tiene una causa científica: “lo asociamos con la cantidad de luz, que regula la melatonina, un neurotransmisor del cerebro”. Sin embargo, no a todo el mundo le influye igual. “Hay personas que lo notan mucho y otras que no lo notan nada, pero no deja de ser una tendencia”, puntualiza A.J.E.

Durante las vacaciones de verano, “las personas consultarán menos porque las vida les va mejor, están más contentas y hay más luz”. Además, durante el tiempo libre “descansamos de las situaciones de estrés. Para algunos es el momento de viajar y esto les subirá el estado de ánimo”, dice el experto de la UB.

Aunque en el período estival las búsquedas de tristeza y depresión escasean en general, tanto estas consultas como las de ansiedad, sobre todo, crecen durante ciertas fechas. Esta última nos afecta a finales de julio para alcanzar su máximo entre mediados y los últimos días de agosto, cuando también aumentan las pesquisas de los otros tres parámetros.

“Las vacaciones pueden provocar efectos contradictorios sobre las emociones y el estado de ánimo”, admite el psicólogo. A mitad de verano, nos sentimos muy desdichados (o eso refleja Google). Quizá sea porque una parte importante de la población no se ha ido de vacaciones durante estas fechas, o ya ha vuelto.

Según la última encuesta de movimientos turísticos de los españoles, Familitur, los viajes de residentes en España han descendido un 4,6% respecto a 2013 (nos hemos quedado más en casa). Por otro lado, como apunta A.J.E., “en estos casos lo más lógico es lo más probable”: cuando volvemos a la rutina después de unos días de desconexión “hay que enfrentarse otra vez con la realidad del trabajo y se hace aún más duro si lo que haces no te gusta o está mal pagado”.

Desde septiembre a noviembre hay subidas y bajadas alternativas de todas las búsquedas, aunque poco importantes, con un descenso más intenso durante la primera quincena de noviembre. Le sigue un rápido incremento del malestar hasta el día 22 de ese mismo mes. Después, todo comienza a ir como la seda: la tristeza, el estrés y sobre todo la ansiedad descienden (las vacaciones de diciembre se aproximan) y alcanzan el mínimo en Navidad. A partir del 27, empiezan a crecer nuestros males de nuevo. ¿Acaso nos pone tristes que se acabe el año?

“Las vacaciones de Navidad son un poco especiales”, opina A.J.E. La razón de esta singularidad es la convivencia familiar que suele implicar estas fechas y que no se da en Semana Santa ni en verano. La experiencia de relacionarse con los seres queridos (o no tan queridos) no resulta igual de placentera para todos: “para unos es un tiempo de descanso y gratificación; para otros, una fuente de estrés”, asegura el investigador. Por esta razón, “empiezan a aparecer pautas de comportamiento que intentan evitar esta convivencia, como los viajes navideños”.

El ‘índice de infelicidad’ por autonomías

Google también permite conocer información por comunidades. Los gallegos son los que más buscan depresión o frases en las que aparece el término, seguidos por madrileños y andaluces. En estrés y ansiedad ganan los que viven en Madrid, y los más cansados son los andaluces. Al contrario que para el resto de palabras, donde la variación es amplia entre las diferentes zonas de España, la ansiedad abunda allá donde mires.

Las tendencias que nos deja vislumbrar la herramienta del buscador coinciden en general con los ritmos normales de la depresión, el estrés o la ansiedad, pero “habría que hacer estudios más serios de laboratorio para revalidar estas ideas” y corroborar la información. “A veces los datos recopilados en internet se consideran fiables y no tienen por qué serlo”, asegura A.J.E. “Cuando se maneja un gran volumen de números pueden surgir efectos falsos a causa de las herramientas matemáticas y estadísticas”, explica. “Y entonces dejan de reflejar la realidad”.

Ya sabemos lo que dice el buscador de nuestro estado de ánimo, aunque hay más información que puedes consultar. Como cuándo queremos hacer dieta o buscamos un gimnasio. Si tu primera búsqueda del 2015 fue Cristina Pedroche, coincides con la mayoría de los españoles. “¡Ay, pollito, la que he liado!”

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Las imágenes de este reportaje son propiedad, por orden de aparición, de Irene Grassi, Alan Cleaver

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