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Copiar el ordenador de IBM, irse de rositas y hacerse millonario: la historia de Compaq llega a la pequeña pantalla

Escena de la serie (Fuente: Google Imágenes

Pilar Chacón

‘Basado en hechos reales’. ¿Alguna vez no se te ha erizado el pelo cuando has leído esta expresión en una peli de terror o en una serie dramática? Tranquilo, no es de extrañar. Pensar que un día puedes levantarte con la cabeza dando vueltas – literalmente -, espiado por el CNI sin aparente causa, o formar parte del elenco que protagoniza el secuestro de tu hermano son ideas que resultan, sin duda, bastante escalofriantes.

Bien es cierto, sin embargo, que no siempre ocurre así. Muchos largometrajes que incluyen la tan temida expresión, lejos de poner los pelos como escarpias, producen grandes dosis de adrenalina y emoción. Un ejemplo es ‘Halt and Catch Fire’, una serie cuya historia, inspirada en hechos reales, engancha al espectador desde el minuto uno. De la mano de esta ficción estadounidense descubrimos cómo el fabricante Compaq logró copiar el IBM-PC sin que le cayera demanda alguna.

Esta maniobra cambió el mercado de los ordenadores para siempre. Por ejemplo, se universalizó el sistema de arranque BIOS, propiedad de IBM. Y hay mucho más. ¿Qué tal si nos adentramos en la historia?

Una decisión arriesgada

Corría el año 1982 y tres empleados de Texas Instruments (TI) decidieron abandonar sus puestos y fundar una nueva compañía de ordenadores. Sus nombres: Rod Canion, Jim Harris y Bill Murto. Estos tres tejanos se introdujeron en un sector para ellos desconcido, el de los PC, en el que más de 300 empresas ya estaban fabricando máquinas con diferente ‘software’. De entre todas ellas, IBM se alzaba como número uno en ventas. De su IBM-PC, lanzado en agosto de 1981, se vendían millones de unidades en todo el mundo.

Poder llevar un ordenador a cualquier lado – o al menos, moverlo a otra mesa -, era uno de los principales objetivos que perseguían algunas de esas compañías. Como solución, introdujeron las llamadas computadoras portables, unos ordenadores con forma de maletín que podían transportarse fácilmente.

El Osborne 1 o el Kaypro fueron dos de los primeros modelos del 'padre' del portátil, cada uno con sus peculiaridades. Y los chicos de Compaq querían entrar en ese mercado. ¿Qué se les ocurrió? Fabricar un ordenador portable con el 'software' del IBM-PC y venderlo a un precio inferior. “La idea vino con una combinación de las dos cosas, porque eran cosas que funcionaban”, explica Canion. Pensaron: “¿y si pudiéramos hacer que nuestro ordenador funcionara con un 'software' que ya estaba en el mercado? Y ese 'software' fue el de IBM-PC”.

El afortunado despiste

Ya tenían la idea, pero ahora el trío debía diseñar el ‘modus operandi’. Fue ahí cuando llegaron los problemas (y también la acción). Es lógico: copiar un producto de la competencia e irse de rositas no es precisamente pan comido.

Para sorpresa de los tejanos, IBM lo puso fácil. El IBM-PC había sido construido con piezas que procedían de otros fabricantes. Como señala la multinacional en su página, “el chip procesador vino de Intel y el sistema operativo, llamado DOS, de una compañía de 32 personas llamada Microsoft”. Además, esta última, en una jugada maestra de Bill Gates, se había asegurado el derecho de licenciar su sistema operativo a otros fabricantes.

Por tanto, nada de lo que había en el ordenador pertenecía a IBM. Nada, excepto la BIOS, el primer programa que se ejecuta al encender el ordenador, almacenado en un chip con las instrucciones básicas para que pueda arrancar con un determinado sistema operativo.

“La BIOS había sido publicada en el manual de usuario, pero cualquiera que mirara el código de BIOS no podía reescribirlo por miedo a echar a perder el proyecto”, indica el cofundador de Compaq. “Hubo unas cuantas compañías que copiaron el manual y terminaron siendo demandadas”.

Entonces, ¿qué hicieron ellos? “Contratamos a los mejores abogados de propiedad intelectual que pudimos encontrar y usamos ingeniería inversa de forma muy cuidadosa”, explica Canion. Primero, consiguieron entender el código de la BIOS y escribieron la especificación para cada función del ordenador en un cuaderno. Después, cogieron a una persona que jamás había visto el código de IBM y la pusieron a picar el suyo propio a partir de esos apuntes, con la misión de conseguir que desempeñase las mismas funciones.

Y la cosa no acabó mal. Además de ahorrase un buen puñado de billetes en demandas, lograron vender 53.000 máquinas en su primer año, y obtuvieron unos beneficios de cerca de 82 millones de euros. Al ver el éxito del Compaq Portable, IBM decidió lanzar el suyo propio. Pero el modelo de Compaq resultó ser más resistente, compatible y fiable. A veces la copia es mejor que el original.

Ficción, basada en realidad

‘Halt and Catch Fire’, la serie de la productora estadounidense AMC Studios – la misma que está detrás de Mad Men y Breaking Bad-, se estrenó hace apenas dos semanas en Estados Unidos. Basada en la historia de lo que pasó de ser una ‘startup’ a convertirse en la gran empresa que arrebató el liderazgo a IBM, la serie no sigue de forma exacta el relato de Canion. No hay un Texas Instruments, sino un Cardiff Corporation, y en lugar de tres directores nos encontramos con un antiguo empleado de IBM, una estudiante de informática y un ingeniero de la propia Cardiff.

No es, por tanto, del todo realista. Aún así, deja entrever que, en los años ochenta, el mundo de la tecnología no estaba concentrado únicamente en Silicon Valley. El ordenador también tenía marca tejana.

Aunque el final de la serie la desconocemos –acaba de empezar-, en la realidad, Compaq tuvo un destino desafortunado. Con los años, dejó de ser el fabricante líder, entró en pérdidas en los noventa y, ya en 2002, fue adquirida por HP.

Aún así, ¿quién sabe? Es ficción. Puede que en ‘Halt and Catch Fire’ vivan felices y coman perdices para siempre...

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