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60 viviendas de lujo y 18 piscinas, el proyecto que amenaza una de las calas de Mallorca: “Es una animalada”

Carmen Fajardo, Carlos Loshuertos, Xisco Barbón y Simona, integrantes de la plataforma 'Salvem sa Pedruscada', en la zona donde se quieren construir 60 viviendas de lujo y 18 piscinas.

Esther Ballesteros / Jaime Reina

Mallorca —

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Sesenta viviendas de lujo, 18 piscinas e innumerables trasteros y garajes en sa Pedruscada, uno de los escasos lugares que todavía resisten a la presión urbanística en Mallorca. Es el proyecto que en los próximos meses prevé impulsar TM Group, considerado unos de los emporios de la construcción de la Comunitat Valenciana, en un paraje próximo al puerto pesquero de Cala Ratjada, antiguo refugio de artistas e intelectuales y hoy codiciado destino del turismo alemán. Y todo ello en medio del imparable incremento de los precios del mercado inmobiliario, la compra masiva de viviendas por parte de extranjeros de elevado poder adquisitivo en Balears y el acelerado proceso de degradación que prevé agravarse en los próximos años fruto del impacto del cambio climático. “El proyecto cambia completamente la fisonomía del lugar y nos va a perjudicar mucho”, recriminan varios de los vecinos de la zona, quienes han aunado sus voces bajo la plataforma 'Salvem sa Pedruscada'.

Los afectados, residentes de la zona desde hace décadas, han lanzado también una petición en Change.org, en la que alertan de la especulación urbanística del nuevo proyecto, que, denuncian, conllevará una intensidad de uso del suelo “radicalmente diferente” al de todas las parcelas que la rodean, por lo que exigen su revisión. La solicitud de los vecinos acumula hasta el momento más de 4.400 firmas.

“Quienes vivimos en la zona no somos ricos, somos trabajadores y nos van a a traer gente con casas de más de 800.000 euros. El proyecto es una animalada”, señala uno de los integrantes de 'Salvem sa Pedruscada', Carlos Loshuertos, en declaraciones a elDiario.es.

Suspensión de licencias para más de dos alturas

La empresa promotora proyectó inicialmente la construcción de 18 bloques de edificios de hasta cuatro alturas. Las Normas Subsidiarias (NNSS) de Capdepera permiten una edificabilidad y unas alturas superiores a las del resto de parcelas de la zona, hasta que, tal como explica este vecino de la zona, los afectados lograron el pasado mes de diciembre, a través del arquitecto Mateu Carrió, que el Ajuntament -gobernado por un pacto inaudito entre PP y los ecosoberanistas de Més- suspendiera durante un año las licencias para edificaciones de más de dos plantas, proponiendo, además, un incremento de la edificabilidad horizontal del 30 al 40%, con el objetivo de frenar las posibles indemnizaciones que se derivaran de la suspensión.

Según Loshuertos, los constructores dieron su visto bueno a la propuesta y así lo hicieron saber al Consistorio, que, asegura, “se está portando muy bien”, pero señala que la constructora “aún no ha presentado la nueva propuesta”. Desde la corporación municipal eluden hacer declaraciones al respecto mientras que, desde la promotora, TM Group, señalan a elDiario.es que se encuentran a la espera de obtener en próximas fechas la autorización para el comienzo de las obras de este proyecto residencial, ubicado, precisan, “en un suelo contemplado como urbano según las normas urbanísticas de Capdepera y que ha tenido en cuenta los aspectos ambientales y paisajísticos de la zona”.

El año pasado, el PSPV-PSOE denunció que TM, cuyo consejero es Pablo Serna Lorente, cuya fortuna familiar creció durante el desarrollismo franquista y el boom inmobiliario de la Costa Blanca, se hizo con un “pelotazo” de 20 millones de euros en Benidorm, localidad gobernada por el popular Toni Pérez, sucesor de Carlos Mazón al frente de la Diputación de Alicante. Todo ello, según denunciaban los socialistas, a costa de la construcción de vivienda protegida. Serna heredó junto a sus cuatro hermanos el negocio familiar de TM Group en 2012 y en 2020 figuraba entre las 200 personas más ricas de España y como la número 11 de la Comunitat Valenciana.

En 2005, TM Group, que en su web TM Grupo Inmobiliario se muestra “comprometido con la creación de valor económico, social y ambiental” para impulsar “un turismo residencial y hotelero sostenible”, aterrizó en Mallorca y, entre sus principales promociones en la isla, figuran los complejos residenciales de lujo La Luz de Cala Ratjada y La Perla de Sa Coma. “Luz de Cala Ratjada by TM es un exclusivo residencial de villas pareadas y bungalows diseñado por y para ti en una de las zonas más excepcionales de la isla como Cala Ratjada”, anuncia la empresa sobre la primera de las urbanizaciones, cuyas viviendas salieron al mercado con precios entre los 910.000 y los 1.145.000 euros.

Ahora, la compañía quiere extender su negocio en sa Pedruscada, aprovechando que la zona está considerada como suelo urbano consolidado con derecho a construir, tal como reflejan las NNSS de Capdepera, aprobadas en 1986. Sin embargo, los vecinos consideran que el proyecto de construcción de 60 viviendas en una parcela de 22.000 metros cuadrados “tendrá una intensidad de uso del suelo radicalmente diferente al de todas las parcelas que la rodean”, teniendo en cuenta, además, “los efectos acelerados del cambio climático y de los fenómenos meteorológicos extremos” que azotan, cada vez con más frecuencia, a Balears y en concreto a este punto situado al nordeste de Mallorca.

“Viviendas para supermillonarios extranjeros”

“En la zona lo que hay sobre todo son chalets y antiguas casas bajas y ahora nos quieren hacer esto”, lamenta Loshuertos, quien explica que decidieron unirse en plataforma el año pasado para defender un futuro sostenible para Sa Pedruscada ante un proyecto que “perjudica gravemente el entorno, compromete seriamente su valor ambiental y paisajístico, sus espacios y recursos naturales y altera para siempre las condiciones de habitabilidad y convivencia de los vecinos de sa Pedruscada actuales y de las generaciones venideras”. A finales de agosto, el colectivo se manifestó para decir “no” a la destrucción del territorio.

Otros miembros de la plataforma recriminan el hecho de que las viviendas “no son para nada para gente 'normal', sino para supermillonarios extranjeros que -intuyen los afectados- comprarán y revenderán, o estarán aquí unos meses y las pondrán para alquiler turístico”. “Esto es completamente desproporcionado con lo que hay alrededor”, inciden.

Por su parte, Paco Galián, otro de los residentes de la zona, explica que la disminución de las alturas de las edificaciones previstas es la principal reclamación de los vecinos, ya que, como publica en la revista Cap Vermell, impedir toda la construcción habría quedado descartado ante el coste que supondría en indemnizaciones. Sobre esto, el Ajuntament no ha respondido a la consulta de este medio. Según las informaciones de Cap Vermell, la promotora habría adquirido el solar por unos nueve millones de euros, “una cantidad que si se tuviera que pagar hipotecaría durante años los servicios básicos que presta el Ajuntament”.

Mientras tanto, desde la oposición en el Ajuntament de Capdepera, el PSIB-PSOE se muestra en contra de la suspensión de las licencias urbanísticas en sa Pedruscada durante un año al considerar que se trata de una “desviación de poder”, advirtiendo de las probables indemnizaciones a las que, vaticinan, deberá hacer frente el Consistorio. Según los socialistas, la decisión fue tomada “sin un informe técnico de urbanismo y únicamente con un informe tendencioso”, como recogió el periódico local Última Hora.

De la vegetación autóctona a los suelos asfaltados

En su petición de Change.org, los representantes de 'Salvem sa Pedruscada“ centran parte de sus reivindicaciones en los efectos que la macroconstrucción podría suponer a nivel medioambiental: ”La vegetación autóctona representa un recurso posible y sostenible frente a la subida de temperaturas producido por el cambio climático. Por el contrario, las urbanizaciones y el solado del suelo generan el llamado efecto 'isla de calor'. La eliminación de toda la vegetación autóctona que actualmente cubre esa parcela y su sustitución por casas, apartamentos y calles supone ir en contra de todas las indicaciones que los expertos recomiendan para luchar contra el cambio climático. Además, el suelo asfaltado y solado de esa parcela ya no será capaz de absorber y retener el agua de las lluvias intensas, que se repiten cada vez con más frecuencia“.

Del mismo modo, señalan que toda la parcela va a ser talada y la intensidad del uso de las calles colindantes que le dan servicio “se va a multiplicar hasta límites para el que no están preparados por la gran cantidad de viviendas que se van a edificar”. “La zona hasta ahora tranquila va a verse alterada para siempre por el tráfico y ruido de los coches”, añaden.

Los afectados destacan que, en la actualidad, las webs que describen la cala de Sa Pedruscada señalan que su aspecto recuerda a un puerto familiar de pescadores, que se trata de una cala muy limpia y de aguas cristalinas y que toda la costa “está disponible para todos”. En este contexto, critican que este patrimonio ambiental y paisajístico “es el que está en riesgo de desaparecer para siempre”, como ya ha sucedido con la vecina cala de Son Moll, “absolutamente colapsada de bañistas, hamacas y chiringuitos”.

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