El dueño de una discoteca de Palma relata las amenazas de un policía local: “O pones un portero o vengo a cerrarte”
El propietario de la discoteca Cha Chá, quien ha declarado como testigo este martes en el juicio del caso Cursach, ha señalado amenazas de un policía local de Palma, que está sentado en el banquillo de los acusados, para que contratara a un agente como portero a cambio de no ponerle multas.
“O pones un portero o vengo a cerrarte”, ha subrayado que le dijo el agente Nicanor Góngora, a quien ha identificado en la Sala a petición del fiscal Tomás Herranz y para quien la Fiscalía solicita seis años y medio de prisión.
Durante su declaración ha relatado un episodio en el que Góngora vino acompañado de otros dos agentes, cuando abrió en torno a 2002, para decirle que tenía que poner un portero de los “suyos” en referencia a un policía local. “Estuvo durante un año y ese fue tranquilo, pero al año siguiente cuando dejó de trabajar fue acoso y derribo”, ha afirmado.
Además, ha asegurado que otro policía local, Gabriel Mayol, también acusado en este proceso judicial para quien Fiscalía pide nueve años y medio de cárcel, era el que iba “cada miércoles” a cobrar el servicio. “Yo no necesitaba un portero porque tenía los míos, pero lo contraté porque un amigo íntimo me dijo 'escúchalos para poder sobrevivir”, ha contado.
En los años que tuvo abierta la discoteca, hasta 2005, el testigo ha subrayado que le pusieron muchas multas por el horario. “Yo podía cerrar a las seis, pero estaban en la puerta esperando y a las seis y un minuto entraban, aunque estuviese con la luz apagada y recargando neveras”, ha explicado.
Precisamente, en la jornada de este martes, que ha sido la última con testigos del Ministerio Fiscal, un policía local de Palma ha reconocido que trabajó en el Grupo de Acción Preventiva de la Policía Local durante varios años, en los que también trabajó de seguridad para un local, una labor que consiguió a través de un empleado del Ayuntamiento de Palma.
“Coacciones” del fiscal Subirán
Mientras tanto, otro policía local de Palma ha insistido en que el fiscal Miguel Ángel Subirán lo “coaccionó” durante sus interrogatorios en fase de instrucción judicial para que “dijera lo que él quería”.
A preguntas del Ministerio Fiscal, ha relatado que, cuando fue llamado a declarar coincidió con la apertura de un caso judicial en el que estaba investigado por el juez Manuel Penalva y el fiscal Subirán. Por lo tanto, le amenazó con enviarle a prisión “si no decía lo que quería que dijera”.
Durante toda su declaración ha evitado basarse en comentarios y ha reconocido que trabajó en el Grupo de Acción Preventiva de la Policía Local durante varios años, en los que también trabajó de seguridad para un local, una labor que consiguió a través de un empleado del Ayuntamiento de Palma.
Aparte de aseverar que estar en la puerta “no suponía ninguna ventaja” para el local, el testigo ha subrayado que les mandaban “a hacer plantón” a la calle del Jamón delante de algunos establecimientos.
“Desconozco si Tomás Mas o Carlos Tomás obtenían alguna ventaja por ello”, ha indicado, mientras el fiscal Tomás Herranz le ha mostrado su declaración en fase de instrucción judicial en la que decía lo contrario. “Subirán llevaba la batuta de la declaración y me amenazó con que si no les gustaban mis declaraciones, iría a prisión. En ese momento, yo hubiera firmado lo que hubiese sido”, ha asegurado.
Así mismo, ha indicado que Subirán “siempre repetía” los mismos nombres en su interrogatorio. Se tratan de Tomás Mas, Carlos Tomás y Carlos Vallecillo, todos acusados en el caso Cursach.
Este testigo ha coincidido con el primero del día, también policía local, cuando éste ha negado que hubiese “alguna ventaja” por parte de la Patrulla Verde con bares del Paseo Marítimo donde agentes trabajaban como personal de seguridad.
Policía y vigilante de seguridad privada
Durante su declaración en el juicio, el testigo ha indicado que trabaja como policía local de Palma desde 2000, un trabajo que ha combinado con la de seguridad privada en locales del Paseo Marítimo de Palma hasta 2015.
“Me hacía falta dinero y Nicanor me ofreció la posibilidad de trabajar en estos locales”, ha relatado el hombre en referencia al agente Nicanor Góngora, sentado en el banquillo de los acusados para quien la Fiscalía pide seis años y medio de cárcel.
Según su relato, Góngora era “quien llevaba el tema” de dar trabajo a agentes locales como seguridad privada. Incluso, ha subrayado que durante años era Góngora quien le pagaba hasta que perdió la amistad con él y era el empresario de los locales quien le daba su sueldo. “Cobraba diez euros menos que se llevaba Góngora”.
Además de asegurar que “jamás” avisó de inspecciones policiales, ha respondido que, mientras él trabajó en esos locales del Paseo Marítimo de Palma, recibieron inspecciones de la Patrulla Verde.
En último lugar, ha declarado otro policía local de Palma que ha aseverado que “jamás” le obligaron a romper actas contra locales del Grupo Cursach.
El juicio por el caso Cursach se retomará en la Audiencia Provincial de Baleares el próximo lunes, día en el que comenzarán a declarar los testigos citados por las acusaciones particulares.
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