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Los 27 apuran las negociaciones para sortear las pegas de Orbán al embargo del petróleo ruso

El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, a la entrada del Consejo Europeo del 24 de junio en Bruselas.

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

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Un nuevo intento. Este domingo vuelven a reunirse los embajadores de los 27 ante la UE para intentar cerrar un acuerdo sobre el embargo gradual del petróleo ruso, anunciado el martes por la Comisión Europea y que aún no ha podido cerrarse. Las dificultades, fundamentalmente, vienen de los problemas expresados por Hungría y Eslovaquia por su gran dependencia de los combustibles fósiles y sus dificultades para lograr suministros alternativos por no tener salida al mar.

Los embajadores ya intentaron el acuerdo el miércoles y el viernes, sin éxito, y la presidencia francesa de turno del Consejo de la UE ha convocado este sábado una nueva reunión para el domingo. La propuesta inicial de la Comisión Europea preveía un plazo de seis meses para el petróleo, con una moratoria de un año extra para Bratislava y Budapest, que pedían, por su parte, que llegara hasta 2025.

Entre esos márgenes se está produciendo una negociación que el vicepresidente de la Comisión Europea Maros Sefvovic circunscribía este sábado a asuntos técnicos en una entrevista en La Stampa, más allá de que el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, principal aliado del presidente ruso, Vladímir Putin, entre los 27. La resistencia de Orban al embargo petrolero no es ideológica ya que “la base técnica y económica de los argumentos utilizados es suficientemente fuerte”, dice Sefcovic.

Las fuentes diplomáticas reconocen que cada vez es más difícil aprobar sanciones, porque cada vez tienen más repercusión en los países que las aplican. Pero, al mismo tiempo, explican que, desde que comenzó a circular la propuesta formal el martes por la tarde, están pasando los días y no puede dilatarse mucho más la toma de decisiones.

En este sentido, el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, ha usado un lenguaje muy duro para definir la última propuesta de sanciones de la Comisión Europea. Según Orbán, el principal aliado del presidente ruso, Vladímir Putin, entre los 27, renunciar al petróleo ruso en el plazo propuesto supondría una “bomba atómica” para la economía del país centroeuropeo. “La propuesta que está sobre la mesa crea un problema y no plantea una solución a ese problema. Esto es inaceptable desde el punto de vista húngaro”, explicó Orbán en su charla de los viernes en la radio pública Kossuth.

Según Orbán, la propuesta de Bruselas tampoco tiene en cuenta las diferentes condiciones geográficas de cada país, que, en el caso de Hungría no tiene posibilidad de importar petróleo por mar, y el crudo “sólo llega por un oleoducto procedente de Rusia”.

Hungría importa de Rusia el 60% del petróleo y el 85% del gas que usa.

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