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La detención de la exterrorista Daniela Klette reabre la herida de la RAF en Alemania

Agentes de la policía alemana entran en el edificio en el que fue detenida Daniela Klette el pasado 27 de febrero.

Aldo Mas

Berlín —

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“Hoy terminamos con este proyecto”. El comunicado enviado a la agencia de prensa británica Reuters iba firmado por el grupo armado Fracción del Ejército Rojo (RAF). Llevaba la fecha del 20 de abril de 1998. Suponía la extinción de lo que ellos llamaban una “guerra de liberación”. La luchaban militantes de inspiración revolucionaria. En 1998, el fin del “proyecto” dejó un futuro lleno de sombras, tanto para las víctimas de los muchos asesinatos de la RAF que aún hoy quedan por resolver como para los propios integrantes de los comandos, autoproclamados de extrema izquierda.

En esas sombras pudo moverse durante casi 30 años Daniela Klette hasta el lunes de esta semana. Ese día esta mujer de 65 años fue detenida por la policía en el apartamento en el que vivía, situado en el multicultural barrio berlinés de Kreuzberg. Nadie sospechaba de su pasado.

Klette llevaba una vida de lo más común para la cosmopolita población de Kreuzberg. Decía ser “pedagoga social”. Era educada en el trato y tenía un perro al que paseaba debidamente. Se hacía llamar Claudia Ivone, decía ser ciudadana italiana y tenía al menos un pasaporte falso de Italia. Parecía que su tranquilidad en la clandestinidad estaba asegurada. De hecho, tras el fin del “proyecto” de la RAF, pasó más de dos décadas inadvertida. Tal vez se confió y de ahí que, desde 2011, tuviera incluso un perfil en la red social Facebook, en el que se dejó ver en su club de capoeira, bailando samba o de paseo por el campo. Tras su detención, esas imágenes han corrido como la pólvora en los medios de comunicación alemanes y de medio mundo.

Antes que la policía, fueron los periodistas del equipo que lidera Khesrau Behroz, responsable de un podcast de la cadena de radio pública RBB los que identificaron a Claudia Ivone como posible exintegrante de la RAF. Con ayuda de Michel Colborne, investigador del medio de investigación británico Bellingcaty un programa de reconocimiento facial que utiliza inteligencia artificial, dieron con Ivone cuando buscaban a Klette.

“Un hito en la historia criminal de Alemania”

El programa de Behroz se emitió a finales de diciembre. Este lunes Klette era detenida en lo que las autoridades llegaron a llamar un “hito en la historia criminal de Alemania”. Así se expresó la política socialdemócrata Daniela Hehrens, ministra del Interior de Baja Sajonia, el estado del oeste alemán cuya policía es responsable de la investigación. Klette fue trasladada allí desde Berlín para permanecer en prisión preventiva. 

La exterrorista está siendo investigada por su participación en un atentado con explosivos contra la cárcel de Weiterstadt en 1993. También está por esclarecer si ella integró el grupo de terroristas de la RAF que, dos años antes, la emprendió a tiros contra la embajada de Estados Unidos en Bonn. Se produjeron sesenta disparos en ese ataque, en el que, afortunada e inexplicablemente, no hubo que lamentar muertes. Según ha trascendido, hay confirmados restos de ADN de Klette en una bomba que la RAF puso contra un edificio del Deutsche Bank, en el estado de Hesse.

Klette pertenece a la conocida como “tercera y última generación” de integrantes de la RAF, una banda formada en los años 70 con ideas de extrema izquierda y que en su momento “mantuvo en vilo a la República Federal de Alemania”, según recordaba en uno de sus editoriales esta semana el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung. A esa generación de integrantes de la RAF se le atribuyen, en concreto, una decena del total del 34 asesinatos perpetrados por la organización, entre ellos el de Alfred Herrhausen, miembro de la dirección de Deutsche Bank, en 1989, o el del presidente de la THA, la institución responsable de la privatización de las empresas públicas de la Alemania comunista, en 1991.

¿Más detenciones tras el arresto de Klette?

La detención de Klette podría ayudar a los investigadores a esclarecer estos crímenes. A Klette también se la co-responsabiliza de una serie de robos ocurridos entre 1999 y 2016. Los botines le habrían permitido tener fondos para vivir en la clandestinidad. En esos robos también participaron otros dos integrantes de la RAF: Ernst-Volker Staub y Burkhard Garweg. Staub tiene hoy día 69 años y Garweg, 55. También están en busca y captura. La Oficina Estatal de Investigación Criminal (LKA) de Baja Sajonia no ha dejado de buscarlos pese al paso del tiempo.

Staub y Garweg, al igual que la mayor parte de los integrantes de la tercera generación de la RAF, “siguen en la calle”, según recordaba en las páginas del diario berlinés Der Tagesspiegel el periodista Frank Bacher, considerado un experto en la vida y 'obra' de los integrantes de la banda.

A su entender, excepcionales son casos como el de Birgit Hogefeld, otra integrante de la “tercera generación” de la RAF. Hogefeld participó en su momento en el asesinato con un coche bomba del soldado estadounidense Edward Pimental en Wiesbaden (oeste germano), en 1986.

Sólo un asesinato a cargo de la RAF ha sido resuelto

Hogefeld fue condenada a cadena perpetua en 1996, aunque logró quedar en libertad en 2011, tras 18 años entre rejas. Hasta esta semana, era la última integrante de la RAF que había estado en la cárcel.

En los interrogatorios, ahora Klette tendrá mucho que explicar. Para empezar, por qué seguía teniendo munición, cartuchos e incluso una granada en el apartamento de Kreuzberg en el que fue detenida. La ministra del Interior del canciller Olaf Scholz, la también socialdemócrata Nancy Faeser, decía esperar que la detención de Klette permita avanzar en las investigaciones para esclarecer los atentados de la RAF.

De los 34 asesinatos de los que se responsabiliza a la organización, sólo uno ha sido completamente aclarado, según ha recordado a Der Tagesspiegel Michael Buback, cuyo padre, el fiscal general de la Alemania occidental, Siegfried Buback, fue asesinado en 1977. Es el mismo año, el más sangriento en la actividad de la RAF, en el que los terroristas mataron al banquero Jürgen Ponto. El suyo es el único asesinato atribuido a la banda que ha sido plenamente resuelto.

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