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El Gobierno de Trump cambiará una directriz de abusos sexuales para proteger a los acusados

En la imagen un registro de la secretaria de Educación estadounidense, Betsy DeVos.

EFE/eldiario.es

Washington —

Nuevo borrón de la administración Trump al legado del expresidente Barack Obama. El Gobierno estadounidense modificará una directriz del Ejecutivo de Obama sobre el abuso sexual en los centros educativos para dar mayor protección a los acusados, un paso criticado de inmediato por demócratas y organizaciones civiles.

El anuncio lo hizo este jueves una de las figuras más polémicas del gabinete, la secretaria de Educación Betsy DeVos, en la Universidad George Mason (Arlington, Virginia), donde fue recibida con una protesta de supervivientes de abusos.

“Cada superviviente de conducta sexual indebida debe ser tomado en serio. Cada estudiante acusado de conducta sexual indebida debe saber que la culpa no está predeterminada”, dijo hoy DeVos.

El partido demócrata criticó en Twitter otra de las menciones de DeVos: “Si todo es acoso sexual, entonces nada lo es”.

“Por eso debemos hacerlo mejor, porque el enfoque actual no está funcionando. Washington ha cargado a las escuelas con directrices cada vez más elaboradas y confusas que incluso los abogados consideran difíciles de entender y navegar”, agregó.

Su Departamento abrirá ahora un periodo de comentario público para recibir sugerencias sobre cómo mejorar el sistema, de manera que proteja los derechos “de todos los estudiantes”.

La directriz del Gobierno Obama

La directriz de Obama, emitida en 2011, ha forzado por primera vez a las escuelas, institutos y universidades a responder con mayor rapidez y eficacia ante las denuncias de abuso sexual, ya que, de no hacerlo, pueden perder la financiación federal.

El exvicepresidente Joe Biden fue la voz principal de la campaña del Gobierno Obama contra la violencia sexual, un problema con gran incidencia sobre todo en los campus universitarios del país.

Obama basó su directriz en que los centros educativos están obligados a combatir el abuso sexual bajo la ley federal “Título IX”, que prohíbe la discriminación sexual.

El 23% de las estudiantes universitarias de Estados Unidos ha experimentado algún tipo de contacto sexual no deseado (desde un tocamiento hasta la violación), según un amplio sondeo que efectuó en 2015 la Association of American Universities (AAU).

Críticas al anuncio de la Administración Trump

El paso anunciado por DeVos ha sido rápidamente criticado tanto por legisladores demócratas como por organizaciones contra la violencia sexual, en los campus y otras asociaciones defensoras de los derechos civiles.

Una de las condenas llegó del exvicepresidente Biden, que compartió un comunicado en su página de Facebook. “Cualquier cambio que debilite la protección del título IX será devastador”, ha sostenido y ha animado a los ciudadanos a manifestar su oposición a este cambio. “Dile a esta administración que nos negamos a ir hacia atrás”.

Jess Davidson, directora de la organización End Rape on Campus, que combate la violencia sexual en las universidades, también compartió en Twitter su condena: “Esta falsa equivalencia del impacto de la devastación en los supervivientes y el impacto en los acusados es ridícula. Que no os tomen el pelo”.

“Este es otro movimiento cruel, sin corazón, de la Administración de la Discriminación”, consideró en un comunicado Mara Keisling, directora ejecutiva del National Center for Transgender Equality, para quien este paso “promueve mitos peligrosos sobre la violación”.

Por su parte, la cuenta de Twitter de la Women' March ha lanzado numerosos comentarios contra Betsy DeVos pidiendo a la sociedad que se movilice contra este anuncio. “Betsy DeVos acaba de hacer los campus más seguros para los violadores”.

La senadora demócrata Patty Murray volvió a pedir la dimisión de la directora interina de la oficina de derechos civiles del Departamento de Educación, Candice Jackson, quien en julio dijo al New York Times que el “90%” de las quejas de abusos sexuales en los campus en realidad derivan de sexo de borrachera del que los denunciantes se arrepienten.

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