Los ataques de Israel matan a más de cien palestinos durante el rescate de dos rehenes en la ciudad de Rafah
El Ejército israelí afirma que los rehenes han sido liberados durante una incursión en la ciudad del sur de Gaza, en la que dos mezquitas y varias casas han sido bombardeadas. Los rescatados son de origen argentino, hermano y marido de Clara Marman, quien estuvo en Madrid hace unos días y se reunió con Sanchez y Ayuso
Los ataques aéreos se han sucedido mientras la población dormía en la hasta ahora supuesta ciudad “segura” del extremo sur de Gaza. Más de cien personas han fallecido, “todos ellos civiles”, incluidas mujeres y niños, en la “horrible masacre” perpetrada por el Ejército israelí en Rafah, según un comunicado del Gobierno de Gaza, controlado por el grupo palestino Hamás.
Por su parte, las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) han anunciado haber liberado a dos rehenes durante la incursión de sus fuerzas especiales en la ciudad meriodional. Se trata del segundo rescate exitoso de rehenes que logra Israel en más de cuatro meses de ofensiva, que se ha cobrado más de 28.300 vidas en el enclave. Desde finales de octubre, mes en el que comenzó la operación terrestre en la Franja de Gaza, solo había conseguido liberar a la soldado Ori Megidish. El Ejército israelí dice que sus ataques aéreos de la pasada madrugada han coincidido con la incursión para permitir la retirada de las tropas terrestres.
Anteriormente, un periodista de la agencia Associated Press había contado al menos 50 cadáveres en el hospital Abu Youssef Al Najar, mientras en las redes sociales circulan imágenes del hospital kuwaití de Rafah en las que aparecen niños muertos o heridos. Los residentes dicen que, además, han sido bombardeadas varias casas y mezquitas –estas últimas acogían a desplazados–. El Gobierno gazatí ha detallado que 24 viviendas han sido blanco de ataque, así como varios templos religiosos, en una zona densamente poblada.
Los intensos bombardeos causaron el pánico generalizado en la localidad, ya que muchas personas dormían cuando comenzaron los ataques, según la agencia de noticias Reuters. Desde Ramalá, la Autoridad Nacional Palestina (ANP) ha denunciado el “brutal bombardeo” de Israel y ha asegurado en un comunicado que ese país busca “atacar a los civiles y trasladar la guerra a la zona de Rafah, que está ampliamente poblada, para empujar a emigrar y desplazarse”.
Dos rehenes liberados y tres supuestamente muertos
Los dos rehenes fueron liberados durante una “compleja operación de rescate” en el corazón de Rafah, efectuada el Ejército, la Agencia de Seguridad de Israel y las fuerzas especiales de la Policía, según las FDI. Fueron trasladados al hospital de Sheba, en el centro de Israel, según un comunicado del hospital, y los médicos confirmaron que se encontraban en “buen estado”.
Las IDF anunciaron en Telegram que los rehenes son Fernando Simon Marman (60) y Louis Har (70), ambos secuestrados en el kibutz Nir Yitzhak en los ataques de Hamás del 7 de octubre. De origen argentino, son hermano y marido de Clara Marman, que estuvo en Madrid hace 5 días para reunirse con el presidente del Gobierno, Pedro Sanchez, y la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso.
El Ejército israelí ha informado de que había llevado a cabo una “serie de ataques” en el sur de Gaza, que ya han “concluido”, sin dar más detalles en medio de la preocupación internacional ante la perspectiva de una ofensiva sobre la ciudad del sur de Gaza.
Por su parte, el grupo islamista Hamás afirmó en un comunicado que el ataque israelí contra Rafah era una continuación de la “guerra genocida y del intento de desplazamiento forzoso que Israel ha emprendido contra el pueblo palestino”. El brazo armado de Hamás anunció, horas después de la incursión para liberar a dos rehenes, la muerte de otros tres como consecuencia de las graves heridas que supuestamente habían sufrido en recientes ataques israelíes contra la Franja. Se trata de tres de los ocho cautivos que se encontraban gravemente heridos según la Brigadas de Al Qassam. El domingo, los milicianos informaron de que dos rehenes israelíes habían fallecido y otros ocho habían resultado gravemente heridos en los cuatro días previos.
Preocupación internacional
El presidente estadounidense, Joe Biden, dijo el domingo al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, que Israel no debería lanzar una operación militar en Rafah sin un plan creíble que garantice la seguridad de alrededor de un millón y medio de personas que se refugian allí, según la Casa Blanca.
El alto representante de la Unión Europea, Josep Borrell, ha aprovechado esas críticas de Biden para plantear que se pase de las palabras a los hechos. “Tenemos que hacer algo más que expresar preocupación”, ha dicho: “Más allá de las palabras, ¿qué más se cree que hay que hacer? Si crees que el número de muertes es muy alto, ¿tienes alguna posibilidad para reducirlo?”. A preguntas de los periodistas sobre el embargo de armas, Borrell ha respondido: “La UE no está proporcionando armas a Israel; otros, sí”. Y ha vuelto a insistir: “Si creen que el número de muertes es muy alto, puedes hacer algo para que sea más bajo”.
Netanyahu parece decidido a seguir adelante con una ofensiva terrestre contra Rafah, la ciudad más meridional de Gaza, para eliminar a los batallones de Hamás que supuestamente quedan en la urbe, donde actualmente hay 1,4 millones de personas–según las autoridades locales–, de las cuales unos 1,3 millones son desplazados de otros lugares de la Franja, a los que Israel había pedido que se marcharan hacia el sur por su seguridad.
“Vamos a hacerlo”, dijo el primer ministro de Israel a ABC News en una entrevista emitida el domingo. “Vamos a acabar con los batallones terroristas de Hamás que quedan en Rafah, que es el último bastión, pero vamos a hacerlo”. Y añadió: “Vamos a hacerlo mientras proporcionamos un paso seguro a la población civil para que pueda salir”.
La ONU y otras organizaciones humanitarias han advertido del peligro que supone una ofensiva a gran escala en Rafah, debido al gran número de personas que se encuentran hacinadas en esa zona, en campamentos levantados a medida que las fuerzas israelíes han ido ampliando las operaciones terrestres hacia el sur en los últimos cuatro meses.
Una nueva investigación de Amnistía Internacional ha puesto la lupa sobre cuatro ataques israelíes en esta zona fronteriza con Egipto, tres del diciembre pasado y uno en enero, que causaron la muerte de al menos 95 civiles, de ellos 42 niños y niñas. La organización especializada dice en un comunicado este lunes que no encontró ninguna prueba de que los edificios de viviendas afectados pudieran considerarse objetivos militares legítimos, ni de que las personas que estaban en los edificios fueran objetivos militares, “lo que hace temer que estos bombardeos fueran ataques directos contra civiles y bienes de carácter civil y, por tanto, deben ser investigados como crímenes de guerra”.
Netanyahu ha afirmado que Israel está “elaborando un plan detallado” para evacuar a los civiles. Y añadió: “No somos arrogantes al respecto. Forma parte de nuestro esfuerzo bélico para poner a los civiles fuera de peligro. Es parte del esfuerzo de Hamás para mantenerlos en peligro”. El primer ministro no ha facilitado detalles ni un calendario sobre una invasión terrestre de Rafah, después de anunciar el viernes que había dado instrucciones al Ejército y a los aparatos de seguridad para que elaboraran un plan conjunto para una operación militar en Rafah y la evacuación de los civiles.
La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) ha alertado de que Rafah es actualmente uno de los lugares más poblados del planeta y allí se encuentran familias que “se han visto desplazadas varias veces”. “Hay pánico y desesperación entre los 1,4 millones de personas que tratan de sobrevivir, de conseguir comida y agua, y al mismo tiempo temen por sus vidas debido a las continuas operaciones militares”, ha afirmado en la red social X (antes Twitter).
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