Juan Villoro: “Las elecciones mexicanas son la oportunidad de decidir quién te roba”
El presidente de la República tiene un secreto muy bien guardado en uno de los múltiples bolsillos del abrigo que nunca se quita. Es un hámster llamado Genaro III, que además de ser la mascota oficial del primer mandatario es también su secretario particular. El animalito ayuda a su jefe a pensar y lo mantiene despierto en las largas y aburridas reuniones. Por eso el país entero se convierte en un caos cuando el hámster escapa de su dueño.
En esa nación imaginaria comienza una divertida historia de política para niños escrita por Juan Villoro e ilustrada por Luis San Vicente. El hámster del presidente (SM, 2018), publicado en el sello El Barco de Vapor, surgió a partir de la convicción del escritor de que los ciudadanos más bajitos también son permeados por las tensiones del actual contexto electoral mexicano.
En entrevista vía correo electrónico con mexico.com, Villoro recuerda la primera vez que él mismo, en su infancia, entró en contacto con el concepto de política. No fue a través de un libro para niños, sino de una situación que se vivía con intensidad en el país y en su casa:
“Mi padre era profesor de filosofía en la UNAM durante el 68. Yo tenía entonces 12 años, era muy chico para entender de verdad lo que sucedía, pero me podía dar cuenta de bastantes cosas. Mi padre fue miembro de la Coalición de Maestros y estuvo a punto de ir a la cárcel, como otros de sus compañeros. Entonces supe lo que era el miedo y entendí que existía la represión. En el colegio y en la calle todo mundo hablaba mal de los estudiantes. Se decía que querían boicotear las Olimpiadas para favorecer a los comunistas. Mi padre contaba otra historia, aunque no con muchos detalles, para no comprometerme en eso. Fueron meses de confusión en los que me acerqué al modo de un sonámbulo al acontecer político”.
En El hámster del presidente, en cambio, las cosas de la política son absurdas e hilarantes. Villoro se puso zapatos de niño para hablar sobre valores como la libertad y la participación ciudadana a través de personajes y situaciones cercanas a los más pequeños . Cuando el hámster Genaro III sufre un intento de atentado en la fábrica de dulces Corazón de Bombón, el presidente de la República decreta la prohibición de todo tipo de golosinas y postres.
El pueblo, que siempre se quejaba del Gobierno pero nunca hacía nada, esta vez llega a su límite y sale a las calles a protestar.
La organización ciudadana es también la esperanza de Villoro en el México actual. A principios de 2018, el escritor y periodista apoyó activamente a la aspirante a candidata independiente María de Jesús Patricio (Marichuy). Pero la portavoz del Concejo Indígena de Gobierno (CNI) no logró reunir las firmas requeridas por el INE para aparecer en la papeleta. Desde entonces, Villoro mantiene una postura crítica de la contienda mexicana y del sistema político en general, como deja ver en sus respuestas:
¿Qué le dirías a los mexicanos chicos y grandes que están hartos de los políticos?
Debemos ciudadanizar la política: pasar de una democracia meramente representativa a una democracia real, como las de las comunidades indígenas en sus asambleas. No se trata de una idea marciana, es algo que ya ocurre entre los pueblos originarios, pero nos negamos a verlo.
¿Qué sentimientos te provoca el actual proceso electoral?
Es algo decepcionante. Los partidos políticos se asignan a sí mismos cantidades estratosféricas y se desentienden de la gente. En la película Robó, huyó y los pescaron, Woody Allen encabeza a una banda de asaltantes que va a un banco pero se encuentra con la sorpresa de que ya lo están asaltando. Entonces se le ocurre esta idea: pide a los clientes y a los cajeros que voten para decidir cuál de las dos bandas los asaltan. Así son las elecciones mexicanas: la oportunidad de decidir quién te roba.
Los ciudadanos de tu historia luchan contra la prohibición de los postres y contra los políticos tragones. En tu opinión, ¿cuáles son las causas más urgentes por las que los mexicanos debemos seguir luchando más allá de la coyuntura electoral?
Alguna vez dije que México tiene tres grandes problemas: inseguridad, injusticia y falta de delanteros. Aunque los tres son ciertos, los dos primeros son prioritarios.
Si nuestros cuatro candidatos presidenciales tuvieran mascotas consejeras, ¿cuáles tendría cada uno y por qué?
El Bronco tendría una víbora de cascabel, López Obrador un pejelagarto, Anaya un pony importado y Meade una tortuga. Me parece que no hace falta explicar por qué.
