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Momentum, el nuevo movimiento ante al nacionalismo conservador de Orban: “Queremos que Hungría forme parte del corazón de Europa”

Anna Donath, vicepresidenta del partido húngaro Movimiento Momentum.

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

“Somos un partido proeuropeo, y nuestra generación no puede imaginar una vida sin Europa, sin integración. Queremos empujar a Hungría al corazón de Europa, en lugar de marginalizarla como hace el Gobierno”, así explica la vicepresidenta de Momentum, Anna Júlia Donáth, la razón de ser de un nuevo movimiento político que se enfrenta a Víktor Orban por una de sus aristas más reconocibles: la de hacer oposición nacionalista a la Unión Europea, la de oponerse al discurso de la integración; la de levantar muros contra la migración y retroceder en los derechos de las mujeres. Y, todo ello, desde el seno del Partido Popular Europeo.

En las elecciones de 2017, las primeras de Momentum, logró más de 150.000 votos, pero ninguna representación parlamentaria. Entonces, Orban revalidó su cargo con el 49% de los votos.

“Estamos muy emocionados con estas elecciones”, afirma Donáth, “creemos que conseguiremos representación. Estamos confiados porque todas las encuestas son positivas, hemos crecido mes a mes y hay potencial de seguir haciéndolo. Además, nuestros votantes son muy proeuropeos y saben que el futuro pasa por la identidad europea”.

¿Cómo explica los apoyos de Orban? “La mayoría son proeuropeos, quieren permanecer en la UE, y la narrativa de Orban de la injerencia de poderes extranjeros en asuntos internos, juega con la historia de Hungría. Desde la perspectiva histórica, se revive la idea de los imperios que vienen a conquistarnos, haciéndonos víctimas de la toma de decisiones desde fuera. Juega con esos sentimientos, a pesar de que los húngaros quieren pertenecer a Europa. Y también usa la retórica contra la inmigración, que aún le funciona sorprendentemente bien”.

“Y también usan la propaganda mediática”, afirma Donáth, “hay 460 medios de comunicación que publican mensajes centralizados, incluidos los medios del Estado y regionales, que son de la órbita del partido del Gobierno, Fidesz”.

Para estos medios, Donáth se había convertido en una “activista política famosa” en diciembre, cuando las movilizaciones contra Orban empezaron a tomar las calles. Coincidiendo con ello, el Tribunal de Cuentas ha empezado a investigar sus gastos electorales “para atacar” al movimiento, sostiene Donáth. “Para decir que somos como los demás”.

“Se trata de crear un enemigo, ponen Soros y migrantes en todas las frases, y nos tachan tanto comunistas como de liberales”, explica Donáth. ¿Se está jugando ahora en Hungría el debate entre UE y no UE?: “Orban está dando la batalla en una guerra, hay un miedo real y no es fácil luchar contra los movimientos populistas de derecha”.

¿Cómo viven las críticas europeas a Orban y los procesos de censura del Parlamento Europeo?: “No podemos estar felices, pero al menos no nos dejan solos. El artículo 7 –el mecanismo sancionador incorporado en el Tratado de Lisboa que castiga a los países sin voto en el Consejo Europeo– al final no tendrá recorrido en Hungría. Pero Orban lo usará como una prueba de que lucha en Bruselas. Nosotros pensamos en el futuro”.

Campaña contra la UE

El Gobierno de Orban ha lanzado y defendido una “campaña informativa” en la que acusa a la Unión Europea y al presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, de querer facilitar la inmigración e imponer el reparto de refugiados a los Estados miembros, algo desmentido por Bruselas.

La Comisión Europea “debería soportar las críticas”, dijo el ministro de Gobernación, Gergely Gulyás, ante la prensa. Gulyás también se refirió al cartel que forma parte de la campaña y en el que se pueden ver los rostros sonrientes de Juncker y del magnate estadounidense de origen húngaro George Soros, al que el Gobierno nacionalista de Orban señala como su principal oponente.

“El anuncio es verdadero en todos sus elementos y contiene afirmaciones que se pueden sustentar”, aseguró. El cartel incluye afirmaciones como “Quieren introducir cuotas obligatorias de reubicación (de refugiados)”, “Quieren debilitar los derechos relacionados con la defensa de las fronteras de los países comunitarios” y “Quieren hacer más fácil la inmigración con visas de inmigrantes” sobre un supuesto plan de la UE.

La Comisión Europea declaró el martes que era “sorprendente” que una teoría de la conspiración “tan estrafalaria” tenga acogida en el discurso del Gobierno húngaro. “Los húngaros se merecen hechos y no ficción”, afirmó el portavoz de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, y desmintió la existencia de tales planes.

“Es una campaña importante y exitosa”, recalcó Gulyás, quien subrayó que el partido gubernamental, el conservador Fidesz, es “leal al Partido Popular Europeo (PPE)”, pero no había cambiado su opinión sobre Juncker.

El primer ministro, el nacionalista Viktor Orban, y su partido, se opusieron a la elección de Juncker como presidente de la Comisión en 2014. Gulyás recordó que el Ejecutivo europeo dirigido por Juncker no ha sido capaz de “mantener fuera a los inmigrantes y dentro al Reino Unido”, en alusión al Brexit.

No es la primera vez que el Gobierno de Orbán lanza una campaña de este tipo contra la UE o Soros, alertando de que fuerzas externas quieren fomentar la inmigración, sin aportar pruebas concretas.

El Gobierno húngaro reitera que Soros –un millonario estadounidense de origen húngaro que financia el trabajo de ONG vinculadas con los derechos humanos o la transparencia y al que se acusa de promover ideas globalistas–, en connivencia con la UE, planea traer a millones de refugiados a Europa, en un complot en el que también participaría Naciones Unidas.

La canciller alemana, Angela Merkel, hizo este jueves pública su “total solidaridad” con el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker. En una rueda de prensa junto al presidente de Burkina Faso, Roch Marc Christian Kaboré, la canciller mostró su respaldo absoluto al presidente de la CE y subrayó que tiene intención de comunicar su posición en este asunto al Ejecutivo en Budapest.

“Sólo quiere decir esto al respecto, que Jean-Claude Juncker tiene mi total solidaridad y que esto lo dejaremos asimismo claro en nuestras conversaciones con Hungría”, afirmó.

Merkel no contestó, sin embargo, a la parte de la pregunta en la que se le interrogaba sobre los excesos del Fidesz, el partido del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, y su compatibilidad dentro del Partido Popular Europeo (PPE), al que pertenecen la canciller y el propio Juncker.

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