Elon Musk convierte en un coladero de mentiras la entrevista a Donald Trump en la plataforma X
Donald Trump buscaba dar un golpe de efecto con su entrevista en directo en X con Elon Musk este lunes por la noche. Aunque lo que ha vuelto a ofrecer son las mismas falsedades que ya se han oído en otros mítines, con el añadido de que Musk en ningún momento las ha puesto en cuestión. Lo más similar a un golpe de efecto ha sido el caos que se ha producido antes de empezar la conversación: más de cuarenta minutos de retraso, problemas para conectarse y criptoestafas que se hacían pasar por canales secundarios desde donde seguir la entrevista.
Trump ha vivido en sus propias carnes lo que ya le pasó a su rival en las primarias, Ron DeSantis, cuando también intentó llevar a cabo una entrevista con Musk a través de la plataforma. En ese momento, el magnate aseguró que los fallos auguraban la “desastrosa” campaña de su rival en las primarias. A pesar de los problemas técnicos, nada más empezar, Trump ha felicitado a Musk por “batir un récord” con el millón de usuarios conectados y por “dar voz a aquellos a los que se quiere silenciar”. Una vez más, el expresidente se ha puesto el traje de mártir político. En la misma línea, Musk ha iniciado la entrevista aclarando que era una “conversación” destinada a dar a los “votantes independientes de mente abierta” una idea de lo que es poder hablar con Trump.
La primera pregunta ha sido sobre el atentado contra el expresidente hace un mes. Trump ha asegurado que después de sobrevivir al intento de asesinato, ahora es “más creyente” en dios. A pesar de que en la Convención Republicana Trump dijo que solo relataría una sola vez los hechos vividos en el mitin de Pensilvania porque le resultaba muy doloroso recordarlos, en la conversación con Musk se ha recreado casi 20 minutos sobre el tema y ha anunciado que en octubre volverá al lugar del intento de asesinato.
Musk ha tenido razón al insistir en que se trataba de una “conversación”, ya que sus intervenciones se han basado completamente en elogiar la “valentía” de Trump en ese momento. “Tu respuesta después del atentado fue inspiradora”, ha afirmado el propietario de X. Con el mismo tono amigable, Musk ha dejado que Trump se llenara la boca con el mismo discurso antiinmigración de siempre repleto de falsedades. “[Los migrantes] están viniendo en caravana y quien las pone son los jefes de esos países. Están enviando gente realmente mala y que también es improductiva”, ha dicho Trump
Trump recicla las mismas mentiras
“Sacan a la gente de la prisión en el Congo y los envían a los Estados Unidos”, ha dicho Trump. Esta es una de las muchas falsedades que el magnate ha reciclado de anteriores mítines durante su conversación con Musk. El propietario de X ni siquiera ha cuestionado ligeramente las palabras del magnate o le ha preguntado de dónde ha sacado la información. Al contrario, daba la razón al republicano o bien le reía las gracias.
La postura permisiva que ha mantenido Musk ante el discurso incendiario de Trump da mucho que pensar sobre cuáles son los criterios éticos que se aplican a su plataforma contra los discursos de odio y las fake news. O si estos se aplican correctamente. Horas antes de que empezara la entrevista, Bruselas le exigía a Musk que cumpliera con la legislación europea digital. En una carta pública, el comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, le recordaba al dueño de la red social que todavía no cumple con el reglamento comunitario de servicios digitales en relación con la regulación a aquellos contenidos que pueden atizar la violencia.
La buena sintonía entre ambos multimillonarios ha sido tal, que incluso se ha escuchado cómo Trump -quien siempre ha sido crítico con los vehículos eléctricos- ha colmado de elogios a Musk por Tesla y su “increíble” coche eléctrico.
El regreso de Trump a X no es casual. Después de ver cómo la euforia demócrata con el tándem de Kamala Harris y Tim Walz le ha empezado a comer terreno, el expresidente buscaba dar un giro de guion a su campaña para reimpulsarla. La entrevista con Musk entra dentro de esta estrategia para intentar volver a eclipsar a Harris, quien en las últimas semanas parece haberle robado el protagonismo. Especialmente después de que este fin de semana, las encuestas empezaran a mostrar que la demócrata ya se sitúa líder en tres estados clave.
El republicano ha tardado bastante en mencionar a Harris, a quien ha atacado con los comentarios de siempre: ha asegurado que es “más incompetente de lo que parece” y que es “una lunática radical”, más de izquierdas “que Bernie Sanders”. “Creo que tendremos muchos problemas con una administración Kamala, esa es mi opinión”, ha respondido Musk. Sorprendentemente, Trump ha invertido más tiempo en atacar a Joe Biden, quien ya no está en la carrera presidencial, que a Harris o a Walz.
Para quien sí ha tenido mejores palabras ha sido para el presidente de Argentina, Javier Milei. Trump se ha referido a él como un gran fan del “Make America Great Again” y ha asegurado que Milei también “volverá a hacer Argentina grande” replicando su lema.
“Quiero cerrar el departamento de educación y devolverlo a los estados”, ha asegurado Trump. Se trata de una propuesta del republicano que ha recibido un amplio apoyo por parte de la derecha cristiana evangélica y que casualmente coincide con uno de los puntos del polémico Project 2025. Trump lleva semanas intentado desmarcase de este plan creado en el seno del think tank ultraconservador Heritage Foundation.
Sobre Ucrania e Israel, Trump ha vuelto a afirmar que si él fuera presidente ni Rusia ni Hizbulá se habrían atrevido a atacar. También ha vuelto a defender su postura sobre la OTAN sobre la idea de que Estados Unidos aporta demasiado y ha insistido en la idea de que el mundo está al borde de una Tercera Guerra Mundial. Al terminar la conversación, que ha durado dos horas, Musk ha asegurado que cree que Estados Unidos está “en una encrucijada en el destino de la civilización”. “Y creo que tú eres el camino correcto”, le ha dicho el multimillonario al republicano.
El giro a la derecha de Musk
El lunes por la mañana, horas antes de que empezara la entrevista, Trump reaparecía en X publicando un vídeo electoral sobre su campaña. Era la primera vez que el expresidente tuiteaba en la red social desde el agosto del año pasado, cuando publicó su foto policial con la frase “Never Surrender”. A pesar de que cuando Musk compró Twitter levantó el veto a Trump, el expresidente había seguido usando su plataforma Truth Social para comunicarse con sus seguidores.
Musk encarna el giro a la derecha de Silicon Valley, después de haber apoyado Biden en las elecciones del 2020. Desde el tiroteo contra Trump, el propietario de X se ha acercado aún más a la figura del expresidente. Cuando se produjo el atentado fue de los primeros en rechazar públicamente los hechos y a enviar su apoyo a Trump. En los recientes días, su timeline en X se ha llenado de posts atacando a las mujeres del servicio secreto, haciendo bromas de la crisis de Biden y enalteciendo a Trump en general. Aunque la buena sintonía entre los dos multimillonarios ya viene de antes.
Por contradictorio que parezca, la relación entre el creador de los coches eléctricos Tesla y el republicano negacionista del cambio climático ha ido evolucionando desde los primeros días en que eran rivales abiertos. Hace apenas dos años se llegaron a insultar públicamente y al principio de la campaña de primarias, Musk mostró una mayor simpatía por el gobernador de Florida, Ron DeSantis. Pero que Musk se haya convertido en el azote de lo “woke” y defensor de la derecha en internet ha hecho que Trump sintiera interés por él.
En mayo The Wall Street Journal publicaba que el republicano se estaba planteando fichar a Musk como su asesor si es reelegido el próximo 5 de noviembre. A pesar de que el posible rol que ocuparía Musk aún no está del todo definido (y puede que incluso no llegue a pasar), según The Wall Street Journal se trataría de un cargo que tendría influencia sobre las políticas relacionas con la seguridad de la frontera y la economía.
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