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El Supremo de EEUU rechaza la pena de muerte para un hombre con discapacidad 40 años después de su condena

Supremo de EEUU rechaza sentencia de muerte a un discapacitado. Imagen de archivo.

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Después de pasar casi 40 años en el corredor de la muerte, Bobby James Moore no será ejecutado. El Tribunal Supremo de EEUU ha rechazado este martes su sentencia de muerte al estimar que su bajo cociente intelectual supone una discapacidad. Según han recogido los medios locales, la decisión ha sido adoptada en una votación de 6 a 3 a favor del preso.

En abril de 1980, el acusado cometió un robo a mano armada junto a otras dos personas en una tienda de Houston, Texas. El sujeto disparó en la cabeza a una de los dos empleados, de 70 años de edad, causándole la muerte. Huyó de la escena del crimen y fue arrestado 10 días más tarde, acusado de asesinato capital. Finalmente, Moore fue sentenciado en juicio a pena de muerte.

Desde que ingresó en el corredor de la muerte, sus abogados han estado apelando a las decisiones del sistema legal, en debate con los resultados de varios tests de capacidad intelectual realizados por diferentes instancias.

Los abogados defensores han sostenido que el acusado tiene un coeficiente intelectual muy bajo y que cuando tenía 13 años era incapaz de distinguir los días de la semana, identificar las estaciones del año, y no podía leer ni escribir y tampoco decir qué hora era.

Moore se sometió a tres exámenes de coeficiente intelectual antes de abandonar la escuela y obtuvo una puntuación de 57, 77 y 78, una cifra que le sitúa en el rango de discapacidad mental, de acuerdo a los estándares actuales de la Asociación de Discapacidades Intelectuales y del Desarrollo (AAIDD, en inglés).

En el pasado, la Corte Penal de Apelaciones de Texas dictaminó en dos ocasiones que Moore no tenía ninguna discapacidad intelectual y que, en consecuencia, podía ser sentenciado a la pena capital; incluso después de que el Supremo cuestionara hace dos años la legalidad del método usado por el estado de Texas para determinar si alguien es discapacitado mental. La disputa se encontraba en el margen de error de 5 puntos en ambas direcciones de un test que situaba el cociente intelectual de Moore en 74 puntos, por lo que estimaban que su rango era de 69 a 79. Según apuntó la Corte de Atkins, sólo la puntuación de 70 o inferior, era un indicativo de discapacidad intelectual.

En su fallo de hoy, la Corte Suprema ha explicado: “La opinión de la corte de apelación cuando se toma en conjunto y se lee a la luz tanto de nuestra opinión previa como del registro del tribunal de primera instancia se basa en un análisis demasiado parecido al de lo que previamente consideramos impropio”, ha indicado.

Las dos partes del caso han coincidido en que Moore tuvo una infancia y adolescencia difícil, pues con 17 años ya había recibido condenas por cuatro delitos, su padre le echó de casa y tuvo que vivir en la calle, donde llegó a comer de cubos de basura y desarrolló una adicción a las drogas y el alcohol.

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