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Buzones inteligentes para depositar bebés: la alternativa de los antiabortistas en Indiana

Monica Kelsey posa con un prototipo del buzón para bebés que está instalando en varios puntos de Indiana.

Joanna Walters

Hace algunos días, empezaron a aparecer en las paredes de los parques de bomberos de Indiana unas estructuras extrañas: huecos de metal con tapas desplegables. ¿Para donaciones, quizá? ¿Para ropa vieja? ¿Para libros para ONG?

No. Se trata de “buzones para bebés”: huecos en la pared climatizados, tipo incubadora, en los que, según Safe Haven Baby Boxes Inc. –una de las organizaciones pro-vida tras la iniciativa–, las madres o padres desesperados pueden depositar a sus recién nacidos de forma anónima e irse, con la garantía de que estarán seguros. Una vez que el bebé ha sido depositado, una alarma interna avisa a los bomberos de servicio para que vengan y lo recojan.

“Hemos bendecido los buzones. Ahora estamos probándolos y están funcionando a la perfección: el tiempo de respuesta es de 2 minutos 15 segundos”, explica Monica Kelsey, apasionada activista pro-vida que dirige Safe Haven Baby Boxes.

Los dos buzones para bebés de Indiana son los primeros de este tipo en Estados Unidos, aunque ya existen en otros lugares del mundo a pesar de la desaprobación de la ONU. Kelsey explica que tiene intención de tener 100 más en el estado para finales del año, y que le gustaría extenderlos por el país. Los dos siguientes se instalarán en Gary e Indianápolis, según Kelly.

Indiana es un buen lugar para que Kelsey lance los buzones en Estados Unidos. Es uno de los estados más conservadores en cuanto a las medidas contra el aborto y la restricción del acceso a la salud reproductiva y el control de la natalidad. La mayoría de los colegios del estado proporcionan una educación sexual basada únicamente en la abstinencia. Indiana también se convirtió hace poco en el segundo estado en aprobar nuevas leyes que prohíben el aborto por anomalías genéticas y obligan a que se entierren o incineren los fetos abortados. La organización Planned Parenthood y la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) han denunciado al estado para que se bloquee la ley.

Kelsey y otros grupos pro-vida y contrarios al control de la natalidad que creen en los buzones para bebés lucharon por una nueva legislación que se aprobó en Indiana el año pasado, con la oposición de algunos expertos sanitarios, para permitir la instalación de estos buzones bajo el paraguas de leyes sobre refugio ya existentes.

“Prefieren dar a luz a un bebé y abandonarlo”

A pesar de la nueva regulación, la senadora demócrata de Indiana Jean Breaux considera que estos buzones son sumamente problemáticos y son una muestra del creciente extremismo que se da en el estado. “Es otro capítulo más de la visión fanática antiabortista de este estado, a pesar de que 'Roe contra Wade' (el caso en el que el Tribunal Supremo de EEUU reconoció el derecho al aborto en 1973) es el principio legal vigente. Prefieren dar a luz a un bebé y abandonarlo que buscar alguna alternativa”, señala.

“Lo que ocurre es que, incluso con los buzones, estoy seguro de que se seguirá dejando a bebés en contenedores de basura o en la calle con el frío porque los padres están en medio de una experiencia abrumadora, llenos de miedo y ansiedad”, afirma la senadora. “La probabilidad de que alguien diga 'vamos a conducir y buscamos un buzón para bebés' creo que no es realista. En lugar de eso, demos a nuestra juventud las herramientas que necesitan para tomar las mejores decisiones y descubriremos que los buzones son innecesarios”.

Indiana también se gasta dinero federal destinado a familias necesitadas en una polémica organización antiabortista de apoyo a mujeres embarazadas de Pensilvania llamada Real Alternatives. Breaux apunta que el estado “tiene su parte de pobreza”, que hace que las adolescentes sean más vulnerables al riesgo de un embarazo no deseado. Añade que Indiana tiene escasez de médicos y centros sanitarios.

Cada buzón de bebés cuesta entre 1.500 y 2.000 dólares. Los 100 primeros los financian los Caballeros de Colón, una fervorosa hermandad católica que apoya con firmeza las causas antiabortistas. No hay datos oficiales sobre el número de recién nacidos abandonados cada año en Estados Unidos en condiciones inseguras, pero Kelsey explica que su organización trata de hacer un seguimiento a partir de informaciones periodísticas e información recopilada por la comunidad. Estima que el dato es de entre 73 y 100 bebés, la mayoría de los cuales no sobreviven.

Kelsey cuenta que ella misma fue adoptada cuando tenía ocho semanas y que siempre ha sido cristiana ferviente. Pero cuando tenía 37 años buscó quién era su madre biológica y le dieron la impactante noticia de que se quedó embarazada de ella tras una brutal violación. El aborto era ilegal entonces, en 1973, y Kelsey cuenta que su madre estuvo a punto de someterse a un aborto ilegal pero cambió de opinión en el último momento. Saber que ella fue producto de una violación la convenció de que esta no debería ser una excepción en la legislación que prohíbe el aborto.

La parroquia de Sudáfrica que inspiró la idea

Hoy, Kelsey insiste en que todos los abortos son asesinatos. Quiere que se ilegalice en todo el país sin excepciones. “Tenemos que hacerlo no solo ilegal, sino impensable. Creo que esa es la misión que Dios tiene para mí. Estoy salvando a bebés abandonados, vidas inocentes. Estoy exactamente en el camino en el que Cristo necesita que esté”, afirma.

Activista pro-vida desde hace tiempo, tuvo la revelación de los buzones para bebés cuando vio algo parecido en una iglesia de Sudáfrica durante una visita a ese lugar en 2013. El pastor le contó que algunos chicos habían encontrado un bebé en una bolsa de lona y se los habían entregado. El religioso no quería que nadie volviera a dejar así a un bebé en su parroquia, por lo que entró en acción. “Ahora tienen lo que consideran una puerta a la esperanza. Han salvado a cientos de bebés”, asegura Kelsey.

La activista volvió a Estados Unidos con la determinación de que esta era la respuesta para Estados Unidos también. Pasó los dos años siguientes investigando y diseñando los buzones, y dice que probó ocho diseños diferentes y 23 combinaciones electrónicas antes de dar con el estilo de contenedor que se acaba de instalar.

Kelsey no revelará qué estados serán los próximos a los que se dirigirá para demandar el derecho a instalar buzones para bebés, pero dice que tiene siete a la vista a corto plazo y que en cuatro de ellos no hace falta aprobar legislación adicional para instalar los buzones. “No vamos a poder tener un buzón en cada esquina, pero creemos en nuestra misión”, defiende.

Traducción de Jaime Sevilla Lorenzo

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