Martin McGuinness: su viaje de la violencia del IRA a la política convencional
- Frente a su muerte, a los 66 años, muchos elogian su talante y el papel que tuvo en las negociaciones de paz en Irlanda del Norte, pero hay quienes defienden que no se debe olvidar su pasado violento
En agosto de 1979, cuando Martin McGuinness era el Jefe de Gabinete del IRA Provisional (PIRA), la organización asesinó a Lord Mountbatten colocando una bomba a telemando en su barco. También murieron en el ataque Lady Brabourne, su esposa de 83 años, un nieto adolescente y un marinero del barco. Al día siguiente, el IRA asesinó a 18 soldados británicos en Warrenpoint, cerca de la frontera con la república. Para McGuinness, esos actos violentos fueron “el momento más crítico” de la causa de la República Irlandesa.
Casi 40 años después, McGuinness murió siendo parte de la política convencional, como ex viceministro principal de Irlanda del Norte, elogiado como uno de los artífices del proceso de paz y con una reputación que iba mucho más allá de la violencia, incluso si algunos insisten en que no se debe olvidar su pasado.
Su transformación se hizo visible con el comienzo del proceso de paz a principios de los años 90. En 1993, el Observer reveló que McGuinness había estado estableciendo comunicaciones secretas con los servicios británicos de seguridad a través de un exsacerdote católico de Derry, Denis Bradley. Las negociaciones extraoficiales pretendían ayudar a los Provisionales a terminar con la “lucha armada”. Un año después, el PIRA declaró el alto el fuego, del cual McGuinness fue uno de los principales artífices.
Pero puede que su inclinación por la vía pacífica haya comenzado mucho antes. Un antiguo comandante de la Brigada de Derry del IRA recuerda que McGuinness comenzó a manifestar su escepticismo por la violencia de la organización ya hacia 1987, cuando estaban por cruzar la frontera irlandesa para asistir al funeral de un militante del PIRA de la línea dura, uno de los ocho militantes que habían muerto en manos del Servicio Aéreo Especial (SAS, por sus siglas en inglés).
Los ocho miembros de la temida Brigada del PIRA de Tyrone Oriental habían sido abatidos ese año por una operación conjunta del SAS y policías encubiertos en la estación Loughgall Royal Ulster Constabulary en el condado de Armagh. Entre ellos estaba el comandante del PIRA de la región, Jim Lynagh.
El conductor que llevó a McGuinness al funeral de Lynagh en Monaghan, en la República de Irlanda, le dijo a the Guardian que quedó impresionado por lo que le dijo el comandante del IRA para Irlanda del Norte mientras pasaban con el coche por un control fronterizo.
“¿Qué sentido tiene todo esto?”
“Nunca olvidaré cómo Martin me miró desde el asiento del pasajero, mientras esperábamos a que vinieran los policías británicos a controlar el coche y a revisarnos. Me dijo: ‘¿Algunas vez te pones a pensar en todo esto? ¿Te pones a pensar qué sentido tiene matar a un chaval reclutado por el Ejército Británico a tiempo parcial para entregar leche o conducir un autobús escolar? ¿Te pones a pensar si vale la pena?’
“En ese momento pensé que McGuinness estaba poniendo a prueba mi lealtad, presionarme para ver si yo era leal a su liderazgo y a la causa. Pero ahora, cuando recuerdo ese momento, pienso que estaba manifestando dudas respecto de la lucha armada. No me estaba poniendo a prueba a mí, sino que estaba expresando lo que realmente pensaba, lo que luego haría en términos de abandonar la lucha armada”.
Este antiguo camarada de McGuinness luego fue encarcelado por contrabando de armas y desde entonces desertó las filas del republicanismo disidente. Su versión de que McGuinness cuestionó el uso de la violencia del PIRA incluso cuando todavía era miembro del “Consejo armado” de la organización hace pensar que ya a principios de los años 90, mucho antes de que comenzaran las negociaciones de paz, este líder nacionalista irlandés pensaba en alejar al movimiento de la lucha armada y llevarlo hacia la política convencional.
Si bien McGuinness ha recibido elogios a nivel internacional por su papel en las negociaciones de paz, muchas víctimas del IRA insisten en que no se debe olvidar su papel como líder de la organización violenta durante 30 años.
Al comienzo del conflicto en Derry, McGuinness se unió al IRA Oficial marxista. Pero cuando la organización comenzó a suavizar el nivel de violencia a principios de los 70, se pasó a los Provisionales, que eran más de línea dura. Rápidamente fue ascendiendo en rango, cuando los líderes del PIRA, entonces con base en Dublín, advirtieron su “talento”.
En 1979, McGuinness fue nombrado Jefe de Gabinete del PIRA, el mismo año en que la organización asesinó a Mountbatten. Entonces era un defensor irredento de la violencia.
Esa violencia no acabó con sus primeras incursiones en la política. Dos años después de que McGuinness dejara la jefatura de gabinete del PIRA para presentarse como candidato por el Sinn Féin en las elecciones de la Asamblea de Irlanda del Norte de 1982, el IRA asesinó a Mary Travers, de 22 años, delante de sus padres, en la puerta de una iglesia católica en el sur de Belfast.
El PIRA estaba intentando asesinar al padre de Mary, un juez local católico que la organización veía como “colaborador” del sistema judicial británico, un sistema que luego el Sinn Féin avaló y apoyó tras el alto el fuego y el Acuerdo de Viernes Santo de 1998. El hecho de que el asesinato fuera cometido en la puerta de una iglesia católica lo hizo aún más escandaloso.
“Dirigió una organización terrorista”
Ann, la hermana de Mary Travers, ha hecho campaña desde entonces para dar a conocer la que es, según ella, la verdadera historia del conflicto de Irlanda del Norte. Ella cree que no se debería permitir al IRA y al Sinn Féin presentar la lucha armada del PIRA como una ramificación del movimiento pacífico por los derechos civiles de los católicos en la provincia de Irlanda del Norte controlada por los unionistas antes de 1969.
“Perder un ser querido repentinamente es devastador, ya sea por una muerte violenta o por enfermedad”, dice Ann Travers. “McGuinness dirigió una organización terrorista durante muchos años. Pero desde hace un par de décadas se lo elogia como si hubiera sido un pacificador. Para las familias de las víctimas del IRA es decepcionante y desgarrador porque durante esa época él no nos dio nunca respuestas ni reconocimiento. Hoy pienso en todos los inocentes que murieron de forma violenta y repentina, sin tener siquiera un momento para despedirse de sus familias”.
Sin embargo, incluso los políticos que durante el conflicto veían a McGuinness como la personificación de todos sus temores hacia el IRA, ahora reflexionan sobre cómo finalmente McGuinness acabó formando parte de la política convencional.
El ganador del premio Nobel de la Paz, –el ahora Lord– David Trimble, fue funcionario del primer gobierno en el que participó McGuinness en 1998, sólo meses después del Acuerdo de Viernes Santo.
Lord Trimble era entonces el líder del partido político más grande de Irlanda del Norte, el Partido Unionista del Ulster, y se convirtió en el ministro principal de la región. En ese momento, Sinn Féin era todavía el segundo partido nacionalista más grande, pero políticos como Trimble empezaban a tener una buena impresión del partido y especialmente de McGuinness.
“Creo que no recuerdo ninguna ocasión, ya sea durante las negociaciones de paz o cuando McGuinness era ministro de educación local, en que lo haya visto perder los estribos o gritarle a los unionistas en las reuniones. En cambio, Gerry Adams (líder del Sinn Féin) era más agresivo. McGuinness siempre estaba tranquilo y se manejaba como un hombre de negocios”, afirma Trimble.
Trimble asegura que siguió de cerca la carrera de McGuinness después de irse de Irlanda del Norte. Trimble reconoce que la habilidad de McGuinness para buscar acuerdos continuó hasta el año anterior a su muerte.
Añadió: “Escuché decir a un ministro del gobierno británico que el año pasado tuvo que llamar a McGuinness para que los ayude a negociar con los nacionalistas escoceses”.
“En el Consejo Ministerial conjunto entre los gobiernos regionales de Edimburgo, Cardiff y Belfast –en cooperación con el gobierno nacional de Londres– había mucho resentimiento, todos se gritaban. Los nacionalistas escoceses gritaban e insultaban a los representantes del gobierno central, que acabaron llamando a McGuinness para que los ayudara”.“.Martin McGuinness era tranquilo y racional, y ayudó a calmar los ánimos en la reunión”.
Cuando se le pregunta a Lord Trimble por qué al final McGuinness eligió negociar y dejar la lucha armada revolucionaria, éste responde: “Comparado con Gerry Adams, McGuinness era un hombre mucho más cordial, era mucho más fácil negociar con él, era más humano… él entendía los tejes y manejes de la política. Entendía que la lucha armada del IRA estaba condenada al fracaso y que la vía política le permitiría al Sinn Féin avanzar políticamente.
Creo que, al final, era realista“.
Traducido por Lucía Balducci