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The Guardian en español

Referéndum en Turquía: esto es lo que hay que saber

El próximo 16 de abril, los turcos acudirán a las urnas para votar una reforma constitucional

Kareem Shaheen

Estambul —

¿Qué está pasando y por qué es importante?

El próximo 16 de abril, los turcos acudirán a las urnas para votar una reforma constitucional que transformaría a la actual democracia parlamentaria en un sistema presidencialista.

El paquete de medidas, que incluye 18 reformas, se está sacando a votación popular porque los cambios constitucionales propuestos no recibieron el apoyo de las dos terceras partes del parlamento. Las reformas se aprobaron el 16 de enero durante la Gran Asamblea Nacional de Turquía pero sólo con una mayoría simple. Luego fueron aprobadas por el presidente Recep Tayyip Erdoğan.

El referéndum podría ocasionar lo que sería el acontecimiento político más importante del país desde la creación de la república turca en 1923. La determinación de Erdoğan en lograr esta reforma ha sido tan grande que llegó a enviar ministros a Europa en busca de votantes expatriados y a acusar al gobierno holandés de tener “vestigios nazis” cuando Amsterdam canceló los eventos de campaña.

Bajo el nuevo sistema, Erdoğan podrá participar en dos nuevos procesos electorales, lo que significa que si gana las elecciones de 2019 y de 2024 podría quedarse en el poder como jefe de Estado hasta el 2029. Además, podría volver a liderar el AKP, el Partido de la Justicia y el Desarrollo que ayudó a fundar y que mantiene una abrumadora mayoría en el parlamento.

Aunque ejercía alguna influencia sobre la creación de las legislaciones, el cargo de presidente solía ser eminentemente ceremonial. Por la pura fuerza de su personalidad y por la lealtad que aún infunde entre el electorado y los legisladores del AKP, Erdoğan ha convertido la función presidencial en un trabajo con mucho más poder. Si el referéndum termina a su favor, el poder presidencial crecerá aún más.

¿Qué se vota exactamente?

Las 18 reformas se ocupan principalmente de las facultades del Poder Ejecutivo y del Poder Legislativo. Entre ellas, se encuentran:

La abolición del cargo de primer ministro. El presidente designará al gabinete y tendrá varios vicepresidentes. El parlamento ya no supervisará a los ministros, ya que se termina la posibilidad de presentar una moción de censura.

El presidente ya no tendrá que ser neutral sino que podrá mantener la afiliación a su partido político. Hasta ahora, el presidente tenía que cortar todos los lazos con su partido una vez electo.

La cantidad de miembros del parlamento aumentará de 550 a 600, y la edad mínima para ingresar será de 18 años en lugar de 25. El parlamento podrá someter al presidente a juicio político. Actualmente, el presidente solo puede ser enjuiciado por la legislatura si comete un acto de traición.

Abolición de las cortes militares.

El presidente podrá designar a cuatro de los trece jueces que conforman el máximo tribunal del país.

¿No estaba Turquía en estado de emergencia?

Sí, y el ambiente en el que se desarrolla el referéndum es extremadamente complicado, en particular para los que se oponen a los cambios.

El estado de emergencia se impuso en el verano de 2016, tras el fallido intento de golpe de estado en el que murieron 248 personas y más de 1.400 resultaron heridas. En toda Turquía se dice que el golpe fue orquestado por partidarios de Fethullah Gülen, un clérigo que vive recluido en EEUU y lidera desde allí el movimiento mundial Cemaat (también conocido como Hizmet). Gülen lo niega.

La purga de funcionarios, policías, militares, miembros del poder judicial, académicos y organizaciones de medios de comunicación ha derivado en el despido o arresto de decenas de miles de personas acusadas de vínculos con los gulenistas.

Los enemigos de Erdoğan dicen que las purgas han ido más allá de los participantes del golpe de estado y se han convertido en una cacería de brujas en la que puede caer cualquier opositor político.

Según los partidos de la oposición, hasta ahora hay 152 periodistas presos en Turquía. Por otro lado, una amplia variedad de enérgicas medidas contra el opositor Partido Democrático de los Pueblos (HDP) ha terminado con más de diez de sus legisladores en la cárcel. Entre ellos, sus dos líderes.

Turquía también ha sufrido una gran cantidad de ataques terroristas por parte del Estado Islámico. El último ocurrió en el club nocturno Reina en la víspera de Año Nuevo: murieron 39 personas. Los ataques del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), un grupo categorizado como terrorista que enfrenta una rebelión en el sureste del país, siguen después del fracaso de las negociaciones de paz en junio de 2015.

¿Por qué hay quien vota por el 'sí'?

La mayoría simple que aprobó las reformas constitucionales en el parlamento estaba formada por una alianza entre nacionalistas y miembros del AKP.

Los partidarios de las reformas sostienen que los cambios conducirán a una “Turquía fuerte” donde el Ejecutivo tendrá poder para impulsar el desarrollo económico y combatir el terrorismo. Son los que atribuyen el caos de los años 90 a los gobiernos de coalición, cuyas disputas sumieron a Turquía en una recesión económica con una catastrófica inflación.

Los partidarios de la reforma también creen que un poder ejecutivo de grandes facultades, al que comparan con los sistemas francés, estadounidense y mexicano, podrá enfrentar mejor la amenaza del terrorismo en épocas de incertidumbre; en particular después del golpe de estado, de la escalada de violencia en los sectores de mayoría kurda y de la constante campaña contra el Ejército Islámico y la red de Gülen. Los partidarios se sienten cómodos con la estabilidad del gobierno del AKP, actualmente en el poder.

Los que están a favor de las reformas también dicen que el cambio es necesario para dejar atrás una constitución anticuada, diseñada bajo un gobierno militar. Según dicen, esa carta magna produjo un “Poder Ejecutivo bicéfalo”, con atribuciones y autoridades en conflicto y parálisis en la toma de decisiones. Dicen que en el sistema propuesto no faltan los controles, como la capacidad de iniciar juicio político al presidente por un conjunto más amplio de delitos y como la posibilidad de llamar a elecciones presidenciales anticipadas para evitar la concentración de poder en una sola persona.

Según el legislador del AKP y miembro del comité constitucional, Muhammet Emin Akbaşoğlu, “habrá más estabilidad, Turquía ya no perderá más tiempo, se acabarán las dudas y las cosas que pueden causar inestabilidad y se pondrá en forma el aparato del Estado, dejando a un lado las partes que funcionaban de manera defectuosa”.

Más allá de la complejidad de la política, Erdoğan también puede contar con la atracción que ejerce sobre los que lo ven como a un líder sensato y capaz de enfrentar a Occidente, un pilar para hacer conscientes de sus derechos a pobres y oprimidos. Muchos respetan también la devoción religiosa de Erdoğan, sus valores islámicos.

¿Por qué hay quien vota por el 'no'?

Los dos principales partidos opositores, el incondicionalmente secular Partido Republicano del Pueblo (CHP) y el HDP, formado principalmente por legisladores kurdos, votaron contra el proyecto de ley. También, la coalición de miembros de izquierda y de grupos representantes de minorías.

Los opositores temen que el sistema presidencial desemboque en un régimen de un solo hombre con Erdoğan a la cabeza. Dicen que con los años se ha vuelto más autoritario y señalan las severas medidas de su gobierno contra los disidentes, así como su poca tolerancia a las críticas, como demuestra la aparente hipersensibilidad del presidente a insultos y burlas.

Los opositores dicen que los cambios le permitirán continuar con la purga en la burocracia, la policía, los militares, el poder judicial y el sector académico; además de seguir arrestando y hostigando sistemáticamente a gran parte de la organización política y de base del HDP.

Según el legislador del CHP y miembro del comité constitucional, Bülent Tezcan, el paquete propuesto implica que el régimen “democrático de Turquía será reemplazado por el gobierno de una sola persona”: “Le da todos los poderes al presidente, incluidos el ejecutivo y el judicial, y todas las ramas del poder político estarán unidas en una sola persona”.

Los opositores también dicen que el referéndum se lleva a cabo en un entorno hostil, donde los opositores son eficazmente acallados mediante el arresto de importantes periodistas, académicos y políticos, incluyendo al carismático jefe del HDP, Selahattin Demirtas, y a los periodistas de Cumhuriyet, el periódico de la oposición.

Los opositores también ponen en duda eso de de que habrá suficientes controles en el nuevo sistema. Sostienen que no alcanzarán para contener las facultades del presidente, puesto que deja al parlamento sin capacidad de supervisar al Ejecutivo, deja en manos del presidente la designación de demasiados jueces y permite que Erdoğan se mantenga en el AKP, consolidando su control sobre todos los aspectos de la vida política.

¿Quién gana?

Es una carrera reñida y nadie lo sabe. Las encuestas varían ampliamente, claro signo de electorados divididos. El resultado puede depender de ese 10% de votantes que aún dice no saber qué prefiere.

Traducido por Francisco de Zárate

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