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The Guardian en español

Reino Unido pagó hasta tres veces menos a sus soldados negros durante la Segunda Guerra Mundial

El secretario de Estado para las Colonias de Reino Unido conversando con tres voluntarios durante un desfile militar celebrado entre 1939 y 1945.

Jack Losh

Hasta tres veces menos. Según un documento que acaba de salir a la luz, así de grandes podían ser las diferencias entre el salario recibido por los soldados blancos del ejército británico y el pagado a los más de quinientos mil africanos negros que pelearon junto a ellos en la Segunda Guerra Mundial. Ahora los veteranos que siguen con vida piden al Gobierno de Theresa May que investigue lo ocurrido y exigen una indemnización.

Enterrado en los archivos nacionales de Reino Unido, el documento prueba la discriminación sistemática del Gobierno británico contra los soldados negros: los miembros blancos del personal, incluso los que vivían en las colonias de África y servían junto a soldados africanos en unidades coloniales británicas, eran mucho mejor pagados que sus homólogos negros.

La ministra de Desarrollo Internacional, Penny Mordaunt, ha reconocido la existencia de desigualdades en el pasado y los diputados laboristas están pidiendo al Gobierno que aclare el asunto. Wayne David, responsable de defensa del Partido Laborista, exigió el miércoles una investigación oficial inmediata: “El ministro de Defensa debería presentar el tema en la Cámara de los Comunes y dejar constancia de que fue un error y se corregirá, así de simple, directo y claro... Hace falta una investigación gubernamental a gran escala y que toda la información sea presentada”. 

El documento fue descubierto por los responsables de un documental de la serie ‘Gente y poder’ emitido por la versión en inglés del canal Al Jazeera. En él se demuestra que los criterios de Gran Bretaña para pagar a sus soldados no eran sólo rango y antigüedad. También influía el color de piel.

Como dice el profesor Timothy Parsons, una de las personas que más saben del ejército británico en el este de África, la vida de un africano y la de un europeo no valían lo mismo para el régimen colonial. Parsons espera que el Gobierno actual corrija las injusticias cometidas en el pasado contra esos soldados. “Puede ser una oportunidad para corregir errores; no es algo que vaya a costar mucho por persona”.

Una vez que un soldado era desmovilizado, Gran Bretaña le entregaba una suma total que se consideraba la gratificación de guerra. La cantidad exacta se calculaba en función de la jerarquía racial consagrada por el imperio.

“Cuando salí, no me dieron nada”, cuenta Eusebio Mbiuki, un veterano de guerra que a sus 100 años vive en la miseria en una zona rural de Kenia. Luchando por Gran Bretaña, Mbiuki vivió el despiadado combate en las selvas de Birmania. “Deberían haber reconocido cuánto les ayudamos. Nos habrían dado algo, pero no ha sido el caso. Nos abandonaron así como así”. 

A lo largo de la primera mitad del siglo XX, Gran Bretaña reclutó a varones negros de sus colonias en África (en muchos casos obligados) para proteger sus territorios de ultramar. Durante la Segunda Guerra Mundial, estos soldados sirvieron de refuerzo para los aliados en la batalla contra los italianos del Cuerno de África, en la recuperación de Madagascar de manos de los franceses de Vichy y en la valiente lucha contra las fuerzas imperiales de Japón por todo Birmania. 

Pese al terrible despliegue y sacrificio de estos soldados, el Gobierno británico les negó la posibilidad de un trato equitativo. Según la investigación de Al Jazeera, un soldado blanco podía ganar 10 chelines por mes de servicio prestado, mientras que un soldado negro del mismo rango sólo recibía 3,5. Por cada cabo blanco, la compensación de guerra de Gran Bretaña ascendía a 12 chelines por mes de servicio. Para los cabos negros, el cálculo era de 4 chelines por mes.

Tras consultar en Londres con el Ministerio de Guerra y el de Asuntos Coloniales, las administraciones coloniales británicas eran las encargadas de gestionar los pagos. La diferencia en la compensación era aún más abismal en el caso de los africanos negros contratados como empleados. En teoría, no combatían, pero muchas veces terminaban en la línea de fuego. Por cada mes de servicio, los soldados, cabos y sargentos de este cuerpo recibían 2, 2,5 y 3 chelines respectivamente. Más o menos una quinta parte de lo que pagaban a los soldados blancos.

Reino Unido también practicó la discriminación racial con los asiáticos reclutados en el África oriental británica. Independientemente del rango que tuvieran, estos soldados ganaban 7,5 chelines por mes de servicio. Menos que sus homólogos blancos y más que los negros.

El general Lord Richards, exjefe de las fuerzas armadas británicas, se quejó del desprecio sufrido por estos soldados tras servir en el Ejército británico. “Estamos hablando de gente que luchó por nosotros en las circunstancias más horribles”, dijo a los responsables del documental. La generosidad de espíritu, dijo, debería ser lo que defina a Gran Bretaña y al pueblo británico: “Tengo la sensación de que a veces nuestros líderes políticos no lo recuerdan (… ) Debería darnos vergüenza que veteranos que lucharon por nuestro país vivan en la miseria... no es demasiado tarde, estamos a tiempo de arreglarlo”. 

Mordaunt, cuyo Ministerio de Desarrollo Internacional vela por el bienestar de los veteranos de la Commonwealth, reconoce que en las fuerzas coloniales se produjo una discriminación importante. “Está claro que hubo enormes desigualdades en el trato que se le dio a las personas”, dijo la ministra, que en noviembre anunció un nuevo paquete de ayudas para veteranos empobrecidos y viudas de guerra de la Commonwealth. “Es evidente que prejuicios de hace muchos años, predominantes en esa época, hicieron que se tratara de manera muy diferente a las personas. Algunas de ellas prestaron un servicio que no fue valorado”.

Preet Gill, miembro del Partido Laborista encargada de los asuntos de desarrollo internacional, también ha pedido al Gobierno que indemnice a los veteranos aún con vida: “La primera ministra tiene que volver a la Cámara de los Comunes, reconocer que esto ocurrió, pedir disculpas y explicar qué va a hacer. En nombre del país, tiene el deber de reconocerlo públicamente. Es una responsabilidad de la persona que presida el país, no importa cuánto tiempo después; sólo han pasado 70 años y estos hombres siguen vivos”. “La primera ministra tiene que reunirse con ellos y con sus familias y reconocer lo que esto significa realmente para ellos. En todo este tiempo no han podido hacer que su voz fuera escuchada”.

Menzies Campbell, exlíder de los Liberal Demócratas y portavoz del partido en asuntos de defensa, también ha pedido una reparación: “Una vida es una vida, por el amor de Dios y todas las vidas tienen el mismo valor.... Si los que sirvieron por nuestro país están ahora en la miseria, significa que todavía estamos a tiempo de reconocer su sacrificio y su servicio, de igual valor que el de cualquier otro miembro del Ejército británico. Merecen que se les reconozca y recompense en este momento. Desde la perspectiva que tenemos hoy, la distinción que se hacía no tenía absolutamente ninguna justificación”.

“Reino Unido está en deuda con todos los hombres y mujeres de África que se ofrecieron como voluntarios para servir junto a Gran Bretaña en la Segunda Guerra Mundial”, ha explicado un portavoz del Ministerio de Defensa. “Su valentía y sacrificio contribuyeron en gran medida a las libertades de las que todos disfrutamos hoy”.

Traducido por Francisco de Zárate

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