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Human Rights Watch denuncia que la crisis humanitaria en Chernígov se parece ya a la de Mariúpol

18:48 h, 31 de marzo de 2022

Los habitantes de la ciudad de Chernígov, en el norte de Ucrania, tienen un acceso limitado al agua corriente, la electricidad o la calefacción desde principios de marzo de 2022, cuando las fuerzas rusas intensificaron su asalto a la ciudad, según ha denunciado Human Rights Watch (HRW) este jueves.

Las autoridades ucranianas llevan días alertando de la situación humanitaria en la que se encuentra la ciudad bajo fuertes bombardeos y han dicho que la mitad de la población ya se ha marchado. 

Moscú ha anunciado que reducirá su presión militar alrededor de la ciudad para impulsar las negociaciones de paz, pero las autoridades acusaron este miércoles a las fuerzas rusas de no cesar sus ataques. La ONG dice que, a 30 de marzo, no parecía haberse producido ninguna reducción significativa de las actividades militares en la ciudad y sus alrededores. 

HRW denuncia que las condiciones en Chernígov recuerdan a las de Mariupol, en el sureste del país, donde la situación está muy deteriorada, con vecinos refugiándose en sótanos sin apenas acceso a agua corriente, electricidad, calefacción, atención médica o servicio de telefonía móvil mientras las fuerzas rusas sitian la ciudad. 

La organización de derechos humanos cree que desde al menos el 24 de marzo, las fuerzas rusas han sitiado de manera efectiva Chernígov, controlando casi todos los accesos a la misma y atacando el puente que facilitaba la última ruta de acceso que quedaba para entrar y salir de la ciudad hacia el territorio controlado por Ucrania. 

Esto, según HRW, ha impedido la evacuación de los heridos, incluidos los niños, y el uso de la ruta para la entrega y distribución de bienes humanitarios, incluidos suministros médicos críticos, a la población.

“Los civiles de Chernígov llevan días atrapados, en una crisis en picado sin acceso a los servicios básicos y sin medios de escape, todo ello mientras viven bajo la amenaza constante de los ataques rusos”, dice Richard Weir, investigador de crisis y conflictos de Human Rights Watch en un comunicado. “Las fuerzas rusas, junto con las ucranianas, deben tomar las medidas necesarias para permitir a los civiles que lo deseen abandonar la ciudad de forma segura y garantizar que se satisfagan las necesidades básicas de los civiles que se quedan”.

Autoridades locales citadas por HRW calculan que 350 civiles han muerto durante los ataques a la ciudad.

Informa Icíar Gutiérrez.