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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz
ENTREVISTA | Candidato del Partido de la Izquierda Europea

Walter Baier: “El ascenso de la extrema derecha es el argumento más fuerte para mantener la unidad de la izquierda”

El presidente del Partido de la Izquierda Europea, Walter Baier.

Irene Castro

Corresponsal en Bruselas —

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Walter Baier (Viena, 1954) es el candidato del Partido de la Izquierda Europea para las próximas elecciones de junio que van a estar protagonizadas por el ascenso de la extrema derecha, que el político austríaco atribuye a una mala gestión, en buena medida desde la UE, que ha llevado a “una crisis de las condiciones de vida, la crisis de la vivienda o la precariedad”. Como receta, pide la unidad de la izquierda, aunque no ve preocupante la brecha entre Sumar y Podemos en esos comicios.

Sobre la guerra en Ucrania, cuestiona la deriva de la UE, donde se ha impuesto el debate sobre el refuerzo de la industria de la defensa que ve “en la dirección equivocada”, y reclama a los dirigentes europeos que auspicien una propuesta de paz. En el caso de Gaza, exige el reconocimiento del Estado Palestino para solucionar el conflicto, aunque reconoce que con “un Gobierno con neofascistas”, en referencia al de Benjamín Netanyahu, “no se puede tener paz”.

Hablemos del incremento de la extrema derecha, que va a ser el gran tema de esta campaña. ¿Cuáles son las causas?

Creo que es una expresión de la crisis que atraviesan las sociedades europeas. La Unión Europea, los Estados miembros y los gobiernos tienen que abordar las razones sociales: la crisis de las condiciones de vida, la crisis de la vivienda, el mal estado de los servicios públicos, la precariedad, todas estas cosas, que hacen que la gente se preocupe y se enfade, y que mire con pesimismo al futuro. Estas son las causas. Y si la política no aborda estas causas reales de la crisis, sólo allanará el camino a la extrema derecha. Oponerse a la extrema derecha, al discurso del odio, a la misoginia, a la islamofobia, al racismo y al antisemitismo es una obligación cultural y moral.

Sólo hay cinco gobiernos progresistas de 27. ¿Qué están haciendo mal las fuerzas progresistas?

Las fuerzas progresistas son diferentes. Por ejemplo, el gobierno alemán en el que están los verdes y los socialdemócratas incluye también al FDP, que es un partido puramente neoliberal. ¿Cómo puedes mejorar realmente las condiciones de vida de la gente si tienes a bordo un partido que se opone sistemáticamente a cualquier intento de superación del paradigma neoliberal, que quiere volver a la política de austeridad, que favorece el aumento del armamento, que —en línea con la política de tipos de los bancos centrales europeos— exige la reducción de las prestaciones sociales? Eso es lo que están haciendo mal, aunque intenten hacer cosas bien, se quedan a medias. Se reducen a lo que piensan que encaja en el marco del sistema capitalista general en el que se mueven.

¿Y por qué piensa que el discurso de la extrema derecha gana al de la izquierda?

El caso español muestra que no es necesariamente así. Hace unos días, por ejemplo, tuvimos elecciones municipales en Salzburgo, que es una de las principales ciudades de Austria, y el Partido Comunista, que forma parte del Partido de la Izquierda Europea, obtuvo el 37% de los votos y la extrema derecha desapareció. Esto demuestra que si se hace política de forma consecuente y con una visión social, se puede parar a la extrema derecha. Lo que he aprendido ahora estando en la asamblea de Sumar y lo que conozco de Portugal no es diferente. La cuestión de la vivienda es central porque afecta a toda la sociedad, pero particularmente a la generación joven. Si los partidos pierden a la generación joven y no hay como en España una alternativa fuerte orientada a la izquierda, obviamente la extrema derecha gana terreno.

Pone un ejemplo en Austria, pero allí las encuestas muestran que el Partido de la Libertad ganará. Hace unos años, la UE puso sanciones por un acuerdo con esa fuerza y ahora ha cambiado totalmente. ¿Qué ha pasado?

Esa es una muy buena pregunta. En realidad, lo que ocurre desde entonces es que el Partido Popular Europeo mostró una apertura para entrar en una coalición con la extrema derecha. En el caso austríaco, se trata de un partido neofascista. Pero desde entonces, muchos otros partidos conservadores siguieron el mismo camino. Parece que hay una normalización de estos discursos de odio y de estos discursos ultra reaccionarios racistas. En parte, refleja también el cambio general en la atmósfera pública. Pero yo diría que en el centro de este cambio está el cambio de actitud de los partidos conservadores.

Antes había un cordón sanitario y ahora ya no. ¿Cree que sería posible restablecerlo?

Eso depende de cada país. En Austria, por ejemplo, el partido conservador abre descarada y abiertamente las puertas a la extrema derecha. Pero dentro de este partido, en el Partido Popular Austríaco, también hay una tendencia cristiana y católica y eso es diferente. Y eso significa que estos partidos en general se caracterizan por esa división. Creo que en España es realmente diferente porque el Partido Popular viene directamente de la dictadura. Pero en Austria o en Alemania también hay otra tradición. Creo que si la izquierda es fuerte y si las fuerzas democráticas conquistan las calles y conquistan el discurso público, eso también puede cambiar la actitud de estos partidos.

Este debate sobre aumentar el armamento nos lleva en la dirección equivocada y también es peligroso

¿Ve a Ursula von der Leyen al frente de la Comisión Europea otro mandato? Ha echado el freno al Pacto Verde Europeo, ha endurecido su posición respecto a la inmigración... ¿Lo hace para ganar al discurso de la extrema derecha?

Votamos contra ella y volveremos a votar contra ella, y con más razón. Ella ha dado un giro radical. Parece que Giorgia Meloni se ha convertido en su compañera de viaje cuando se trata de visitar estos puertos y gobernantes autoritarios sólo con el fin de impedir [la llegada de] los refugiados. ¿Lo hace para ganar votos? Posiblemente. Pero es miope si legitima el discurso de extrema derecha para luchar contra la extrema derecha. Desde un punto de vista muy pragmático, quiere conseguir el apoyo para su presidencia. Y esa es también una razón por la que no la votaríamos de todos modos.

Imagine que su voto es necesario para evitar un acuerdo del PPE con las fuerzas de extrema derecha. ¿Votaría a Ursula von der Leyen?

Ursula von der Leyen necesita el apoyo de los gobiernos. Si Giorgia Meloni apoya la candidatura de Von der Leyen, puedo excluir absolutamente esta opción. En segundo lugar, no nos sumaremos a esta lógica de hacer cosas malas para evitar lo peor, porque en realidad, vemos después de los últimos 20 años que lo malo siempre se vuelve peor. Necesitamos otra lógica en la política europea, un giro hacia los intereses reales de los trabajadores, una transición ecológica y energética seria. Y lo haremos según estos principios.

¿Cree que el grupo de La Izquierda en el Parlamento Europeo estará compuesto por los mismos partidos o teme que haya una división?

Espero que no esté compuesto por los mismos partidos y que veamos nuevos partidos formando el grupo. Veremos nuevas personas. Es crucial que haya una izquierda fuerte y unida en el Parlamento Europeo. Vemos las múltiples crisis, la necesidad de dar respuestas progresistas, vemos el auge de la extrema derecha. Así que necesitamos unidad en la izquierda.

¿Cree que esa unidad se da por hecha o puede haber algunos intentos de formar un grupo con algunos socialistas, verdes e izquierda?

Estoy totalmente a favor de una fuerte unidad en la izquierda. Es difícil decir lo que va a pasar porque, como he dicho, habrá diferentes partidos, diferentes personas. Pero creo, y esa es la posición de nuestro partido, que adoptamos en junio una resolución en la que pedimos la unidad de la izquierda porque el ascenso de la extrema derecha es el argumento más fuerte para mantener la unidad.

En el caso español, ¿qué piensa de la brecha entre Podemos y Sumar? ¿Cree que puede perjudicar las expectativas electorales de la izquierda?

Sinceramente, no lo sé. Conozco casos en los que, paradójicamente, si dos partidos de izquierda compiten entre sí pueden conseguir más escaños de los que conseguirían si estuvieran unidos. No sé cómo funciona esto en el caso español. Nuestra principal referencia en España es Sumar, ya que Izquierda Unida es un partido miembro del Partido de la Izquierda Europea. Pero al mismo tiempo, deseamos a todos los partidos de izquierda en España buenos resultados en las elecciones europeas y en las nacionales. Nosotros, como Partido de la Izquierda Europea, somos una formación en la que hay suficiente espacio para la diversidad y el pluralismo, y los queremos a todos porque reflejan, de alguna manera, realidades de la sociedad.

Podemos es una especie de observador en el Partido de la Izquierda. ¿Le gustaría que estuvieran dentro o cree que es imposible?

A veces me gustan las cosas que no son posibles, pero deberían ser posibles. Y nos gustaría que estuvieran dentro. Por supuesto que encajarían en la familia.

¿Hará campaña con los dos?

Aceptaré cualquier invitación que me hagan para hacer campaña.

¿Podemos le ha invitado?

Todavía no, pero ahora estamos en esta fase en la que confeccionamos el calendario.

Yolanda Díaz también ha estrechado lazos con Los Verdes. Estuvo en una asamblea en Madrid. ¿Cree que esto es correcto? ¿Cree que se puede comer de los dos platos? 

Sí, sí. Es un partido que es al mismo tiempo una alianza de fuerzas diferentes. Y nosotros respetamos y aceptamos esto. Quizá sea también un experimento interesante: cómo pueden vivir bajo un mismo techo los verdes y los rojos.

No habrá paz a menos que se cree un Estado palestino y la Unión Europea debería reconocer a Palestina. Y no se puede tener paz con neofascistas en uno de los gobiernos.

¿Qué piensa de la guerra en Ucrania? ¿Está de acuerdo con el envío de armamento y la posición que está manteniendo la UE?

La agresión rusa es injusta, irresponsable y una violación del derecho internacional. La condenamos desde el primer día. Ahora tenemos esta guerra desde hace dos años, miles de muertos, cientos de pueblos destruidos, millones de personas huidas... Hay que parar la guerra. No veo ningún intento serio de la Unión Europea de facilitar un acuerdo de paz. Nosotros acordamos tres principios: queremos negociaciones, queremos un alto el fuego y queremos la retirada de las tropas rusas. No basta con enviar armas y decir que apoyaremos la guerra hasta que muera el último soldado ucraniano. Queremos ver a la Unión Europea proponer una iniciativa de paz y empezar a ayudar a iniciar las negociaciones.

Hay un debate sobre cómo financiar la industria de defensa. Escuchamos a dirigentes decir que si Rusia gana, habrá una tercera guerra mundial. ¿Cree que es un debate necesario?

Me parece realmente obsceno, dada la crisis del coste de la vida o dado que Europa se ha convertido en el continente que más rápido se calienta, gastar miles de millones adicionales para armamento. El presupuesto total de la Unión Europea asciende al 1,1% del PIB de los estados miembros, y ahora los estados miembros deciden gastar el 2% del PIB en armamento. Y esto en una situación en la que la gente está preocupada por calentar sus casas, por pagar sus alquileres, por tener que elegir entre pagar el alquiler o tener una buena comida. Este debate sobre aumentar el armamento nos lleva en la dirección equivocada y también es peligroso.

La UE acaba de pedir un alto el fuego en Gaza. ¿Ve un final para esa guerra?

Debe llegar a su fin. No conozco a nadie en el Partido de la Izquierda Europea que no haya condenado el ataque de Hamás contra civiles israelíes. Pero lo que vemos ahora es una guerra de venganza, una guerra sangrienta, 32.000 muertos, 1,1 millones de palestinos muriendo de hambre. Debemos presionar a Israel. Debemos emplear sanciones contra el gobierno de Netanyahu, porque si no lo hacemos, esto acabará en un genocidio. La postura de la Unión Europea es hipócrita: por un lado, dicen que necesitamos ayuda humanitaria, y por otro lado, suministran a Israel armas que se utilizan inmediatamente en Gaza. Nos oponemos a este doble rasero. El acuerdo de asociación debe suspenderse. 

No parece que vaya a suceder.

Sí, no parece que vaya a suceder y es por lo que se necesita poner presión pública sobre los políticos y la UE.

¿Qué pasa con el futuro de Palestina? ¿Qué pasos se deben dar?

Obviamente no habrá paz a menos que se cree un Estado palestino y la Unión Europea debería reconocer a Palestina ahora para crear un cambio en la relación de poder. Conozco a muchos palestinos y a muchos israelíes y se las arreglarían viviendo juntos en dos Estados. El problema son, como siempre, los políticos y, en este caso concreto, el gobierno nacionalista de extrema derecha, que incluye también a neofascistas. Y no se puede tener paz con neofascistas en uno de los gobiernos.

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