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Análisis Sid Meier’s Starships

Sid Meier's Starships

Jaime Pérez

La saga Civilization siempre se ha caracterizado por ofrecer una propuesta estratégica compleja, profunda y repleta de opciones, un planteamiento que le ha hecho ganarse toda una legión de adeptos amantes de la estrategia por turnos, pero que también ha provocado que muchos jugadores no terminen de incorporarse por el esfuerzo que supone  aprender, entender y retener todos sus conceptos.

Con el auge de los dispositivos móviles de los últimos años, la popular franquicia de Sid Meier no ha desaprovechado su oportunidad para suavizar la experiencia con títulos que simplifican muchas de sus mecánicas jugables con el fin de ganar nuevos seguidores sin exigirles grandes sacrificios. ¿El resultado? Una propuesta similar y ciertamente entretenida, pero que queda lejos de alcanzar el nivel de las grandes entregas de la saga.

Sid Meier’s Starships sigue en esta misma línea, aunque en esta ocasión lo que nos encontramos es una extensión de Beyond Earth, la última entrega de la serie Civilization ambientada en un entorno futurista y en la conquista de nuevos mundos.

Muchos de los términos y conceptos de juego, incluyendo líderes, condiciones de victoria y configuración de la partida se inspiran claramente en el lanzamiento original, pero lo cierto es que el desarrollo de cada contienda, poco o nada tiene que ver con cualquier Civilization anterior.

Nuestra misión consistirá en conseguir y mantener el control de distintos sistemas solares mientras desplazamos nuestra flota de un lugar a otro para ganar influencia y ampliar así el número de planetas que se incorporan a nuestra causa.

La exploración, a diferencia de cualquier juego de la saga, apenas tiene peso en el transcurso de la partida al establecer rutas fijas entre planetas cercanos, es decir, todo está mucho más estructurado y simplificado que cualquiera de los mapas de casillas hexagonales de las últimas entregas.

La gestión de recursos también está limitada a la mínima expresión. Podremos establecer ciudades en aquellos planetas que se encuentren dentro de nuestras fronteras espaciales, construir mejoras y comprar un puñado de estructuras especiales (llamadas maravillas en honor a la saga) que nos otorgan determinadas ventajas, pero básicamente la gestión de nuestro territorio consiste en obtener ingresos y recursos sin demasiados quebraderos de cabeza.

En Sid Meier’s Starships el protagonismo absoluto lo acaparan los combates, donde tendremos que sacar el máximo provecho de las naves de nuestra flota para derrotar a nuestros enemigos, mientras cumplimos los objetivos marcados en cada misión, que pueden ir desde escoltar a una nave, a mantener el control de una estación durante un número determinado de turnos, o a eliminar una nave enemiga concreta antes de que alcance su destino.

Antes de enzarzarnos en una batalla por el control de un sistema, tendremos que preparar nuestra flota a conciencia y aprovechar esos recursos que nos proporcionan los planetas que controlamos para mejorar la resistencia, maniobrabilidad y armamento. Se trata de uno de los aspectos más atractivos del juego y nos permite personalizar cada nave, especializándola para funciones concretas. Por ejemplo, podremos mejorar una nave que se desplace rápidamente por el escenario mientras suelta pequeños grupos de cazas capaces de atacar por su cuenta, crear una nave con potentes escudos y blindaje para encabezar un ataque, o equipar naves con gran potencia de fuego para disparar desde la distancia.

Estas decisiones nos permiten abordar cada enfrentamiento de formas muy diferentes, ya sea utilizando la fuerza bruta o recurriendo a sistemas de camuflaje mientras aprovechamos la protección y cobertura que nos ofrecen los campos de asteroides.

Los combates, al igual que nuestras acciones en el mapa general, se desarrollan por turnos, y dispondremos de una serie de acciones que principalmente se centran en movimiento, disparo de un arma concreta o el uso de alguna habilidad especial. No es especialmente complicado, ni cuenta con un alto grado de profundidad táctica, pero en los niveles más altos se necesita tener especial cuidado porque un movimiento en falso avanzando una casilla de más puede suponer la diferencia entre el éxito y el más rotundo de los fracasos.

La fórmula funciona bien y resulta accesible para cualquiera, pero como decíamos, puede pecar de simplificar en exceso la experiencia, echando para atrás a muchos amantes de la saga.

Esta excesiva simplicidad, se extiende a todos los ámbitos y es inevitable pensar que se podría haber sacado más provecho a la diplomacia, la gestión de recursos o los distintos tipos de armas, que en la práctica, se comportan de forma muy similar salvo por una mayor potencia de fuego según la distancia o distintas penalizaciones a la hora de atravesar asteroides. Quizás la principal excepción la encontremos en los torpedos, unos proyectiles que podremos disparar y detonar en un turno posterior si el enemigo no se aparta de su trayectoria.

Los escenarios cuentan con cierto grado de interacción, y podremos sacar provecho de la cobertura que ofrecen los planetas o los pasos que se abren con el movimiento de los asteroides tras cada turno. Esto aporta ciertas limitaciones de movimiento y oportunidades que tendremos que saber aprovechar para sacar el máximo partido a nuestras acciones, pero no implica más profundidad táctica que calcular las casillas para despejar la línea de disparo o evaluar cómo de expuestos nos podemos quedar a los ataques enemigos tras finalizar el turno.

Contra todo pronóstico, y a pesar de la sencillez general, Sid Meier’s Starships puede resultar un juego sorprendentemente confuso por la falta de claridad en las explicaciones y la ausencia de tutoriales en condiciones. Incluso un jugador experimentado de la saga Civilization puede tener ciertos problemas a la hora de comprender algunos conceptos que ni la espaciopedia termina de aclarar, por lo que en ocasiones no queda otra que experimentar y recurrir a un molesto ejercicio de ensayo y error para ver y entender cómo funcionan exactamente.

Visualmente el juego es correcto y busca en mayor medida la funcionalidad en detrimento de la espectacularidad, quizás se note en exceso que se trata de un juego de PC diseñado con la versión para dispositivos móviles en mente, pero en la práctica, y a pesar de sus modelados básicos y la pobreza de los efectos especiales, cumple su cometido. El interfaz por su parte, está perfectamente adaptado al control táctil, por lo que también se reduce a la mínima expresión, aunque teniendo en cuenta lo limitado de sus opciones, tampoco supone un grave problema.

El principal problema sin duda lo encontramos en la sonada ausencia de un modo multijugador, que dado el planteamiento directo que ofrece, era algo que podría haber alegrado mucho la experiencia al enfrentarnos a oponentes de carne y hueso, porque al igual que en cualquier juego de Civilization, la IA puede resultar desafiante, pero sus altos grados de estupidez pueden dejarnos algún que otro momento para recordar.

En definitiva Sid Meier’s Starships es un juego entretenido, que permite al jugador disfrutar de la estrategia por turnos sin necesidad de rebanarse los sesos. La herencia que recibe de Beyond Earth tiene su encanto, y aunque desde el punto de vista argumental aporta un trasfondo interesante, una vez saltamos al campo de batalla, resulta prácticamente intrascendente.

Se trata de un título que busca ante todo ser accesible para cualquiera, aprovechando la temática de uno de los mejores juegos del género, algo que a buen seguro podrá atraer a los recién llegados, pero que puede quedarse en una mera anécdota para los fans de la franquicia en la que se basa.

Lo mejor:

Lo mejor:

  • Hereda algunos conceptos de juego de una de las mejores sagas de estrategia por turnos.
  • Se trata de un juego accesible para cualquiera, directo y sin demasiadas complicaciones, pero que ofrece enfrentamientos interesantes donde cada casilla cuenta.
  • Las posibilidades de personalización de las naves dan algunas combinaciones especialmente interesantes.
  • Los combates se desarrollan de forma fluida y permiten abordar cada situación de formas muy diferentes.

Lo peor:

Lo peor:

  • Excesivamente simple, puede echar para atrás a los amantes de la franquicia en la que se basa.
  • No se han explotado bien el potencial que ofrecía el sistema de armamento, que a la larga resulta demasiado limitado.
  • Imperdonable ausencia de un modo multijugador, sobre todo teniendo en cuenta las carencias de la IA.
  • Gráficamente resulta muy práctico, sobre todo pensando en los dispositivos táctiles, pero la versión PC es un tanto pobre.
  • Sorprendentemente confuso a pesar de su sencillez, pide a gritos tutoriales más claros y más información en el interfaz.
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