150 personas unidas para dar vida al Belén de Alcanadre: “Para mí es una tradición igual que la Nochebuena”
Algún traje que arreglar, un detalle en el decorado que reparar, idas y venidas al Monte Viso para llevar los focos, ensayos... Alcanadre ha pasado estos días ultimando los detalles para celebrar la que será la 53 edición de su Belén viviente. Una de las citas navideñas más tradicionales de La Rioja y que mueve a cerca de 150 vecinas y vecinos del pueblo, entre intérpretes -unas 120 en las cinco representaciones - y los que se mantienen detrás de bambalinas, encargándose de labores que van desde el maquillaje hasta el sonido o la iluminación, costuras y arreglos.
Aldeano, Adán, Moisés, Abraham, Samuel, David, soldado, abanicador de Herodes, San José... y, este año, posadero, un personaje especialmente entrañable. Ángel Royo lleva toda su vida participando en este Belén. “Para mí es igual que la Nochebuena, lo he vivido desde que he nacido”, explica unos días antes de la llegada del estreno. “Lo vivimos, queremos que salga bien y nos involucramos todos para que salga como tiene que salir”.
Un trabajo de meses - desde septiembre u octubre comienzan con las labores de renovar algún traje y construcción de algún nuevo detalle- que verá la luz durante estos días a través de cinco pases, los días 25, 29 y 30 de diciembre de 2023, así como el 1 y el 6 de enero de 2024. Todas ellas a las 19:30, en el Monte Viso.
“Este año hemos cambiado algún traje, y ya desde el puente de Constitución vamos subiendo al monte para ir llevando focos, cañones, arreglando alguna cosita... esta última semana ya estamos más metidos en los personajes y en los ensayos”, comenta este vecino sobre los últimos detalles del Belén que este año, además, ha renovado junta y estatutos. Igualmente, “una obra de última hora” ha llevado a reparar una de las paredes del castillo de Herodes.
Para este vecino, es la “singularidad” de este Belén el factor que ha hecho que se convierta en una de las citas navideñas más destacadas de la región. En un espectáculo de cerca de 40 minutos de duración, este pueblo recorre escenas del Antiguo Testamento, hasta centrarse en la Navidad, con el nacimiento de Jesús y la llegada de los Reyes Magos. “Este año utilizamos como hilo narrativo a San José, otros años utilizamos a los sabios de Herodes”, apunta sobre los cuatro o cinco guiones que guardan desde los años 80. Otro elemento diferenciador es su escenario, al aire libre, en el Monte Viso, “utilizamos un equipo de sonido e iluminación bastante potente que envuelve mucho en la situación y hace vivirlo más cercano”, asegura. “Si la gente puede traerse una manta, mejor que mejor”, aconseja entre risas al público.
Una tradición que se mantiene viva
Este Belén para las más pequeñas y pequeños del pueblo supone una gran ilusión. Muchos comienzan a participar como recién nacidos, con el papel de Niño Jesús y, a medida que crecen, van pasando a otros personajes como, por ejemplo, aldeanos. “Lo viven como algo mágico”, cuenta Royo. También para las personas mayores del pueblo, que ven como esta tradición, de más de 50 años, va renovándose cada Navidad. “Ven que el Belén viviente sigue vivo y va a seguir”. De hecho, como asegura este vecino, para representar al pueblo de Belén “hay tantos vecinos que quieren actuar” que en cada pase van turnándose y cambiándose los trajes para asegurar la participación de todas las familias.
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