ACNUR pide parar la repatriación forzosa de iraquíes
No es la primera vez que la Agencia de Naciones Unidas para los Refugidos (ACNUR) llama la atención de la comunidad internacional sobre la situación que viven los refugiados iraquíes en todo el mundo. Sin embargo, peses a este llamamiento, el peligro de estas personas a ser devueltas a su país (donde la inestabilidad persiste a pesar del anuncio de la salida de las tropas estadounidenses) continúa siendo el mismo.
Por este motivo, ACNUR ha mostrado nuevamente su consternación ante la repatriación forzada de iraquíes por parte los países europeos. “ACNUR reitera firmemente su llamamiento a los países para abstenerse de deportar a los ciudadanos iraquíes que proceden de los lugares más peligrosos del país”, agregó Melissa Fleming, portavoz de la agencia.
El último incidente registrado por ACNUR se produjo en Suecia, donde las autoridades del país enviaron el pasado miércoles a un grupo de unos 20 iraquíes a Bagdad, entre ellos cinco cristianos originarios de la capital iraquí.
Según ha señalado Fleming, el personal del ACNUR en Bagdad entrevistó a tres de los cristianos y musulmanes que había en el grupo. “Uno de los hombres cristianos, dijo que había escapado de Iraq en 2007 después de que los grupos armados amenazaran con matarlo. Viajó por varios países en el Medio Oriente y Europa antes de llegar a Suecia, donde solicitó asilo” afirma la Agencia a través de un comunicado.
Su solicitud fue rechazada en tres ocasiones en 2008 por no considerarse que había sufrido persecución personalizada. Las otras personas dijeron que sus solicitudes de asilo fueron rechazadas sobre la base de que la situación de seguridad en Iraq había mejorado, señala ACNUR.
“Este retorno forzoso se produce en un momento en que nuestras cinco oficinas en Iraq observan un aumento significativo en los cristianos que huyen de Bagdad y Mosul
hacia la región del Kurdistán y la región de las llanuras de Ninewa [en el norte]“, dijo Fleming.
Según la portavoz de ACNUR, las comunidades cristianas en las dos ciudades habían iniciado un “éxodo lento pero constante” desde el atentado perpetrado contra una iglesia de Bagdad el 31 de octubre y posteriores ataques.
Unas 1.000 familias han llegado a la región del Kurdistán y Ninewa desde principios de noviembre.
“Hemos escuchado muchos relatos de personas que huyen de sus hogares después de haber recibido amenazas directas. Algunos fueron capaces de llevar consigo sólo unas pocas pertenencias”, dijo Fleming. “Nuestras oficinas han distribuido ayuda de emergencia y están en contacto con las autoridades locales para asegurar que los cristianos recientemente desplazados reciben apoyo y asistencia”.
Además, las oficinas de ACNUR en Siria, Jordania y el Líbano están informando sobre un número creciente de cristianos iraquíes que llegan y contactan con ACNUR para registrarse y solicitar ayuda. Las iglesias y las organizaciones no gubernamentales han alertado al ACNUR que se prevén mas llegadas de gente que huye de Iraq en las próximas semanas.
ACNUR reconoce los esfuerzos que el gobierno iraquí está haciendo para tratar de proteger a todos sus ciudadanos, incluidos los grupos minoritarios vulnerables, como los cristianos. El gobierno ha reiterado su compromiso de aumentar la protección de los lugares de culto.
Sin embargo, Fleming reiteró la posición de ACNUR, que pide que los solicitantes de asilo que vienen de Iraq de las provincias de Bagdad, Diyala, Ninewa y Salah-al-Din, así como de la provincia de Kirkuk, no deben ser devueltos y deben beneficiarse de la protección internacional, ya sea como refugiados según el estatuto en la Convención sobre Refugiados de 1951 o mediante una forma complementaria de protección.
“Además, las solicitudes de asilo de todos los iraquíes deben ser consideradas cuidadosamente, incluyendo aquellos que pertenecen a minorías religiosas. Nuestra posición refleja la inestable situación de seguridad y el nivel todavía alto de la violencia, los incidentes de seguridad y de derechos humanos. ACNUR considera que las graves violaciones de los derechos humanos que tienen lugar en algunas partes de Iraq, incluyendo amenazas indiscriminadas a la vida, la integridad física o a la libertad como resultado de la violencia o serias alteraciones del orden público son razones válidas para pedir protección internacional”, subrayó la portavoz.
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