Adiós de penalti y en el último momento
De penalti y en el tiempo añadido. Así acabó la UDL su paso por la Copa del Rey. Murió en la tercera ronda, en la antesala, como ya sucediera la pasada campaña, de medirse a un conjunto de Primera división que además juega competición europea. Un gol ingrato porque la acción fue más que dudosa y porque no había tiempo para poder reaccionar. Cierto que en los minutos precedentes fue el Racing el que mereció más en un partido dominado por los cántabros donde los riojanos aguantaron las acometidas del líder del grupo II.
Se esperaba el cambio de nombres en el once y Sergio Rodríguez no defraudó. En portería volvía Buigues, mientras que en el centro de la zaga estaban Bijimine y Santamaría, siendo los laterales los únicos disponibles: Juan Iglesias y Flaño. Salvador y Olaetxea repetían, mientras que Borja Sánchez y Ñoño eran las amenazas por los costados, siendo César Remón el timón de los riojanos, quedando como referencia ofensiva Ander Vitoria.
Una alineación que buscó sus opciones aguantando el orden, esperando el momento para robar y salir al contragolpe con un Ñoño más vertical e individualista de lo habitual. El Racing asumió el control y aunque los logroñeses no sufrían porque podían salir y llegar hasta el área defendida por Crespo -tiro de Salvador, amenaza de Ander Vitoria además de alguna acción de Ñoño-, los cántabros estaban decididos.
A partir de la media hora sí que los de Iván Ania dieron un paso adelante con una gran cantidad de saques de esquina que propiciaron que la UDL se viera demasiado tiempo en su campo y sin poder combinar para coger algo de aire. Lo mejor era que las ocasiones locales no eran excesivas y que Buigues sólo tenía que fajarse en las acciones a balón parado.
El segundo tiempo arrancó eléctrico. Ñoño se internaba y Óscar Gil le rebañaba el cuero que le llegaba a Jon Ander para medirse a Buigues, aunque Bijimine aparecía para quitarle la pelota mientras la grada de El Sardinero pedía penalti. El Racing continuó en plan avasallador con muchos centros al área e impidiendo que la UDL pudiera hilvanar jugadas. La entrada al campo de Cejudo era un ingrediente más para que los de Iván Ania insistieran en su juego de ataque.
Sergio Rodríguez realizaba dos cambios, uno obligado por lesión de Juan Iglesias, con la intención de recuperar la pelota. Andy por Olaetxea y Víctor López por el pucelano. No varió el ritmo porque si Santamaría sacaba bajo palos, a continuación era Ander Vitoria el que tuvo su momento en una contra. Claro que Víctor López metía el balón en su portería en pugna con Jon Ander, aunque la acción quedó invalidad por fuera de juego. El equipo cántabro seguía acosando a los riojanos como el tiro lejano de Cayarga o el remate de Figueras que despejó Buigues tras el enésimo saque de esquina de los locales.
Y cuando todo parecía indicar que iba a ver 30 minutos más llegaba un penalti que además significa la expulsión de Víctor López. Una jugada dudosa sobre Jon Ander que significó el tanto desde los once metros de Rivero ya en el minuto 93. Sin tiempo de reacción, y con un jugador menos, resultó imposible hasta acercarse a Crespo. Una pena que se perdiera en ese instante, por mucho que quizá previamente hubiera hecho más mérito el cuadro local más incisivo. Toca confiar que este mazazo sufrido no afecte ni en lo deportivo ni en lo mental al duelo del próximo domingo.
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