Alemania encuentra en la soja el origen del brote 'E. coli'

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Las autoridades localizan allí el “probable” origen de la ola infecciosa que ha matado ya a 22 personas, 21 de ellas en Alemania. El ministro regional de Agricultura, Gert Lindemann, señaló este domingo que cuentan con indicios “bastante claros”. Se basan en los registros comerciales de los cargamentos salidos de la explotación los últimos meses.

Directamente o a través de intermediaros, la empresa vendió su mercancía -un cóctel de brotes para condimentar ensaladas- a restaurantes de Hamburgo, Schleswig-Holstein, Mecklemburgo-Pomerania Anterior, Hesse y Baja Sajonia. Son los principales focos del brote de bacterias E. coli enterohemorrágicas (EHEC) que mantiene en jaque a las autoridades sanitarias.

La plantación ha sido clausurada. Lindemann aseguró que se “incautaron de toda la producción” que permanecía en la empresa. También han retirado de la circulación toda la mercancía vendida y aún sin consumir. Se espera que hoy lleguen los resultados concluyentes de los análisis que han de determinar si la plantación está contaminada por la cepa O104 de EHEC, que es la que ha provocado la ola infecciosa y la alarma sanitaria en el país.

El ministro recomendó a todos los consumidores del norte de Alemania que “eviten este tipo de brotes” en sus dietas. Aún no se sabe si se acabaron ya todas las partidas de alimento presuntamente contaminadas. Cabe la posibilidad de que un resultado negativo de los análisis obligue a esperar unas semanas antes de poder estar seguros de si la plantación es la causante del brote.

Unas 2.000 personas se han infectado de EHEC O104 en el norte del país. Los investigadores del land de Baja Sajonia (vecino suroccidental de Hamburgo), apuntan ahora a estos brotes vegetales que se usan para aderezar ensaladas y otros platos. Se trata de brotes de leguminosas como los fríjoles chinos (Vigna radiata). También de guisantes, lentejas, ajo, alubias y otros productos similares. Una de las trabajadoras de la granja está entre los hospitalizados por culpa de la bacteria. Otros padecieron diarreas de menor duración que no requirieron tratamiento. La ola se está cebando especialmente con las mujeres, por causas desconocidas.

Además de la cadena de ventas, otro indicio que apunta a la plantación es la forma en la que se cultivan este tipo de brotes. Según explicó el ministro, crecen en “tambores” irrigados mediante nebulizadores de agua a 38 grados de temperatura. Condiciones ideales para que se reproduzca la bacteria. Otra pista, conocida desde el sábado, es un restaurante de Lübeck -a 70 kilómetros al noreste de Hamburgo- donde comieron 17 personas que han caído enfermas. Dicho restaurante, donde no se ha encontrado huella de la bacteria tóxica, era cliente de la explotación cerrada ayer.

ANTECEDENTES A LA BACTERIA

También hay antecedentes: en 1997, un brote de bacterias EHEC causó alarma en Estados Unidos. Las encuestas entre los afectados permitieron centrar las sospechas en brotes vegetales consumidos crudos. Si ahora se llega a confirmar en Alemania que la causa fueron los brotes, se revelaría que las advertencias de las autoridades alemanas de no consumir pepinos, tomates ni lechugas fueron del todo insuficientes.

El ministro democristiano Lindemann (CDU) se refirió en Hannover a la posibilidad de que las bacterias llegaran a Alemania en las semillas que la empresa importa de otros países. Se negó a decir de dónde. Hace 10 días, la ministra de Sanidad de Hamburgo, Cornelia Prüfer-Storcks, no tuvo reparo en anunciar que el país de origen de unos pepinos supuestamente contaminados era España. La acusación se reveló errónea el martes pasado, cuando ya se había hundido la exportación de pepinos españoles.

Las críticas a la gestión política de la crisis aumentan en el país. El ministro federal de Sanidad, el liberal Daniel Bahr (FDP), las rechazó ayer en Berlín. Bahr se había mantenido cuidadosamente al margen del problema sanitario. La gestión quedó en manos de las autoridades locales. Ayer, sin embargo, viajó a la Clínica Universitaria de Hamburgo para tener “una impresión de primera mano”. Cientos de pacientes padecen el síndrome urémico hemolítico (HUS), que es mortal en más de un 5% de los casos.

En Berlín, el Instituto Robert Koch analiza los datos epidemiológicos. El Instituto Federal de Evaluación de Riesgos estudia, también desde Berlín, la amenaza del brote para la salud pública. Sus informaciones son lentas, cuando no contradictorias. Bahr advirtió ayer que los hospitales de las regiones más afectadas por el brote empiezan a sufrir “complicaciones” para atender al creciente número enfermos. Quieren compensar estas dificultades desviando algunos pacientes a regiones menos afectadas por el brote.

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