Clásicas y Modernas, un peldaño necesario para una igualdad cultural
La asociación Clásicas y Modernas para la igualdad de género en la cultura, se fundó en Madrid durante el mes de abril de 2009 con la voluntad de reivindicar, homenajear y conocer a fondo el papel de las mujeres en el mundo de la cultura considerando este campo una herramienta básica para conseguir una igualdad real entre hombres y mujeres tanto en la creación como en la difusión de las obras y conseguir el reconocimiento de artistas de ambos sexos.
Esta asociación está formada por mujeres procedentes de diversas ciudades del Estado español y de diferentes ámbitos culturales como la escritura, el cine, el teatro y el periodismo en sus diferentes vertientes: creación, gestión, investigación, crítica, teoría, enseñanza… y entre los días 21 y 24 de febrero organizaron una serie de mesas redondas para profundizar en los temas referidos con la participación de mujeres de distintos ámbitos de cultura y conocimientos en La Casa Encendida de Madrid .
Hablamos con Sonia Herrera, secretaria técnica de Clásicas y Modernas, que nos explicó cuál era el motivo de organizar dichas jornadas: “Consideramos que aún hay una invisibilidad muy grande, éste era nuestro primer reto y queríamos hacer un coloquio”.
Cada una de estas jornadas estuvo dedicada a un campo diferente de la cultura. Así pues, el lunes día 21 contaron, entre otros actos, con la ponencia de Amelia Valcárcel: “Consejos a una jovencita recién llegada a esta Corte sobre cómo evitar las trampas más comúnmente tendidas al talento femenino”, el martes día 22, dedicaron la jornada a los debates sobre literatura, el miércoles día 23 versaron sobre música y el jueves día 24 trataron sobre artes plásticas.
Los objetivos del programa que se desarrolló estos días “Mujeres en la cultura: el debate pendiente” tuvieron una clara doble vertiente. En primer lugar, resultaba básico situar a las mujeres dentro del mundo de la cultura clarificando cuáles son los motivos y hechos que llevan a las mujeres a la invisibilidad y, por tanto, a la desigualdad. En segundo lugar, se debía tomar conciencia y promover en todos los campos culturales a las creadoras, gestoras culturales, críticas, escenógrafas, pintoras, escultoras, medios de comunicación, etc. y que llegue a espectadoras y espectadores del arte y, a fin de cuentas, revierta en la sociedad.
Análisis de la situación actual
Aunque se han conseguido claras mejoras desde los años 70, también se han producido retrocesos en cuanto a igualdad se refiere debido a diferentes inercias que provocan olvidos.
Y es que para conseguir el éxito, se necesita que las creadoras y los creadores dispongan de un apoyo institucional y monetario para que puedan desarrollar su creatividad y hacer crecer a la sociedad con sus obras de carácter cultural.
Formación
Si observamos las carreras humanísticas y artísticas, las mujeres acostumbran a ser la gran mayoría del alumnado y, aún así, este hecho no se ve reflejado en ningún modo en el mundo profesional, donde siguen destacando los hombres.
En entidades como conservatorios, patronatos, etc., el groso de obras expuestas pertenece a creadores -no a creadoras- hasta llegar al imponente y desigual 90% de las obras expuestas en el Reina Sofía. Y lo mismo ocurre entre los galardonados en los Premios Nacionales de literatura, entre los creadores que reciben ayudas públicas, y en general, en toda la industria cultural en la que claramente queda patente la desigualdad.
La crítica
Tan sólo el 20% de este campo son mujeres. La crítica es la que transmite las ideas a los espectadores, la que hace llegar informaciones tan poco igualitarias como reales en nuestro mundo. Según nos confesó Sonia Herrera: “lo masculino es universal y lo femenino es particular ya que sólo representa a las mujeres, lo que nos excluye a todas las mujeres del canon de representatividad, se nos considera menos representativas y en consecuencia, se nos tiene menos en cuenta”.
Y es que para muchos, la obra hecha por una mujer es “femenina” y por eso inferior, o bien, “masculina” y por lo tanto copia de la obra de un hombre. Por ello, Clásicas y Modernas propone que se aplique siempre la Ley de Igualdad, que las asociaciones de mujeres estén representadas en altos mandos y consejos culturales, que se defienda la paridad como criterio cultural, que se convoquen más reuniones, mesas redondas, ponencias, etc. con más presencia de creadoras y que se establezca un sistema de indicadores y evaluación para la igualdad.
Las conclusiones de la jornada realizadas por la asociación Clásicas y Modernas para la igualdad de género en la cultura, dictan que debe realizarse una gran lucha para conseguir que se reconozca el valor, las aportaciones y el lugar que les corresponde a las mujeres en la cultura dado que ésta es la expresión del mundo a través de la creación y la recreación de éste.
La igualdad es una conciencia que debemos aprender y usar hombres y mujeres para conseguir una sociedad igualitaria y valga lo mismo lo dicho por un hombre que lo dicho por una mujer. Hagamos valer la palabra de mujer.
0