Con destino al cielo
@page { size: 21cm 29.7cm; margin: 2cm } P { margin-bottom: 0.21cm } Voalá! es un grupo de experimentación escénica que utiliza el cielo como escenario. Coreografías aéreas a partir de dispositivos de seguridad que permiten desarrollar hermosas diapositivas para las retinas y para la memoria. Destrezas de saltos en caída libre, acrobacias de ballet en el aire... una actuación sin límite de público y sin frontera terrenal. Inolvidables imágenes acompañadas de una potente y sensual música original compuesta para el espectáculo e interpretada en vivo. Rioja2 ha hablado con Gastón Iugman, compositor musical de la obra.
¿En qué consiste este espectáculo?
Este tipo de propuesta rompe con el teatro convencional. Se lleva el espectáculo a otra dimensión, en el sentido en que se trabaja con grúas, esculturas que se cuelgan de dispositivos escénicos y que se juega en espacios aéreos. Esto hace que el espectador pueda ver el espectáculo de una forma distinta. Combina diferentes ramas artísticas como la plástica, la música, el teatro, la danza, el circo... juntando este tipo de energías se busca una identidad. El espectáculo se sitúa en una especie de estación donde unos pasajeros llegan tarde a tomar su tren. El espacio escénico se eleva con una grúa y esto genera un mundo muy onírico, fantasioso. El espectador está continuamente viendo movimientos aéreos que requieren mucha destreza y coordinación. Todo esto está acompañado con una música en directo que trabaja con distintas puntas. Por ejemplo, hemos incluido un bandoneón, un instrumento muy parecido al acordeón y muy propio del tango argentino.
¿Cúando surge este tipo de espectáculo?
Voalá! es una compañía que está trabajando hace mucho tiempo, que tiene obras de su autoría reconocidas, con premios internacionales. El director general, Roberto Estrada, y yo trabajamos desde el año 1997 y por separado desde mucho tiempo antes. No somos los únicos. En España y en Argentina hay un montón de compañías reconocidas que trabajan en esta corriente y que aúnan diferentes ramas artísticas en espacio aéreo. La particularidad de Voalá! es que es un espectáculo muy poético y que no discrimina ningún tipo de público. Lleva a la calle esa capacidad de soñar del espectador.
Al aunar diferentes ramas artísticas, ¿Que requisitos se piden a los profesionales que intervienen en el espectáculo?
No necesitamos campeones olímpicos. Eso nos diferencia de, por ejemplo, 'El Circo del Sol', cuyos artistas destacan por hacer un cierto tipo de performance. En el caso de Voalá! es un conjunto, es algo más coral, es algo más elaborado y pensado.
¿Cuántas personas son necesarias para representar esta obra?
Tenemos dos obras. Una en espacios abiertos, que es la que vamos a representar en Logroño, y otra en espacios cerrados, que es lo último en lo que estamos trabajando. En la de espacios abiertos estamos 17 personas, entre músicos, actores, asistentes técnicos, pero hemos llegado a trabajar con 50, depende del tipo de propuesta que se haga. Para los espacios cerrados se necesita menos gente.
¿De dónde proceden los artistas?
La mayoría de los artistas son de Santa Fé, Argentina. Ahora estamos haciendo casting para recibir gente de este lado del charco. Queremos trabajar con gente que son actores, acróbatas o performance españoles de los que tenemos muy buenas referencias.
¿Qué ciudades habéis recorrido?
Esta obra es nueva, hemos empezado este año. Hemos estado por Cracovia, Chile, Argentina, Portugal y vamos a ir ahora a Serbia. En España, hemos estado en Castellón, Madrid, Valencia...
¿Qué tiene de bueno tener el cielo como escenario?
Lo bueno es que este espectáculo lo han llegado a ver hasta 50.000 personas. En un espacio aéreo, existe la posibilidad de que todo el mundo lo pueda admirar. El espectáculo dura entre 30 y 50 minutos, los actores no pueden estar más tiempo colgados por el tipo de performance que se hace allí arriba. Son 40 minutos, pero inolvidables.
Y ¿qué limitaciones tiene?
Si estás al aire libre y llovizna, se puede hacer. Ahora, si está lloviendo pues no, como cualquier espectáculo de calle. El viento es un factor que también incomoda este trabajo. Nosotros tratamos de trabajar con la máxima seguridad. Todo el material está comprobado, asegurado, pero siempre hay un riesgo humano, como en todas las cosas que hagas en la vida. La gente está capacitada y tiene mucho respeto con lo que hace.
La música que utilizáis en el espectáculo es vuestra y además en directo.
La música son composiciones originales para la obra. Yo calculo que es un 50% de la obra. La música está trabajada para que esté sincronizada con la coreografía y que diga todo lo que no se dice con texto. Es muy poética y tendemos a tocar la parte emotiva de la gente. Sirve para que el espectador se sienta dentro, se sienta cautivado. Con la música, a veces, puedes causar un rechazo. Yo me siento muy contento de cómo está funcionando porque no es un recital, es un trabajo conjunto de diferentes ramas artísticas. Si uno falla, se cae la torre.
¿Volar es posible?
Ja, ja, ja! En este caso, la gente puede volar con la mente. De esa manera es posible. Lo poético y lo imaginativo le lleva a uno dónde realmente quiere estar.
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