Críticas a la liberación del único condenado por los atentados de Lockerbie
El 21 de diciembre de 1988, 270 personas perdieron la vida en el atentado terrorista de Lockerbie. Una bomba a bordo del vuelo 103 de Pan Am explosionó al sobrevolar esta localidad de Escocia acabando con la vida de los 259 ocupantes del avión y de once vecinos de la zona.
A día de hoy, el único condenado por el atentado, está en libertad.
El líder de los conservadores británicos, David Cameron, se ha pronunciado respecto a este hecho criticando duramente al primer ministro británico, Gordon Brown, por no pronunciarse tras la decisión del Gobierno escocés de permitir regresar a Libia al acusado la semana pasada por motivos humanitarios -padece un cáncer terminal-.
La revista 'Times' publicaba hoy bajo el título “Un catálogo de errores que avergüenza a Reino Unido” el artículo en el que Cameron considera que se produjeron “una serie de errores de juicio” al permitir la liberación del acusado. Culpa por este hecho en primer lugar a ministro de Justicia escocés, Kenny MacAskill, que fue quien aprobó dicha liberación.
En su opinión, su liberación por motivos humanitarios “fue completamente inadecuada”, puesto que “estamos tratando aquí con alguien condenado por uno de los mayores asesinatos masivos en la historia británica”. “A las víctimas de Al Megrahi no se les permitió el lujo de 'morir en casa'”, subraya.
El segundo error de juicio, según él, fue el hecho de que Brown “no hablara rápido y de forma clara”. Para Cameron, en un asunto como éste, “con el potencial de dañar la reputación de Reino Unido en el extranjero, un liderazgo decisivo por parte del primer ministro era necesario”.
Por ello, el líder de los 'tories' considera que “Brown debería haber condenado la decisión de liberar a Al Megrahi” o “como mínimo, debería haber expresado una opinión”.
Según Cameron, lo que los británicos querían era que Brown dijera lo que pensaba de la liberación. “Esa franqueza es un requisito básico de liderazgo, una cualidad que una vez más Brown ha demostrado que no tiene”, opinó.
Cameron afirma que el tercer error de juicio se está produciendo ahora, después de que el Gobierno británico asegurara que la decisión correspondía únicamente al Gobierno escocés y ahora se hayan publicado unas cartas en las que el ministro de Justicia británico, Jack Straw, sugiere a MacAskill que no se excluya a Al Megrahi del acuerdo de transferencia de prisioneros entre Libia y Reino Unido “en el interés” británico, señala.
Para el líder conservador, aunque en diplomacia hay que hacer acuerdos complicados, “tiene que haber líneas que no se está dispuesto a cruzar, valores que no se comprometen, sea cual sea el trato”. “Creo que incluso insinuar que un terrorista convicto podría ser usado como contrapeso para un acuerdo comercial es una traición a todo lo que defiende Reino Unido”, apunta.
Así las cosas, pidió que se aclare lo ocurrido “para reparar el daño a la reputación de Reino Unido”. “Las víctimas del terrorismo tienen que saber que su Gobierno está inequívocamente de su lado, que entiende su dolor y quiere ver que se hace justicia tanto como ellos”, concluyó.
La implicación de Brown
Brown, por su parte, insistía hoy en que la decisión fue exclusivamente de Escocia. “Me reuní con el coronel Gadafi en el G-8 en Italia (en julio) le dejé absolutamente claro entonces que esta no era una decisión que nosotros, como Reino Unido, pudiéramos tomar”, explica. “Era una cuestión del Ejecutivo escocés y era su decisión”, incidió.
Preguntado sobre si Gadafi le dijo entonces que se despidiera de los contratos petroleros, Brownafirmó que el dirigente libio le planteó la cuestión de Al Megrahi “en contexto y completamente separada de cualquier otra cuestión”.
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