Cuatro presos se prestan voluntarios para el programa de inhibición sexual en Cataluña
La consejera de Justicia de la Generalitat, Montserrat Tura, ha asegurado que ya son cuatro los presos que de forma voluntaria participan en el programa de inhibición sexual en Cataluña. “Unos están haciendo el modo intensivo y otros ya se han hecho la revisión médica y no se ha visto ningún inconveniente para que se les apliquen estos fármacos”, ha expuesto.
En una entrevista a Europa Press, Tura ha explicado que de estos fármacos unos van dirigidos a la modificación de la conducta mental y otros inhiben la libido sexual, y es que “la experiencia demuestra que las patologías del comportamiento sexual no son sólo una cuestión de los genitales, sino del cerebro”, ha recordado.
La consellera se ha mostrado tajante en el modo de desarrollar este programa por parte de su departamento. “Actuamos desde la determinación” ha sentenciado Tura, que contrapuso su actuación a la del presidente galo, Nicolas Sarkozy, que salió frente a los medios un mes de agosto acompañando a los padres de un niño que había sido agredido sexualmente, prometiendo la castración química en Francia y “evidentemente no se ha aplicado”· “Las cosas serias no se hacen así”, ha sostenido.
“Si tienes claro qué debes hacer frente a este problema, persevera cuando no haya ningún caso concreto que te apriete, no quieras quedar bien en el momento en el que haya declaraciones”, ha replicado Tura, recordando otro momento, como cuando se hizo público el caso Mari Luz en el que parecía que había llegado “la hora de la justicia, y dos semanas después nadie se acordaba”.
Cataluña ha sido pionera con este programa de inhibidores sexuales y otras comunidades se han interesado por la iniciativa, según ha avanzado la consellera, que ha enviado el protocolo, no sólo a instituciones oficiales, sino también a asociaciones y entidades. “Aunque no sé si lo han puesto en práctica”, ha comentado.
Los fármacos para la también conocida como 'castración química' se incluyen dentro de la seguridad social y son productos que están en las farmacias, ya que se usan para tratar otras patologías. Tura ha recalcado que el tratamiento en presos debe ser siempre voluntario y muy probablemente “deberá seguirse toda la vida”.
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