El Rioja Vega se reencuentra
La mejor manera de salir de una crisis es ganar y convencer, espantar los malos espíritus y recuperar la buena energía. Obligado a reaccionar, el Bodegas Rioja Vega actuó a tiempo para enmendar su situación y albergar esperanzas para salvar la campaña. Nueve encuentros quedan, poco margen tiene, ya que necesita victorias para ascender posiciones y acomodarse entre los seis mejores de esta fase de permanencia. Si los de Jenaro Díaz se comen la pista como lo hicieron este domingo ante Benicarló el descenso es impensable. El problema pasa por saber si los riojanos mantendrán este nivel los dos próximos meses.
El caso es que el triunfo fue de los que se recuerdan: 96-61. Sin paliativos. Excepto el 0-2 y el 5-7, el Rioja Vega siempre lideró el electrónico. En esta ocasión no hubo que lamentar las pérdidas de balón del miércoles pasado. Se fue mejor porque hubo otra actitud, porque hubo superioridad en el rebote (42 por 31), porque se lanzó más (71 por 67) y con mejor porcentaje (hasta 16 canastas más) frente a un rival que se fue encogiendo. Todo lo contrario que los locales, rabiosos por cambiar su dinámica.
Quizá por eso la victoria fue coral, como le gusta al técnico asturiano. El número de asistencias de los anfitriones fue sintomático, hasta 24. Cuando se está por encima de las 20 hay muchas opciones de éxito. Además, Bieshaar recuperó sensaciones (20 puntos y 8 rebotes), pero es que Portález volvió a hacerse fuerte por dentro (11 rebotes y 14 puntos). Justice, salvo desde el triple (3 de 11), fue ese jugador fiable (19 puntos). Lafuente ha venido para ser importante y eso que este domingo no estuvo fino en el lanzamiento. Álvarez, en este nuevo rol adquirido desde hace unos encuentros, mejoró sus prestaciones, mientras que Manchón y Jordá evidenciaron que necesitan sentirse importantes para rendir. Por poner un pero, el de Marín, que atraviesa por un particular calvario deportivo.
En cuanto al partido, poca historia, ya que hubo igualdad hasta el 9-9. A partir de ese momento, parcial de 12-0 en 4 minutos que resultó definitivo para el signo del encuentro. El primer cuarto pintaba bien tras el 25-13, pero con este Rioja Vega todo es posible. Sin embargo, no bajó el ritmo el conjunto local para doblar en el marcador con el 34-17 a los 13 minutos tras una acción de Justice. Benicarló se despistó y ya no tuvo opciones de reengancharse. Al contrario, Paukste ponía el 46-22 (minuto 17) y provocaba la fiesta de los locales al descanso, que se gustaban 54-28.
Si los castellonenses querían reivindicarse debían intentar cambiar la dinámica en el arranque del tercer cuarto. Mantuvo el tipo durante unos miutos, pero con el 60-30, después de un triple de Bieshaar, comprendió que se iban a malgastar las fuerzas, así que guardó energías por mucho que el marcador oscilara entre el 62-37 al 70-41 y al 72-46 con el que se enfilaban los últimos diez minutos.
Parcial final que sobró para todos. El Rioja Vega continuó a lo suyo, había puesto la velocidad de crucero y no quiso bajar su intensidad. El Benicarló, por su parte, había puesto el freno y estaba ansioso por alcanzar el final del choque. La máxima llegó con el 96-57 (más 39 puntos), pero un parcial de 0-4 maquilló, por así decirlo, el resultado final de un encuentro que debe servir como punto de inflexión para pensar en la salvación y no tener que mirar, aunque habrá que hacerlo por el momento, la parte baja de la clasificación.
Foto: CB Clavijo
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