En caída libre

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Rioja2

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El necesario y ansiado punto de inflexión no llegó. Por no parecer, en Santo Domingo no hubo ni batalla, ni final de la Champions, ni los riojanos salieron con el cuchillo entre los dientes, ni exhibieron una motivación e intensidad superior, al menos igual, a su adversario, ni parecía que se estuvieran jugando su futuro, ni nada por el estilo.

Al menos, esa fue la sensación global que dejó la UD Logroñés en su derrota 1-0 ante el Alcorcón. Otra cosa es que se atisbara algo diferente, por momentos -demasiado pocos, siendo generosos y optimistas, pero sin continuidad- cuando el revés era casi un hecho y los riojanos, planos y sin ideas, buscaron (por así decirlo) eso que se les resiste, el gol (el último fue de Ander Vitoria hace ya 477 minutos).

Cabe preguntarse, después de sumar 2 puntos de los últimos 15 (sin haber marcado un tanto), cuál es el motivo por el cual la ambición, el hambre por comerse la hierba, no aparece desde el pitido inicial.

Ante un rival directo no se puede regalar tanto. Un conjunto madrileño limitado, apurado, que no ganaba en su feudo desde diciembre y que tuvo la capacidad de marcar de penalti, da igual cómo, y saber hacer con el marcador favorable.

Sufrir, lo que se dice sufrir, apenas lo hizo unos instantes en la segunda parte cuando los alfareros se metieron demasiado atrás y daba la sensación de que los riojanos iban a proceder a un ataque total (por imaginarse algo) después de que Álex Pérez rematara al larguero y llegaran varios centros laterales.

Pero no. Ahí murió la ofensiva, con todavía veinte minutos por delante, de una UD Logroñés que tiene mala pinta -lo mejor de todo es que si la temporada acabara ahora estaría salvado-. Si en la parcela atacante le cuesta mucho, se limita a Paulino, Nano Mesa, algún centro (tampoco muchos) desde los costados y a confiar en el acierto a balón parado -al menos en tierras madrileñas se remató-, en las tareas defensivas comete errores que se traducen en goles en contra.

Esta vez le tocó a Álex Pérez -central experimentado- que se desconcentró un segundo, el suficiente para sacar a pasear el brazo dentro del área con la pelota viva tras un bote. Fallo que no desaprovechó un Alcorcón que fue más práctico, que ganó la inmensa mayoría de los duelos individuales y que le puso más énfasis que su contrincante.

Sergio Rodríguez modificó, por completo, su retaguardia para el duelo ante el colista. Empezando por la portería, donde Santamaría, el guardameta de las seis victorias seguidas, recuperaba su lugar bajo palos. En la zaga, cambio radical con Iago López en la izquierda (único que repetía), Medina, en la derecha, y dos centrales diferentes a los que jugaron de inicio contra el Sporting; Álex Pérez y Bobadilla. Los otros seis futbolistas, los mismos que en la debacle frente a los asturianos.

Enfrente un Alcorcón herido que aún no había ganado este 2021 y que acumulaba 1 punto de los últimos 15 en juego (ya son 4 de 18). Quizá por eso Anquela tiró de practicidad con un juego más directo para ir a la presión y dificultar (robar si podía) las intenciones de los blanquirrojos, más obligados a lanzar de lo que están acostumbrados.

En este sentido, era clave para los riojanos poder superar esa primera línea de presión de los alfareros ya que iban a contar con espacios a la espalda de la defensa local.

Así, Nano Mesa pudo correr a un buen envío en profundidad para generar un córner. El problema es que el Alcorcón, con poco, llegaba al área. Primero, Nwakali comprobó que los logroñeses no estaban finos en los rechaces en la frontal y después un balón mal despejado lo cazó Marc Gual para que Santamaría se luciera. Fue la antesala de lo que está condenando a la UD Logroñés.

Un error individual de Álex Pérez, salta con la mano extendida dentro del área a por un balón que no llega, propició que los alcorconeros se pusieran por delante a los veinte minutos desde los once metros.

Una tarde más a remolque contra un rival que hasta la fecha había sido incapaz de marcar antes de la media hora en las jornadas precedentes. Ya está la UD Logroñés para ayudar a los necesitados. La reacción de los de Sergio Rodríguez fue inmediata con un gran centro de Paulino desde la izquierda que Nano Mesa no atacó como debía.

Le pudo la ansiedad y decidió mal por buscar el remate, franco, con su pierna menos hábil cuando el golpeo más seguro era con la pierna derecha. Lo volvería a intentar, esta vez a balón parado, Olaetxea, previa prolongación de Andy, con un remate de cabeza que se fue por el costado. Y en otro córner, Álex Pérez remató muy forzado y el cuero lo intentaría direccionar, sin éxito, Leo Ruiz en una posición compleja.

Pese a ello, los riojanos no estaban cómodos, mientras que el Alcorcón persistía con su presión para condicionar el inicio del juego de su oponente, al cual le costaba combinar. Tampoco ayudaban las constantes interrupciones que impedían adquirir ritmo y velocidad en las acciones. Sin embargo, los logroñeses pudieron hilvanar con criterio (Medina con Errasti) por dentro para sacar luego fuera (Nano Mesa recibe y abre para Olaetxea) y generar una gran oportunidad que Leo Ruiz no terminó de culminar.

Era el camino a seguir, pero sin descuidarse atrás porque en el término de la primera mitad Xisco, en un contragolpe, aprovechó que nadie le estaba vigilando para presentarse ante Santamaría, pero la carrera y sentir el aliento de los defensores provocaron que el golpeo fuera desviado.

Bobadilla, amonestado, dejaba su lugar a Clemente tras el paso por los vestuarios. Modificación inteligente ante los posibles espacios que iba a dejar el cuadro riojano y porque ahora iba a ser necesaria una mejor salida de balón. El problema es que el resto no varió su actitud, su intensidad, su ambición.

Nano Mesa, al que se le intuye calidad, y Paulino, probó fortuna con un tiro desde la frontal que atajó Dani Jiménez sin apuros, eran los escasos argumentos ofensivos, además de alguna llegada de los laterales (y posteriores centros) por los costados, de una UD Logroñés que estuvo a un paso de verse fuera del choque demasiado rápido.

Por fortuna, el buen centro raso de Bellvís no fue rematado con certeza por Arribas, que se anticipó a su par, pero que envió por encima del larguero ante un ‘vendido’ Santamaría. Sergio Rodríguez, con el equipo más volcado, optó por acumular jugadores en campo rival con la presencia de Roni, retrasando y centrando a Olaetxea, permitiendo cierta liberta creativa, partiendo de fuera, a Paulino y Nano Mesa. En este sentido, la posibilidad de las tablas surgió a balón parado con una falta lateral sacada por Paulino y el remate picado de cabeza de Álex Pérez que se marchó al larguero. Aún restaban veinte minutos.

Se podía intuir el arreón final, pero el Alcorcón mantuvo la calma porque enfrente parecía que su rival iba sobrado. ¡Ni se acercó a Dani Jiménez! Ni un ¡uy! ¡Ni agotar las cinco sustituciones! ¡Ni las tres ventanas! La realidad fue que Arribas volvió a tener en sus botas la sentencia, pero Santamaría lo evitó. Tristes, otro día más, las sensaciones que arrastra una UD Logroñés que va perdiendo ese colchón que cogió en noviembre.

Estamos en febrero y la imagen, en el tiempo añadido, de Sergio Rodríguez caminando en la zona técnica cabizbajo fue elocuente. Será que el punto de inflexión se está gestando.

Ficha técnica

Alcorcón: Dani Jiménez; Laure, David Fernández, León, Bellvís; Dani Ojeda (Hugo Fraile, min. 77), Escobar, Nwakali, Embaló (Arribas, min. 45); Xisco (Barbero, min. 77) y Marc Gual (Juanma, min. 90).

UD Logroñés: Santamaría; Medina, Álex Pérez, Bobadilla (Clemente, min. 46), Iago López; Paulino, Errasti (Roni, min. 67), Andy, Olaetxea; Nano Mesa y Leo Ruiz (Ander Vitoria, min. 79).

Gol: 1-0, min. 20: Marc Gual, de penalti.

Árbitro: Rafael Sánchez López (Comité Murciano). Amonestó a Escobar (min. 31), Nwakali (min. 60) y Hugo Fraile (min. 83), por el Alcorcón y a Bobadilla (min. 10), Paulino (min. 65), Leo Ruiz (min. 74) y Medina (min. 90), por la UD Logroñés.

Foto: AD Alcorcón

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