ETA entra en campaña

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Un artefacto explosivo colocado en una pequeña caja de cartón hizo explosión a las doce del mediodía del sábado en el repetidor del Monte Arnotegi, en las cercanías del Pagasarri, a escasos kilómetros de Bilbao. La bomba tenía entre 3 y 4 kilos de explosivo y estalló al tocarla el robot artificiero sin causar heridos.

Un comunicante anónimo había avisado en nombre de ETA de la colocación de este artefacto a las nueve de la mañana, anunciando su explosión para una hora después.

Según informó la Ertzaintza, la caja con el explosivo se había situado en una ventana del edificio que alberga un repetidor en el citado monte. Varias dotaciones de la Policía autónoma se encontraban en las inmediaciones y, por el momento, se desconoce si la explosión ha sido controlado y los daños que ha causado.

Desde el Ayuntamiento de Bilbao se informó de que, a consecuencia de este atentado, dos canales de las emisoras internas de la Policía Municipal han quedado dañados.

UNA TRAMPA

La Ertzaintza presupone que la bomba era una “trampa” contra los agentes porque estaba preparada para estallar en cuanto fuera manipulada.

Según informó la Ertzaintza, el artefacto disponía de un sistema antimovimiento preparado para explosionar en el momento en que fuera manipulado, como ha ocurrido finalmente en cuanto la caja que contenía los tres o cuatro kilogramos de explosivo fue tocada por el robot de los artificieros de la Policía autonómica.

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