La ayuda humanitaria comienza a llegar a Pakistán
Las fuertes inundaciones producidas por el monzón en el norte de Pakistán y la frontera con Afganistán han arrasado pueblos enteros, cortado carreteras, derribado puentes e inundando campos de cultivos. En total, se estima que la catástrofe ha afectado a más un millón de personas y las autoridades de rescate ya han confirmado que más de 1300 personas han fallecido hasta el momento. La situación es delicada, por lo que la ayuda humanitaria necesita llegar sin demora.
El secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, reiteró ayer el apoyo de la organización a las autoridades paquistaníes y anunció que movilizará 10 millones de dólares (unos 7,6 millones de euros) procedentes de Fondo Central de Respuesta ante Emergencias , (CERF según sus siglas en inglés). Esta cantidad se unirá al esfuerzo que ya realizan diversas agencias de la ONU en territorio paquistaní, como es el Programa Mundial de Alimentos (PAM).
El PAM, ya ha comenzado a distribuir las raciones alimentarías a unas 35.000 familias afectadas en el noroeste de Pakistán. Las distribuciones de los suministros de emergencia comenzaron ayer y se entregaron a unas 3.000 familias en tres de los distritos más afectados que son Peshawar, Nowshera y Charsadda. Además, el PAM planea asistir al menos a 150.000 familias durante los próximos dos o tres meses mientras mejora el acceso a las zonas afectadas.
La agencia indica que las inundaciones también han causado daños significativos a los almacenes del PAM en el noreste del país. “Aunque es demasiado pronto para saber su alcance, el PAM está profundamente preocupado por las posibles pérdidas, ya que los almacenes en las zonas afectadas contienen reservas alimentaría significativas para llevar a cabo sus operaciones en Pakistán y en la frontera afgana”, señaló la agencia en un comunicado.
A pesar de esto, la ayuda humanitaria llega con dificultades a las decenas de miles de personas atrapadas y aisladas por las inundaciones. En las grandes ciudades es posible distribuir alimentos en camiones, aunque la situación podría agravarse aún más porque los pronósticos metereológicos no son buenos sobre todo en el este y sur del país. Muchos se sienten abandonados por las autoridades y la preocupación crece ahora porque se teme la extensión de enfermedades como las diarreas, dolencias en la piel o el cólera.
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