La FER reclama paralizar el proyecto Calles Abiertas por la falta de diálogo con los afectados
La FER asegura que es favorable a avanzar hacia una ciudad más sostenible y cómoda para todos los que la habitamos, pero la organización empresarial considera fundamental construir ese modelo en convivencia con la realidad que viven los ciudadanos, la actividad empresarial que se desarrolla en esas zonas y las características geográficas propias y de estructura de población de Logroño, que por suerte no tiene los problemas de movilidad y tráfico de otras capitales de mayor tamaño como Madrid o Málaga.
“El programa municipal de Calles Abiertas empezó a ejecutarse al inicio de la pandemia sin diálogo y sin consenso”, aseguran desde la FER, que pide paralizar el proyecto porque “este intercambio de opiniones y debate entre el Ayuntamiento y todos los agentes afectados (vecinos y empresas) es imprescindible”.
“El Ayuntamiento de Logroño ha considerado necesario acelerar este proceso en plena crisis basado en un modelo de ciudad sostenible, pero lo cierto es que cada actuación urbanística provoca no pocos dolores de cabeza a muchos ciudadanos y colectivos, además de un serio perjuicio para la actividad económica y empresarial de multitud de pequeñas empresas, locales, negocios y autónomos que están instalados y se ganan la vida en esas zonas donde el plan avanza”, consideran los empresarios.
“Cambios radicales de movilidad, falta de aparcamientos y otros de rotación, dificultades en los accesos a los negocios, problemas de carga y descarga de mercancías, falta de fluidez en el tráfico, peatonalizaciones inadecuadas…..” son algunas de las cuestiones que enumeran desde la FER y que aseguran que afectan de manera grave al normal desarrollo de la actividad de cientos y miles de pequeños negocios.
La organización de empresas reitera que “el modelo de ciudad que el alcalde propone se legitima cuando permite la convivencia con los intereses y preocupaciones de todos los agentes afectados y siempre haciendo partícipes del proyecto a los sectores y colectivos afectados por estas medidas”.
“Calles Abiertas propone soluciones sostenibles para el peatón o para la movilidad de la bicicleta u otros vehículos sin motor o el carril bus, a costa de obstaculizar no poco la actividad empresarial que crea riqueza y empleo o haciendo más difícil la utilización del vehículo tanto para fines particulares absolutamente necesarias, como las económicas y comerciales”, considera la FER.
Reflexiones procedentes de los sectores empresariales
La Federación de Empresas de La Rioja ha recuperado las reflexiones de los empresarios en cuanto al proyecto Logroño Calles Abiertas:
1.- Las empresas somos conscientes de que hay que avanzar hacia ciudades más sostenibles, pero este modelo debe desarrollarse en función de la estructura de población de la ciudad y teniendo en cuenta a las empresas, locales, negocios, oficinas, etc. con las que tiene que convivir.
2.- Para poder llevarlo a cabo, es de vital importancia establecer un diálogo pleno entre los agentes afectados y el Ayuntamiento, donde se sometan a debate diferentes propuestas, ideas y problemas.
3.- El Ayuntamiento legitima realmente su modelo cuando lo contrasta y lo hace convivir con las personas, colectivos y empresas afectadas de cada zona, que viven en ellas, que trabajan en ellas y que se juegan su patrimonio y su dinero en ellas. Tras ese diálogo, el Ayuntamiento lógicamente toma las decisiones que considere necesarias
4.- Las empresas consideran que el Programa Calles Abiertas no tiene la urgencia pretendida, ni es tan prioritaria para una ciudad como Logroño. Y, en todo caso, no debería ejecutarse de forma simultánea en tantas zonas de la ciudad y sin apenas un periodo de adaptación a la realidad comercial de cada zona.
5.- Es más factible y sensato realizar una programación paulatina de cada actuación y poder evaluar los resultados con mayor detenimiento y detalle, con el objetivo de establecer las mejoras necesarias. Si no es así, los daños producidos no tienen vuelta atrás, son irreparables. Es más sencillo hacer correcciones en una calle que no en ocho a la vez.
6.- Ha sido un error realizar una transformación urbanística en un momento en el que el comercio y la hostelería siguen en una situación delicada y procurando remontar y superar la crisis sanitaria y las restricciones que todavía tiene su actividad.
7.- El programa Calles Abiertas se desarrolla con un enemigo en el frente: el coche. Una ciudad como Logroño tiene que garantizar la movilidad de peatones y vehículos. No se puede criminalizar a los coches, que son una herramienta imprescindible tanto en el ámbito particular, como laboral y empresarial. El coche no es el enemigo número 1 de Logroño. No podemos hacerlo desaparecer de nuestras vías. De él dependen las personas y los negocios, el acceso a los centros de trabajo, la distribución comercial, etc.
8.- Algunas peatonalizaciones que se ejecutan en las calles, con nuevos espacios habilitados, hacen inviable e imposible la movilidad con coche, circular adecuadamente, permitir los accesos. Entorpecemos el tráfico cuando antes era muy fluido. Creamos un problema donde no lo había. Hay personas que no pueden desplazarse de otra manera.
9.- Calles Abiertas se concibe bajo la pretendida pacificación de estas vías. ¿Acaso Logroño está en guerra? Logroño es una ciudad amable, fácil de transitar, fluida , sin problemas de movilidad….¿Qué es lo que hay que pacificar? Es cierto que ahora la gente está más crispada por esta iniciativa.
10.- ¿Qué va a ocurrir con nuestros visitantes y turistas? ¿Cómo acceden a al centro turístico de ciudad si quitamos los aparcamientos, si ponemos dificultades a su estancia?
Estamos a tiempo de establecer ese diálogo en los futuros proyectos municipales, para que una ciudad amable, cómoda y sostenible sea factible con el concurso de todos.
0