La racha crece para dar solidez y confianza

Las victorias continúan (seis seguidas), ahora hasta por 2-0. La portería sigue inmaculada (ya son cinco los encuentros) y el ritmo ascendente de esta UD Logroñés no tiene techo. Todo lo anterior lo consigue con trabajo, con esfuerzo, con concentración y con capacidad para variar lo que ejecuta durante los partidos. Ahí puede radicar una de las claves de esos 18 puntos consecutivos de un recién ascendido con la confianza necesaria para revolucionar la Liga SmartBank.

Ante un Albacete en horas bajas, el tanto de Andy, desde el punto de penalti, a los 10 minutos ayudó a clarificar los roles de los dos equipos, mientras que el tanto de Sierra, con 20 minutos por delante, dio la tranquilidad ante un error defensivo o un acierto de los manchegos (ninguno de los dos supuestos se dio).

En lo futbolístico mucho se habla de que si esta UD Logroñés no propone nada (cuestión que no es cierta), pero el caso es que sus rivales -con alguna excepción- apenas le genera ocasiones. Y eso es mérito de los riojanos, que cortocircuitan la finalización de sus contrincantes. En este sentido, por ejemplo, este jueves los blanquirrojos empataron a remates, 8, con el cuadro visitante.

Sergio Rodríguez, en su línea de variar en función del partido, retomó la defensa de cuatro e introdujo novedades en los costados ofensivos, con Bogusz y Rubén Martínez, a la vez que recuperaba sus dos centrocampistas de más calado, Errasti y Andy, así como mantuvo la dupla de arietes, Roni y Leo Ruiz. Enfrente estaba un Albacete en mala dinámica (2 de los últimos 15 puntos) y que es el peor conjunto a domicilio (un punto y un gol a favor).

Las rachas deportivas actuales se evidenciaron de partida. La UD Logroñés sorprendió a su rival con superioridades por dentro (Bogusz se metía hacia el interior en cuanto podía) para permitir la llegada de los laterales.

Y cuando ambos equipos estaban cogiéndole el pulso, los locales algo más dominadores e inquietantes, Rubén Martínez encontró el hueco para que Iago López le ganara en carrera a Liberto, de tal manera que el extremo empujó al lateral dentro del área. Penalti claro que Andy se encargó de transformar engañando a Tomeu Nadal.

Un tanto que animó al Albacete. Por de pronto, la forma de activarse fue presionar más arriba, complicar a los blanquirrojos y obligarle a jugar más en largo. De esta manera, Liberto percutía por su perfil con un centro envenenado que Santamaría blocó. Eso parecía porque, súbitamente, se le escapó de las manos. El meta navarro reaccionó con destreza para impedir el remate franco de Manu Fuster. Era un aviso de que los de López Garai iban a aumentar el ritmo y la intensidad.

Al bloque local no le importó ceder el balón. Supo mantener el orden defensivo sin meterse demasiado atrás pese a que los manchegos lo intentaban, aunque con poca profundidad, si acaso alguna acción por los costados, como una de Zozulia que no encontró rematador, o en acciones a balón parado, sin consecuencias.

Por su parte, la UD Logroñés pudo estirarse, forzar algún que otro córner y en una buena combinación Bogusz, tras controlar y atosigado por un adversario, lanzó trastabillado.

La segunda parte arrancó con ritmo trepidante, con todos los jugadores corriendo de un lado a otro, con intensidad en los lances, con interrupciones por faltas y con algo más pausa que le quería dar el colectivo que entrena Sergio Rodríguez, el cual dio entrada a Siddiki por Roni para dar libertad creativa a Bogusz. Al instante, Leo Ruiz remató de cabeza, tras un centro de Iñaki, para firmar el 2-0, pero Tomeu Nadal sacó una gran mano.

López Garai buscaba un cambio de cara de los suyos por lo que realizó tres sustituciones de una tacada -ya había abierto una ventana en la primera mitad al quitar al lesionado Liberto- y modificó del dibujo. Manu Fuster lo entendió llevando la manija de los albaceteños para forzar una parada de Santamaría. Acción, reacción.

Eso fue lo que gestó el técnico logroñés para apuntar defensa de cinco, cuatro centrocampistas y Leo Ruiz como referente. Sorprendía, en este sentido, que Bobadilla no entrara al césped y que fuera Iago López el que se centraba, mientras que Medina se proyectaba en ataque por el perfil diestro para luego ubicarse como un lateral.

Sea como fuera, el movimiento de piezas le salió a la perfección, ya que en la primera incursión de Medina por la derecha se originó la sentencia, con un pase atrás para que Sierra marcara con aún 20 minutos por delante. Pese a ello, el Albacete monopolizó la pelota, a ello contribuyeron las numerosas faltas, y buscó la manera de recortar diferencias con un ataque más directo y previsible. La UD Logroñés, ya con el central de Nájera sobre el campo, se limitó a continuar con orden, despejar los centros laterales e intentar cazar alguna contra. El tiempo discurría sin nada reseñable y esa fue la mejor noticia para los logroñeses.

Ficha técnica

UD Logroñés: Santamaría; Iago López (Bobadilla, min. 79), Gorka, Clemente, Iñaki; Bogusz (Errasti (Sierra, min. 67), Andy, Rubén Martínez (Medina, min. 67); Roni (Siddiki, min. 56) y Leo Ruiz (Ander Vitoria, min. 79).

Albacete: Tomeu Nadal; Arroyo, Kecojevic, Boyomo (Chema, min. 78), Caballo (Peña, min. 61); Silvestre (Ortuño, min. 61), Mvondo; Gómez (Álvaro, min. 61), Manu Fuster, Liberto (Nahuel, min. 32); y Zozulia.

Goles: 1-0, min. 10: Andy, de penalti. 2-0, min. 69: Sierra.

Árbitro: Óliver de la Fuente Ramos (Comité Castellano leonés). Amonestó a Andy (min. 66), Leo Ruiz (min. 78) y Clemente (min. 89), por la UD Logroñés y a Boyomo (min. 43) y Manu Fuster (min. 48), por el Albacete.

Foto: UD Logroñés