La Rioja es la tercera región con más pruebas por 1.000 habitantes: ya van más de 355.000
Desde el inicio de la pandemia por SARS-CoV-2, en La Rioja se han realizado un total de 321.933 pruebas PCR y test rápidos de antígeno para la detección del coronavirus. En estos momentos, y según los últimos datos facilitados por Ministerio de Sanidad, sobre esas pruebas diagnósticas de detección del coronavirus por comunidades autónomas, La Rioja es la tercera comunidad con más pruebas PCR por 1.000 habitantes. Concretamente, a fecha 11 de marzo, tiene una tasa de 1.023,6 pruebas por cada 1.000 habitantes. También supera el millar de pruebas por mil habitantes Navarra (1.091,5) y País Vasco (1.064,1).
Además de las PCR y de los test rápidos de antígeno que las comunidades facilitan al Ministerio, hay que añadir los test de antígeno CLIA y los test de anticuerpos que también se llevan a cabo para conocer el estado de la infección en nuestro medio. De esta forma, el número de pruebas totales realizadas en La Rioja desde el inicio de la pandemia asciende a 356.080 a 203.814 riojanos.
El incremento del número de pruebas para la detección precoz no ha sido impedimento para conocer los resultados de las mismas en un margen de tiempo óptimo, que se realiza por diferentes vías: SMS, IVR y COVID Responde (12 horas/día, de lunes a domingo), para las personas que no han actualizado el número de teléfono. En La Rioja, según los últimos datos a 15 de marzo, se tarda un promedio de 5,21 horas en dar a conocer el resultado de una prueba PCR para el diagnóstico del COVID-19.
En la Campaña de Vacunación frente a la COVID-19 iniciada a finales de diciembre, la apuesta de Salud desde el comienzo de la pandemia ha sido el establecimiento de un potente sistema de vigilancia para la detección precoz del coronavirus a través de los profesionales de Atención Primaria y de la Unidad Covid-19 (rastreadores). Sigue siendo una prioridad para la contención de pandemia y, hasta el momento, la única manera de aislar de manera inmediata posibles casos y de evitar la transmisión comunitaria.
Esa capacidad del sistema sanitario de atención primaria para el diagnóstico precoz de nuevos casos de coronavirus, todo ello reforzado con el envío de más de tres millones de SMS para detectar COVID, es uno de los principales criterios que el Ministerio de Sanidad ha establecido para que las comunidades autónomas puedan medir el avance de la enfermedad y el objetivo de controlar la transmisión en los brotes detectados por todo el país. Este control se materializa en la realización de pruebas diagnósticas.
Unidad COVID
La Unidad COVID de La Rioja es un equipo multidisciplinar que comenzó a desplegarse en mayo y en el que participan en la actualidad un total de 142 profesionales. Inicialmente, contó con 30 profesionales, diseñando un sistema escalable que permitiera adaptarse a la evolución epidemiológica en cada momento. A mediados de julio se amplió hasta los 85 efectivos y a finales de agosto se alcanzaron los 110. Siempre, hasta entonces, con recursos propios que integraban un equipo multidisciplinar en el que participaban profesionales de enfermería, microbiología, médicos en activo y eméritos, epidemiólogos, trabajadores sociales y administrativos.
En el mes de octubre, con la incorporación de los efectivos del Ejército que forman parte de la “Misión Baluarte”, La Rioja pasó a contar con 134 rastreadores y llegó a alcanzar los 154 gracias a la incorporación, en el mes de noviembre, de 20 militares más. En el mes de enero, coincidiendo con la tercera ola del COVID y el incremento de los contagios, la Unidad COVID se reforzó con hasta 168 operativos.
Estos profesionales se apoyan en una herramienta tecnológica de desarrollo propio, denominada ControlCovid, que permite visualizar las cadenas de transmisión y el análisis de la evolución de la enfermedad desde una perspectiva diagnóstica y predictiva. Integra 3 herramientas: la autoevaluación online, el Gestor de Casos COVID y el Gestor COVID, que permiten realizar un seguimiento y tratamiento integral de los posibles casos.
Rastreadores ‘puerta a puerta’
Además del trabajo de la Unidad COVID, operativa desde mayo, Salud puso en marcha en noviembre un proyecto piloto de rastreadores ‘puerta a puerta’ con el objetivo prioritario de proteger a los colectivos vulnerables, en especial las personas mayores, con escucha activa, resolución de situaciones para garantizar el cumplimiento de cuarentenas y acciones divulgativas en sus domicilios.
El equipo, desarrollado en colaboración entre el SERIS y la Subdirección General de Coordinación Sociosanitaria y Cuidados, trabaja en tres líneas: visitas a los domicilios de las personas que se encuentran en cuarentena por ser positivos por COVID-19 para garantizar las condiciones que permitan su cumplimiento; misma estrategia con contactos estrechos en aislamiento; y visitas domiciliarias a personas mayores que no son positivo o contacto estrecho con el objeto de trabajar acciones divulgativas en prevención y protección.
La denominada Unidad de Seguimiento COVID Domiciliario (USCD), está integrada por trabajadores sociales que cumplen sus objetivos en coordinación con médicos y enfermería de las Zonas Básicas de Salud y la Unidad COVID. Estos profesionales se encargan de acudir a las viviendas de los ciudadanos en cuarentena para favorecer y ayudar en el cumplimiento de los protocolos al tiempo que tienen sus necesidades higiénicas y alimenticias adecuadamente garantizadas, especialmente en el caso de los más vulnerables. En una primera fase de este proyecto piloto está trabajando en zonas básicas de Logroño.
El rastreo de cada nuevo positivo y llevar a cabo un adecuado seguimiento sus contactos estrechos resulta vital para frenar la curva de contagios por COVID-19, de ahí la importancia del proyecto de rastreadores ‘puerta a puerta’, que incide especialmente en las personas mayores. Los trabajadores sociales acuden a sus domicilios para:
- Hacer pedagogía con ellos: confirmar que comprenden en qué situación se encuentran y cerciorarse de que conocen adecuadamente las medidas que establece el confinamiento y lo que implica respetarlas.
- Practicar con ellos la escucha activa: conocer in situ cómo están viviendo su día a día contra la pandemia y atender sus dudas e inquietudes.
- Que se sientan más tranquilos sabiendo que, aunque tengan que permanecer aislados, no están solos. Todo lo contrario. Que se sientan acompañados.
La información recabada de cada positivo, contacto estrecho o colectivo vulnerable por parte de los rastreadores ‘puerta a puerta’ que requiera de una búsqueda y aplicación de los recursos sociales y/o legales necesarios para favorecer el cumplimiento del aislamiento o cuarentena cuenta con el seguimiento oportuno por parte de la trabajadora social de la Zona Básica de Salud correspondiente para una valoración y acción más exhaustiva.
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