La Rioja, una de las regiones de Laponia española
“El silencio nos recibe. La desolación nos rodea. La belleza de la despoblación se despliega con toda su fuerza. Parece una contradicción, una paradoja. Pero es una innegable sensación de placer estético y sentimental que, a un tiempo, inocula el sentido de culpa en quien la experimenta”. Es un extracto de 'Los últimos. Voces de Laponia española', el libro que la editorial logroñesa Pepitas de Calabaza va a publicar sobre la realidad de una región de España, la Celtiberia, en la que centenares de pueblos están vacíos o a punto de desaparecer.
Es un libro en el que el periodista valenciano Paco Cerdà narra su viaje por la España despoblada, la llamada Laponia del Sur o Serranía Celtibérica. Se refiere a un territorio montañoso y frío con 1.355 pueblos que se extiende por las provincias de Guadalajara, Teruel, La Rioja, Burgos, Valencia, Cuenca, Zaragoza, Soria, Segovia y Castelló.
En su interior viven menos de ocho habitantes por kilómetro cuadrado. No hay un lugar tan extremo y vacío en toda Europa. Este periplo invernal por una Nada demográfica da voz a los últimos pobladores de un mundo en extinción. Paco Cerdà ha escrito la crónica de los otros, los que se quedaron descolgados de un país urbanizado a gran velocidad que ha olvidado su origen rural.
Como indica el escritor Julio Llamazares en su reseña de El País, “el libro de Paco Cerdá cuenta la peripecia de los últimos robinsones que resisten en poblaciones semivacías sin que nadie se acuerde de ellos y, lo que es peor, sin que a nadie en España le importen su soledad y su marginación”.
“Son los últimos, -continúa Llamazares-, los olvidados de ese espinazo del país (las montañas de Burgos y de La Rioja, las provincias enteras de Soria y Guadalajara, los extremos de las de Zaragoza y Segovia, la zona cero de Teruel, el epicentro de la despoblación ibérica junto con la serranía de Cuenca, las comarcas del interior de Castellón y Valencia) al que ya se le conoce como la Laponia española, más que por el frío, por sus bajísimos índices demográficos, desconocidos en el continente”.
El escritor critica que sea tan sólo una anécdota para algunos políticos que en toda la Celtiberia (diez provincias con cientos de pueblos) vivan tan solo medio millón de personas, la treceava parte que en la provincia de Madrid o la cuarta que en la de Sevilla.
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