La torre de la iglesia de Santo Tomás Apóstol de Arnedo ya está reformada
La torre de la iglesia de Santo Tomás Apóstol en Arnedo ya está reformada. Las obras han supuesto una inversión de 84.220,30 euros, de los que el Ejecutivo riojano ha aportado 71.587,25, el 85% del total, a través del Convenio de colaboración con la Diócesis de Calahorra y Logroño-La Calzada.
El consejero de Educación, Cultura, Deporte y Juventud, Pedro Uruñuela, y la directora general de Cultura, Ana Zabalegui, han visitado esta mañana la iglesia. Uruñuela ha valorado cómo esta intervención “es un ejemplo significativo y que pone en relieve el interés común de instituciones distintas, en este caso el Gobierno de La Rioja, la Diócesis y el Ayuntamiento de Arnedo, por la preservación del patrimonio riojano”.
La intervención en la torre de la iglesia de Santo Tomás ha venido dada ante las patologías observadas en la estructura, fruto de la alta exposición a la intemperie con la acción negativa de la humedad, el lógico envejecimiento de los materiales y las consecuencias de algunas reparaciones y reformas efectuadas en su día.
Considerando el actual estado de conservación estructural de la torre, y puesto que la potencia de los muros de sillería, piedra labrada y ladrillo aseguran la estabilidad del conjunto, la reforma ha planteado una restauración integral para recupera la calidad material original y la belleza de su diseño, entendiendo como punto de referencia el de la configuración actual de dos cuerpos rematados con una sencilla cubierta de cuatro aguas. Las obras han llevado un proceso de dos meses de duración, y se han completado en el plazo previsto.
A lo largo de una visita también han estado presentes el alcalde de Arnedo, Javier García, y el párroco de la iglesia, Javier Martín, además de arquitectos del proyecto y miembros de la Diócesis y del Servicio de Patrimonio de la Dirección General de Cultura.
Uruñuela ha recordado que “el Gobierno de La Rioja dedica una cantidad muy importante, en torno a algo más de 1,7 millones de euros al año, en inversiones para acciones de restauración y conservación del patrimonio, en dos herramientas de colaboración que formalizamos: con las Administraciones Locales, por un lado, lo que se conoce popularmente como la ‘Orden de Ermitas’, que el año pasado incrementamos en un 50% su cuantía; y el convenio con la Diócesis, por otro”.
Este convenio 2021-2022 recoge una partida, en números redondos, de casi 600.000 euros para apoyar obras de restauración en ocho edificios patrimoniales: es el caso de Ezcaray, Fuenmayor, Murillo, Calahorra, La Villa de Ocón, Aguilar de Río Alhama y, este de Arnedo.
“El patrimonio de La Rioja es inmenso, y además de la labor puramente de inversión monetaria y de redacción de proyectos, hay una parte muy importante que es la de vigilancia y supervisión de nuestros elementos patrimoniales y su situación que hacemos las instituciones implicadas; esta parte de supervisión es esencial para la organización luego cada año de las prioridades y de los lugares más necesarios y prioritarios en los que invertir el dinero”, ha valorado el consejero.
Por su parte, el alcalde de Arnedo, Javier García, ha agradecido al Gobierno y a la Diócesis su colaboración “para lograr un resultado espectacular en una torre que necesitaba esta restauración”, y ha recordado cómo desde 2015 se está realizando una intensa actividad de restauración de patrimonio en la ciudad, con acciones destacadas en Santa Eulalia y San Cosme.
El párroco de la iglesia de Santo Tomás, Javier Martín, ha agradecido también al Gobierno de La Rioja y a la Diócesis la actuación llevada a cabo, “que ha sido un espaldarazo y servido para seguir teniendo todo el patrimonio en Arnedo en buenas condiciones”, ha indicado, recordando también a su predecesor, el sacerdote Tomás Ramírez, “que hizo que me encontrara las iglesias arregladas, algo que no ha sucedido en otras partes”.
Obra de mejora de la iglesia de Santo Tomás Apóstol en Arnedo
La intervención en la torre de la iglesia de Santo Tomás obra ha llevado unos dos meses de trabajo, y ha estado marcada por la seguridad y el trabajo al detalle, sustituyendo las piedras de la torre más afectadas y que podrían representar un problema estructural para la torre. La obra ha incluido la limpieza de las juntas, recuperación de ladrillos y reparación de grietas y fisuras, así como la reconstrucción de la moldura que separaba las dos partes de la torre. Del mismo modo, se ha desmontado la cubierta para impermeabilizarla, y consolidado el suelo de la plataforma del campanario.
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