Las nuevas medidas energéticas: “Nos preocupa que clientes y trabajadores no estén cómodos”
La aplicación de las nuevas medidas impulsadas por el Gobierno de España para el ahorro y la eficiencia energética preocupan en el sector empresarial riojano, especialmente por su repercusión en clientes y trabajadores.
Cabe recordar que entre estas normas impulsadas por el Ejecutivo figuran la limitación de la calefacción a 19 grados y del aire acondicionado a 27 grados, así como el apagado de escaparates a partir de las 22 horas o la instalación de sistemas de cierre para evitar que las puertas de estos establecimientos queden abiertas.
“Nosotros no nos oponemos a las medidas, somos conscientes de la situación energética que vivimos y estamos encantados de colaborar, pero esto tiene que ser una estrategia total, no de cara a la galería. Hay que mirarlo todo y revisarlo todo, no solo el comercio local”, asegura Fernando Cortezón, responsable de la Federación de Empresas del Comercio (FER Comercio).
Así, recalca que una de las principales preocupaciones que traslada el sector es “que los clientes o trabajadores no estén cómodos por las temperaturas en los locales”. Recuerda las cada vez más frecuentes olas de calor.
Con respecto al apagado de escaparates, indica que “no se sabe cómo va a quedar, pero nos parece un poco pronto y desde luego se va a visualizar lo que el comercio aporta a la vida en las calles”, además de ser una medida que podría repercutir “en las ventas futuras”.
Acerca de los sistemas de cierre, Cortezón entiende que puede resultar una medida más polémica en tanto en cuanto conlleva una inversión y afecta por igual a un sector que es heterogéneo: “Por ejemplo, el modelo de negocio de una heladería pasa por estar con la puerta abierta, nosotros reivindicamos flexibilidad”.
E insiste nuevamente en que la estrategia energética debe ser “integral”. “No puede ser que nosotros apaguemos el escaparate y haya farolas con halógenos iluminando toda la noche, o que se mire al comercio local y no se revise el comercio online que trae miles de paquetitos de China con lo que eso supone para la sostenibilidad”, afirma y recuerda: “vamos a colaborar, pero vamos a hacerlo entre todos”.
Hoteles y establecimientos hosteleros
El sector hotelero todavía está estudiando las implicaciones que tendrá la nueva normativa aprobada por el Gobierno de España, según confirma el presidente de la Asociación Riojana de Hoteles, integrada en la FER, Demetrio Domínguez.
“No sabemos cómo se va a ejecutar o cómo puede afectar a la calidad del servicio a nuestros clientes”, indica Domínguez, que sin embargo se muestra molesto ante unas medidas “que no están consensuadas con el sector”.
Por su parte, el responsable de Hostelería Riojana, Francisco Martínez-Bergés, asegura que “nosotros somos los primeros que llevamos un montón tomando medidas para el ahorro y la eficiencia energética”. “Al final siempre somos los mismos los que estamos dando la cara, siempre nos ponen zancadillas a los mismos, que encima somos los que estamos sujetando este país y los que menos hemos subido los precios”, señala.
Explica que los clientes se toman la situación “de momento un poco a cachondeo, diciendo que les vamos a tener que poner abrigos en invierno y ventiladores individuales en verano”, pero para Martínez-Bergés la situación es seria, porque “está muy bien ahorrar, pero no a costa del cliente, que quizá decida no entrar si va a pasar frío o calor en el establecimiento”.
Y se pregunta si los límites de las temperaturas se han puesto “a ojo” para ahorrar unos céntimos “y luego coger el Falcon para recorrer 25 kilómetros”.
Salud laboral
Juan Ramón Liébana, asesor de prevención de riesgos laborales y salud laboral de la Federación de Empresas de La Rioja (FER) coincide en señalar la preocupación originada por la aplicación de estas nuevas medidas, unas medidas que, subraya, “no sabemos qué recorrido real van a tener” en unos sectores que “llevan ya mucho tiempo adoptando medidas de eficiencia energética para ser más compettitivos y por la escalada de precios, mientras que la Administración no ha tomado medidas generalizadas en ese sentido”.
Detalla que se trata de unas disposiciones “precipitadas” y que “de nuevo se cargan en su mayoría sobre los hombros de las empresas, con costes directos (sistemas de cierre de puertas, pantallas o carteles) e indirectos (peor calidad en el servicio)”
Las que se refieren a la limitación de temperaturas las tacha de “probablemente extemporáneas” en una situación como la actual con repetidas olas de calor. Y en la que se refiere al apagado de escaparates, Liébana la ve “pensada quizá para países como Alemania, no en lugares como España, donde la vida en la calle es muy rica y los escaparates contribuyen a la iluminación pública”.
Por otro lado, Liébana advierte de una posible colisión de esta normativa con la vigente en prevención de riesgos laborales, que establece en caso de los denominados trabajos ligeros (bajar cajas en un comercio, coger cosas en una pyme, reponer un arcón en una tienda...) un rango de temperaturas de entre 14 y 25 grados.
Y alude también “fruto de esa rapidez por publicar la norma”, que se produce también “ambigüedad y falta de seguridad jurídica” en cuestiones como las sanciones, tomadas directamente de la Ley de Industria de 1992 “y que no se ajustan a la finalidad de este Real Decreto Ley”.
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