Lo importante no es el juguete sino cómo se juega

Lo importante no es el juguete sino cómo se juega

Olivia García Pérez

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Llevamos meses, incluso años, apretándonos el cinturón. Sin embargo, cuando llegan estas fechas, hay un gasto que no pasamos por alto: los regalos. Cuando se trata de los pequeños de la casa, todo parece poco. Llegan los Reyes Magos, esos que todo lo pueden. Muñecos, videojuegos, balones, bicicletas... Nos convertiremos realmente en magos (de la economía doméstica) para cumplir sus deseos.

Pero en esta sociedad consumista, en la que las necesidades se cubren incluso antes de sentirlas, los expertos recomiendan algo más de reflexión a la hora de regalar a los niños. Martina Pérez, pedagoga y coordinadora del Área de Crianza de la Universidad Popular de Logroño, considera que nos estamos olvidando de la diferencia entre juguete y juego, centrándonos únicamente en lo que compramos y no tanto en la forma de jugar con ello.

Cómo, dónde y con quién

El juguete sería la pelota y el juego, la forma de utilizarla. “No es lo mismo que el niño juegue a tirar la pelota contra otros objetos o que juegue con sus padres u otros niños a pasarla, lanzarla al aire o hacer diferentes juegos”, explica. En este sentido recuerda además que el juego es imprescindible para el niño porque es lo que le va construyendo, lo que determina si será un tipo u otro de persona.

Además del cómo, importa también el dónde. “Cuando preparamos la habitación de un niño, pensamos en la cama o la zona de estudio pero no en la zona de juego. A veces dejamos poca superficie de suelo para que puedan jugar e incluso ponemos los juguetes fuera de su alcance”, señala Pérez. Recomienda además distribuir los juguetes por cajones. En uno los cuentos, en otro los disfraces, en otro los animales o en otro las profesiones, “el contenido irá cambiando a medida que crece el niño, pero los espacios serán fijos”.

Igualmente importane es el 'con quién'. En opinión de la pedagoga, el mejor regalo que los Reyes pueden dejar a los niños es un vale de 20 minutos de diario de juego con sus padres. “Si a cualquier niño le das a elegir entre el mejor juguete del mundo o un rato de juego con sus padres con un juguete cualquiera y elegirá siempre la segunda opción”, asegura, “incluso si un día llegamos muy cansados de trabajar, podemos proponer como juego un masaje, no hay nada más placentero que dos manitas relajándote todo el cuerpo después de una dura jornada”.

Otra recomendación para fomentar el juego por encima del juguete en sí es hacerlos con ellos. Dos vasos de plástico unidos con cinta aislante y con garbanzos dentro, son el mejor instrumento musical. Diversión y ahorro asegurados.

Niños frustrados

Uno de los principales problemas hoy en día, en opinión de Pérez, es que nos estamos adelantando a las propias necesidades de los niños. “Mi hermano pidió la bici durante seis años, nunca llegó, pero hoy es un adulto completamente feliz”, cuenta, “ahora ni siquiera damos lugar a que pidan la bici, se la compramos antes, matamos el deseo. Les hacemos creer que son felices porque tienen más y eso es un engaño, es la frustración asegurada”.

Explica la pedagoga que los niños no saben si lo habitual es tener un paquete o tener 80. Recomienda acsotumbrar a los niños a pedir un número determinado de regalos y dejarles claro que al final son los Reyes los que deciden, no tener miedo a que se frustren porque no llega lo que han pedido. “Hay que sentar las bases desde pequeños, se acostumbrarán a lo que marquemos los adultos” y sobre todo tener en cuenta que los niños de hoy son los adolescentes de mañana. “Igual que no le dejaremos fumar porque todos sus amigos lo hagan, tampoco debemos concederle ahora todo porque lo pida o porque otros niños lo tengan”.

¿Un niño coleccionista o uno que juegue y se divierta?

Respecto al tipo de juguete, es importante que se adapten a la edad del niño y que sirvan tanto para apilar una torre como para construir una ciudad entera. También es importante la variedad, “tiene que haber juegos que les permitan construir, inventar y soñar, pero también otros juegos de mesa con normas que les enseñen a cumplirlas y a perder en ocasiones”.

Hay que ser también consciente de que, cuando entra un juego electrónico en casa, el resto de juegos perderán interés de inmediato. En este sentido, Pérez señala que se trata de juguetes que aislan más que otros pero que tienen que estar porque son una parte importante de la sociedad actual, por eso recomienda controlar mucho los tiempos de juego para que no puedan suponer un problema.

Aconseja además enseñar a los niños que el espacio es limitado y que los juguetes tienen que ir saliendo para que puedan entrar otros nuevos aunque “es algo muy complicado ya que las propias madres no somos capaces de deshacernos de un bolso para que entre otro nuevo”.

En cualquier caso, lo principal en su opinión es no acabar nunca con el deseo anticipándonos a sus necesidades. “Hoy en día los niños no desean, no tienen motivación y la motivación es precisamente eso, deseo”.

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