Logroño se despide de las fiestas de San Mateo (pero solo por un año)
Ya está. Es una pena pero la fiestas de San Mateo, después de ocho intensas jornadas de tradición, algarabía y buen ambiente, han concluido. El proceso de clausura se llevó a cabo paso a paso, como manda la tradición. Así que los logroñeses ya pueden comenzar a pensar en las próximas.
En torno a las nueve de la noche las peñas de Logroño comenzaron a concentrarse en el Espacio Peñas 2.0, a la vera de la Fuente de Murrieta. Se preparaban para llevar a cabo su encomienda más difícil: la clausura de las fiestas.
Todos los peñistas, a eso de las nueve y media, iniciaron el último desfile de las fiestas de San Mateo: Murallas del Revellín, Portales, Muro de Cervantes, Avenida de la Paz y Plaza del Ayuntamiento.
Allí, junto al edificio consistorial, una multitud de logroñeses se preparaba para la despedida. Retumbó la petardada, silbó la mecha y el fuego alcanzó a esa cuba de cartón piedra que, cada año, simboliza la clausura de las fiestas de San Mateo.
Varios miles de logroñeses observaban las llamas al tiempo que sonaba es jota que dice “mi tierra es La Riojaaaaaaaa, Logroño es mi pueblooooooo” y también que “nadie en Logroño, se siente extranjerooooooooo”.
Fue así como la ciudad se despidió de las fiestas, pero solo oficialmente, porque todavía quedaba la noche de un sábado y un domingo para aprovechar. Poco tiempo después, de hecho, comenzaban de forma casi simultánea tres conciertos en diferentes puntos de la ciudad. Las fiestas habían acabado, pero todavía quedaban mucha fiesta que disfrutar.
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