Los Aguirrezabalaga aplazan su cara a cara

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El balonmano es un deporte familiar. Tanto que las estirpes de hermanos que juegan en la mejor liga del mundo aumentan cada temporada. Apellidos como Urdiales, Entrerríos, Ruesga, Ugalde o Cutura, aparecen cada temporada repetidos en las estadísticas de la competición y muchos son los duelos fratricidas que se viven a lo largo del curso.Una realidad de la que el Naturhouse La Rioja no se abstrae. De hecho en la tercera jornada hubo un primer intento de duelo entre hermanos que finalmente no cuajó. La lesión de Isaías Guardiola aten Ciudad Real le privó de jugar ante su hermano Gedeón, que milita en las filas del Teucro.

Este sábado, a partir de las 18.30 horas, el Palacio de los Deportes se iba a convertir en el centro de atención de dos familias guipuzcoanas. Los Aguirrezabalaga de Zarautz y los Aguinagalde de Irún. Pero la ilusión de Alberto Aguirrezabalaga de jugar por primera vez contra su hermano se ha visto truncada por una inoportuna lesión de Mikel, su contraparte, en el Ademar León. En la mañana de este jueves ha sido intervenido del menisco y su retorno al parqué no será antes de cuatro semanas.

“Tenía muchas ganas de que llegara este partido”, asegura el extremo del Naturhouse, “porque nunca hemos estado juntos sobre una cancha en un partido oficial”. La lesión de Mikel retrasa el primer cara a cara entre los hermanos Aguirrezabalaga así que “habrá que esperar al partido de vuelta para jugar juntos”, apunta, resignado, Alberto. Al menos su familia animará, en bloque, al Naturhouse.

Pese a todo el partido seguirá siendo especial para el extremo derecho del equipo riojano. El Ademar fue el primero de los grandes que confió en él. La Fundación del club leonés le ofreció una beca y no dudó en aceptarla. Allí Manolo Cadenas, hoy entrenador del Barcelona, confió en él. Le hizo entrenar con el primer equipo y con 17 años debutó en la Liga ASOBAL. “Se me puso la piel de gallina”, recuerda. Su salida de León no fue todo lo placentera que hubiera deseado pero se queda con los buenos momentos. “Me lo pasé muy bien allí. Fue una época genial y crecí como jugador con Manolo Cadenas. Estoy muy agradecido”, reconoce el de Zarautz.

Ahora, un año después, se centra en dar con la fórmula para hacer doblar la rodilla al único equipo que ha plantado cara a todos los grandes (empataron con Portland y Barcelona y derrotaron a Ciudad Real). “Será muy complicado, así que será fundamental evitar que se marchen en el marcador. Si lo consiguen nos pueden ganar de mucho ya que eso lastra mentalmente”.

Del actual Ademar Alberto lo tiene todo estudiado. Tiene memorizado quién y cómo jugó ante Ciudad Real. Conoce las estadísticas de todos sus rivales del sábado y asume que una combinación entre la presión de la afición y un inicio de partido al 120 por cien pueden ser la mejor arma para repetir lo hecho ante el Valladolid. “En la pista somos siete contra siete y no podemos buscar excusas en las lesiones”, sentencia.

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