Los cazadores riojabajeños, en pie de guerra contra Medio Ambiente
Algunas de las sociedades de cazadores de La Rioja Baja, que aglutinan a cerca de un millar de socios, han criticado la “prepotencia” de Medio Ambiente, han manifestado su disconformidad con la gestión realizada y algunos estudian asumir la autogestión de los cotos que explotan toda vez que “las autoridades de Medio Ambiente nos ningunean”, han asegurado.
En las comarcas 9 y 11 (denominación de Medio Ambiente) -compuestas por 23 municipios riojabajeños- hay sociedades como la de Alfaro o la de Arnedo “que no se han planteado esa autogestión o la ven inviable por razones económicas o legales”. Sin embargo, “todas coinciden en señalar que tienen frecuentes puntos de fricción con Medio Ambiente, departamento hacia el que muchos colectivos de cazadores se muestran quejosos, hasta el punto de desear el cese en su cargo del jefe de la sección de Caza en la Dirección General del Medio Natural, Juan Herrera”. Éste ha evitado hacer declaraciones, remitiendo al director General de Medio Natural, Miguel Urbiola.
Otras sociedades de cazadores reconocen que si bien la autogestión “no será la panacea” para sus cotos, “sí vendrá al menos a evitarles algunos puntos de fricción que mantienen con la administración regional”.
Uno de los principales enconamientos está en la elaboración de los calendarios de caza, porque “los días hábiles para la caza de perdiz y liebre no se corresponden con la cantidad de ejemplares observados en los censos”, dicen los cazadores.
En este sentido, Roberto Peña, presidente de la Sociedad de Caza de Tudelilla, explica que para conocer las poblaciones de especies cinegéticas se realizan varios conteos. En efecto, “las sociedades realizan con sus socios dos recuentos al año, en varios días, recorriendo los cotos 'en mano' , es decir, en grupos organizados en línea”.
También los biólogos contratados y pagados por las sociedades hacen un recuento, pero la Dirección General de Medio Natural “no toma en consideración ninguno de los dos, a pesar de que se realizan con bastante despliegue de personal y en varios días, nos explican varios directivos. Por el contrario, lo único que toman en cuenta son los datos que aporta su propio biólogo, que hace un recuento desde el coche recorriendo los caminos de los cotos”.
Este extremo lo avalan también las directivas de 'Socapesca' en Calahorra o 'Isasa' en Arnedo. Por su parte, el presidente de la sociedad alfareña, Carlos Sánchez, dice de forma más prudente que “estar de acuerdo con Medio Ambiente es muy difícil y hay que ser inconformista”.
SOLICITUDES DE REVISIÓN
Quizá por eso, más de 20 cotos han pedido la revisión de los calendarios establecidos. Los cotos tienen menos o más días hábiles de los posibles. “Además a veces se cambian a última hora y se basan en observaciones precipitadas y en normas inexplicables que se aplican por igual a comarcas enteras, en las que las realidades de cada coto son muy dispares”. Todo ello se definiría en un Consejo Regional de Caza, “en el que ni los cazadores ni nuestros biólogos tienen voto”.
Subrayan los cazadores que “no se trata de que queramos cazar más, como lo demuestra el que en algunos de nuestros cotos hemos sido nosotros mismos los que hemos propuesto no cazar algunas especies en algunas temporadas”.
En Calahorra, miembros de la directiva de Socapesca coincidieron en expresar su disgusto: “Si no tienen en cuenta nuestros recuentos ni los de nuestros biólogos quizá sea porque piensan que falseamos cifras. Si es así, que nos lo digan claramente y veremos la forma de ahorrarnos al menos los 2.500 euros que nos cuesta la contratación de un biólogo cuyo trabajo desprecian”, dice José Miguel Zapata.
Por otra parte, advierten que la forma en que se autoriza la caza en espera de jabalíes y corzos para evitar daños en las explotaciones agrícolas “roza el ridículo”, al hacerse en horarios muy limitados y a horas diferentes en las que los animales entran en las fincas: “Pagamos a Medio Ambiente por hacer esperas nocturnas para evitar daños, pero tal y como están organizadas no valen para nada, como prueban unos escasos resultados que conllevan pérdidas para los agricultores que nos culpan de ineficaces”.
LA RESPUESTA OFICIAL NO CONVENCE A LOS CAZADORES
Por su parte, la Dirección General de Medio Natural, remitió ayer una nota en la que explica el método de conteo y la elaboración de calendarios de caza que realiza.
“Los técnicos de la Dirección General de Medio Natural, en combinación con el técnico de la Federación Riojana de Caza realizan los censos de caza menor (primavera-verano) mediante transectos de muestreo; estos transectos o itinerarios se realizan por lo menos tres veces cada uno en primavera y otras tres veces mínimo en verano, en distintas horas y días, en el supuesto caso que algún itinerario no diese los resultados esperados para esa campaña se repiten otras dos o tres veces hasta observar mayor número de individuos o asegurase la no presencia de los mismos (en este año 2016 algún itinerario se ha repetido por parte de lo técnicos de la Federación y/o los técnicos y Agentes Forestales de la Dirección General de Medio Natural siete u ocho veces)”.
Medio Ambiente asegura que “con los datos obtenidos en la comarcalización y mediante un método consensuado con la Federación Riojana de Caza se calculan los días de caza base para cada comarca, que se corrigen en mas-menos el 50% con los datos de censos aportados por cada acotado en particular; a este número de días, y si el coto lo considera conveniente se la podrá añadir un día de buenas prácticas, consistente en cumplir cinco buenas prácticas (cupo, número de cazadores, bebederos, siembras etc.)”.
En cualquier caso, a los cazadores “no les resulta extraño” que Medio Ambiente tenga que repetir sus itinerarios de recuento: “De la manera en que los hacen es imposible que obtengan datos fidedignos y la repetición de itinerarios en coche por los caminos no garantiza que observe la caza que verdaderamente hay por muchas veces que los recorran”.
“Nos da la sensación de que se inventan los datos, pues en unos casos conceden muchos días de caza de liebre donde apenas las hay y otras veces limitan los días hábiles para su caza al mínimo en aquellos lugares en los que las hay con abundancia”, así lo dicen los cazadores de Calahorra y de parecida manera se manifiestan los de otras poblaciones.
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