Los líderes del G-20 se comprometen a mantener las medidas anticrisis
Los líderes del G-20 reunidos en Pittsburgh han acordado mantener las medidas anticrisis adoptadas tras el estallido de la actual crisis financiera y económica hasta que se asegure una “recuperación duradera” y garantizaron que evitarán una “retirada prematura de los estímulos” fiscales y monetarios, según el comunicado final.
Aunque constatan que la producción industrial está creciendo en casi todos los países, que el comercio empieza a recuperarse y que las instituciones financieras están reuniendo el capital que necesitan, admiten que el proceso de recuperación aún está “incompleto”, entre otras cosas porque en muchos países el paro permanece elevado.
Por eso se comprometen a no retirar de forma “prematura” los planes de apoyo fiscal, monetario y financiero, que abandonarán “cuando sea oportuno” y de forma “coordinada”, manteniendo los compromisos de “responsabilidad fiscal”. No obstante, avisan de que el alcance, la duración y la secuencia de este proceso de salida puede variar entre países o regiones y en función de las distintas políticas adoptadas.
Los jefes de Estado y de Gobierno de las primeras economías y los principales países emergentes se han mostrado de acuerdo en “limitar los excesos que llevaron a la crisis” y a poner en marcha “exigentes estándares de remuneración internacional para poner fin a las prácticas que auspiciaron un exceso de asunción de riesgos”, como las primas excesivas a los banqueros.
Sin embargo, no ha prosperado la iniciativa europea de establecer límites individuales a estas primas, sino que se apoya que los salarios de los banqueros se vinculen a los resultados a largo plazo. Entre otras cosas, abogan por “evitar” las primas garantizadas por varios años.
También piden a los bancos que retengan una proporción mayor de sus beneficios para fortalecer su capital, donde sea preciso, para conceder nuevo crédito y animan a las entidades que llevan a cabo titulizaciones a que retengan una parte del riesgo de los activos subyacentes para actuar prudentemente.
CONSOLIDACIÓN DEL FORO
De otro lado, los líderes del G-20 han designado a este foro como el espacio principal para coordinar la política económica internacional y cuyas próximas cumbres se celebrarán en junio de 2010 en Canadá y en noviembre en Corea del Sur. A partir de 2011, celebrará una cumbre por año, la primera de ellas en Francia.
Hasta la cumbre del 15 de noviembre pasado en Washington, el G-20, que reúne a las primeras economías del mundo y los principales países emergentes, trabajaba a nivel de ministros de Finanzas.
Decidieron por otro lado que los países ricos sobrerrepresentados en el Fondo Monetario Internacional (FMI) transfieran un 5 por ciento de sus derechos de voto a los mercados emergentes dinámicos (China, Rusia, Brasil e India) dentro de la reforma de esta institución que deberá concluir en 2010. Harán lo mismo en el Banco Mundial, aunque en este caso el porcentaje transferido se reduce a un tres por ciento.
En materia de empleo, se comprometen a seguir suministrando protección social y de rentas así como asistencia formativa para los desempleados y para aquellos con mayor riesgo de perder su empleo. Además proponen una reunión de los ministros de Trabajo del G-20 para 2010, “en consulta con los trabajadores y las empresas”.
ESCASO COMPROMISO CON EL CAMBIO CLIMÁTICO
Las conclusiones apenas aportan compromisos en materia de lucha contra el cambio climático, a pesar de que los europeos defienden la necesidad de ser solidarios con los países menos desarrollados ayudándoles a financiar su conversión en países menos contaminantes. De hecho, la Comisión Europea estima en 100.000 millones de euros anuales el coste para lograr reducir de forma significativa las emisiones de gases contaminantes en el periodo 2012 y hasta 2020 y propone que los Veintisiete aporten 15.000 millones.
Las conclusiones de la cumbre de Pittsburgh hablan del compromiso de aumentar la financiación de programas para proporcionar energía limpia y económica a los más pobres, pero sobre una “base voluntaria”. Piden “retirar gradualmente en el medio plazo los subsidios a los combustibles fósiles que incentivan el derroche” pero no avanzan una fecha concreta.
No aparece en el texto la propuesta del presidente francés, Nicolas Sarkozy, de convocar una cumbre de líderes para preparar la conferencia de diciembre sobre cambio climático en Copenhague, donde se aspira a pactar un acuerdo internacional para reducir las emisiones de gases contaminantes en el periodo 2012-2020 que sustituya al protocolo de Kioto.
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