Musulmanes en La Rioja, ¿hacia la integración?
Residen en La Rioja 11.947 inmigrantes procedentes de países musulmanes. Esta población que podemos considerar de confesión islámica, podría ser aún mayor si tenemos en cuenta a los inmigrantes que profesan dicha religión procedentes de países con una extensa comunidad de musulmanes, como Bosnia-Herzegovina, Burkina Faso o Nigeria, donde cerca del 50% de la población se confiesa islámica. Los datos se refieren a los extranjeros con permiso de residencia en vigor a 31 de marzo de 2008, según el informe trimestral del Observatorio Permanente de la Inmigración, por lo que es imposible determinar el número exacto de personas originarias de países musulmanes: habría que añadir los inmigrantes irregulares y los llegados después de dicha fecha.
Además, para determinar la extensión de la comunidad musulmana de La Rioja, sería necesario incluir a los hijos de inmigrantes musulmanes: la segunda (y en poquísimos casos registrada, la tercera) generación, que ya son ciudadanos españoles y/o europeos, y que por lo tanto no se incluyen en las estadísticas de población extranjera. También el porcentaje de convertidos, que es imposible determinar.
Aunque hablemos de una única comunidad de musulmanes, lo cierto es que está lejos de ser homogénea: al proceder de países diversos no comparten la misma lengua, ni las mismas tradiciones; tampoco es similar su nivel de práctica religiosa ni de adhesión a la misma, y no todos siguen una misma rama o corriente del Islam (más allá de la división principal entre suníes y chiíes, los seguidores del Islam se dividen en la actualidad en más de setenta grupos).
En la Comunidad Autónoma de La Rioja, donde los datos oficiales determinan que residen 41.096 inmigrantes regulares, los originarios de países musulmanes representan un 29% del total de inmigrantes. A nivel regional, estos musulmanes representan algo más del 3% del conjunto de la población riojana. De dicha comunidad de inmigrantes de confesión islámica son mayoritarios, por este orden: marroquíes, pakistaníes y argelinos, que juntos conforman cerca del 95%. También es significante el porcentaje de malíes y senegaleses.
¿LOS MUSULMANES DE LA RIOJA ESTÁN INTEGRADOS?
Se dice que un individuo o colectivo está integrado en la sociedad cuando participa activamente en la construcción de la misma y lo hace a diferentes niveles: demográfico, cultural, económico y político. Ello se traduce en la aparición y aumento de matrimonios mixtos, adaptación de las prácticas matrimoniales y de la natalidad a las autóctonas, conocimiento de la lengua, escolarización, inserción socio-profesional y movilidad laboral, naturalización, participación política y sindical, etc.
Estos indicadores no se aplican en el conjunto de la comunidad musulmana que reside en La Rioja, menos aún si se tienen en cuenta que el grueso de los extranjeros de dicha confesión han llegado en la última década y sin intenciones claras de asentamiento prolongado, más bien al contrario, el inmigrante llegaba pensando en el retorno una vez adquirido el estatus económico que le proporcionaría (para él mismo y los suyos) una calidad y nivel de vida mejor que el que ha dejado atrás. Esta tendencia ha girado radicalmente en los últimos años y ha sido fomentada por las regularizaciones y reagrupaciones familiares. Se empieza a apreciar segundas generaciones de inmigrantes (ya nacionales), pero son rarísimos los casos de tercera generación (nietos de los primeros inmigrantes).
Así pues, La Rioja ha asimilado a los inmigrantes de confesión islámica, pero no los ha integrado, entre otras cosas porque para ello es necesario un asentamiento prolongado, una voluntad de residencia permanente y de participación (constructiva) en la nueva sociedad de acogida, también es casi imprescindible el relevo generacional.
Por el momento, estos extranjeros no suelen ocupar puestos cualificados, trabajan mayoritariamente (por este orden) en la construcción, en el sector agrícola y en la hostelería. Un ‘informe sobre la incorporación de trabajadores inmigrantes al mercado laboral riojano’ elaborado por UGT La Rioja y publicado en abril de 2008, subrayaba expectante la ‘escasa vinculación al mercado laboral y al servicio doméstico de mujeres marroquíes y pakistaníes’. Hemos de pensar entonces que si se apreciasen signos positivos hacia la integración éstos serían muy superiores en el caso de los hombres.
Lo cierto, sin embargo, es que son prácticamente inexistentes los conflictos severos entre esta comunidad musulmana y la sociedad riojana: los extranjeros han adoptado (superficialmente) el modo de vida riojano y no se muestran hostiles, aunque se sienten nacionales de sus países de origen –ni riojanos ni españoles– y suelen mantener los aspectos característicos de la dimensión irracional: creencias y religión, posiciones políticas, tradiciones… y las prácticas con ellos relacionadas. Los contactos y/o lazos con los países de origen son más bien estrechos.
Se observa una cada vez más importante actividad asociativa en dicha comunidad, con instituciones sin fin de lucro, como la Asociación de Inmigrantes Marroquíes por la Integración (AIMI), la Asociación de Trabajadores e Inmigrantes Marroquíes en España (Atime Rioja) o la Asociación Paquistaní en La Rioja . Respecto a las entidades religiosas islámicas en La Rioja, son ocho las que están inscritas en el Registro del Ministerio de Justicia: la Mezquita de Al-Huda y la Mezquita de Al Firdaus, ambas en Logroño; la Comunidad Islámica de Alfaro; la Mezquita de Autol; la Comunidad Islámica de Calahorra; la Mezquita Attaubah, en Casalareina; la Comunidad Islámica de Padrejón; y la Comunidad Islámica de Santo Domingo de la Calzada.
En este sentido, y ante el aumento progresivo de la comunidad musulmana de La Rioja, que como ya hemos dicho supone más del 3% de la población total de La Rioja, se hizo una demanda a finales de 2006 para construir una mezquita de grandes dimensiones en Logroño, que según apareció en la prensa del momento podría ser financiada por los Emiratos Árabes. Las autoridades locales desestimaron la solicitud.
En todo caso, el Islam es cada vez más visible en las ciudades españolas: ya no sólo por los individuos que visten con los atuendos característicos de sus lugares de origen (‘yilaba’, por ejemplo) o por las mujeres que llevan el velo (‘hiyab’), las ciudades españolas, y las riojanas entre ellas, responden (o empiezan a hacerlo) a las demandas de productos específicos de las comunidades de musulmanes.
A modo de ejemplo, en lo referido a alimentos ‘permitidos’ por el Islam (o ‘halal’, como lo llaman los fieles), existe en La Rioja, un matadero con certificación ‘halal’ (es decir, donde se sacrifican los animales siguiendo el rito islámico: con una breve invocación a Dios y orientando la cabeza del animal hacia La Meca): el Matadero Comarcal de Calahorra.
Otro asunto de gran relevancia que conviene apuntar es que según la Unión de Comunidades Islámicas de España (UCIDE), un total de 1.380 jóvenes de La Rioja, habrían solicitado educación religiosa islámica en la escuela pública. Hoy son 41 los profesores que enseñan la religión musulmana en colegios públicos españoles (situados en Andalucía, Canarias, Ceuta y Melilla).
¿CÓMO NOS VEN? ¿CÓMO LOS VEMOS?
Las primeras encuestas de ámbito nacional sobre la situación y percepción de los musulmanes y el conjunto de la sociedad española, que por la metodología y tamaño muestral se pueden considerar de validez científica, se realizaron en 2006. Dichos estudios se contradecían en algunos puntos.
En 2006, según un barómetro del Ministerio de Interior español, el 85% de los musulmanes consideraban que la práctica de su religión no estaba reñida con la democracia y el ser buen español. No obstante, otro estudio elaborado por Tais Comunicación para la revista 21RS , revelaba, para el mismo período, que dos de cada tres musulmanes residentes en España tenían problemas de integración, que el 70 % encontraba dificultades o/y problemas personales para compatibilizar sus creencias con la vida democrática y en definitiva, que, para los encuestados, “los estilos de vida occidentales no constituyen un hábitat cómodo”.
También a finales de 2006, el Observatorio Europeo del Racismo y la Xenofobia hacía público un informe sobre los musulmanes en la Unión Europea en el que expresaba las percepciones mutuas de los musulmanes y la sociedad de acogida. El 68% de los musulmanes residentes en España expresaban que querían seguir siendo diferentes y el 47% tenía además un sentimiento creciente de identidad musulmana. Un 57% encontraba una contradicción entre ser musulmán practicante y vivir en una sociedad moderna (el 54% de los españoles, consideraba que no existía dicha contradicción).
En esta encuesta, el 86% de los españoles veía a los musulmanes respetuosos con sus mujeres y devotos, un 43% los consideraban honrados y tan solo un 20%, tolerantes. Por su parte, cerca del 70% musulmanes encuestados percibían a los españoles como tolerantes y generosos, pero solo el 26% consideraba que eran devotos.
El último estudio de opinión sobre la comunidad musulmana de origen inmigrante en España se publicó en diciembre de 2007, co-patrocinado por los Ministerios de Interior, Justicia y Trabajo y Asuntos Sociales.
Los datos reflejaban que el 74% de los encuestados se encontraba ‘a gusto’ en España y un 83%, “adaptado a la vida y a las costumbres españolas”, porcentajes que variaban según el tiempo de permanencia en el país: así, estaba adaptado el 95% de los que llevan más de 10 años residiendo en España, pero tan solo el 48% de los que llevan menos de un año. Sin embargo se sienten más identificados con su país de origen que con el de acogida.
El 88% de los musulmanes de origen inmigrante consideran que hay mucha libertad en España y que todo el mundo es atendido por igual en los hospitales públicos, un 78% piensa que se respetan las creencias religiosas de todos y un 75% que la gente española es honesta y respetuosa. Sin embargo, son muchos menos (68% y 62%, respectivamente) los que consideran que España acoge bien a los inmigrantes y que se preocupa por las personas necesitadas.
Un último dato que queremos destacar de la encuesta, es que el 49% se define como musulmán muy practicante, el 34% musulmán practicante ocasional y un 16% musulmán no practicante. Ello muestra la diferencias de adhesión y prácticas religiosas entre los individuos de la comunidad islámica española. La amplia mayoría (84%) considera, además, que no ha encontrado ningún obstáculo para practicar su religión aquí, en España.
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