Objetivo: erradicar el virus
La posibilidad de erradicar el VIH y, por tanto, conseguir la curación en el sida, podría estar más cerca utilizando combinaciones de fármacos que incluyan un nuevo medicamento antirretroviral, raltegravir, perteneciente a la clase terapéutica de los inhibidores de la integrasa.
Esta es la hipótesis sobre la que están trabajando diversos investigadores de todo el mundo reunidos en Barcelona con motivo del simposio 'Pensando en la erradicación: ¿Es posible ahora?' Uno de estos especialistas es Bonaventura Clotet, jefe del Servicio de SIDA y del Laboratorio de Retrovirología de la Fundación Irsicaixa del Hospital Germans Trías i Pujol, de Badalona, coordinador de la reunión.
Aunque los tratamientos disponibles contra el VIH/Sida consiguen reducir la carga viral hasta niveles casi indetectables, lo que permite que la enfermedad llegue a considerarse “crónica”, si se abandona el tratamiento el virus prolifera de nuevo, lo que se atribuye a la cantidad de virus que se mantiene en los conocidos como reservorios virales, unos depósitos de células latentes en los que se almacena el VIH y que no respondían ni a las terapias existentes hasta ahora ni al sistema inmune del organismo. Sin embargo, la hipótesis en la que trabaja el doctor Clotet es que se puedan diseñar regímenes de tratamiento, en los que se incluye raltegravir, que puedan actuar en estos reservorios.
Raltegravir es el primer representante de una nueva familia de fármacos, los inhibidores de la integrasa, que fue aprobado el pasado mes de febrero en España. En estos momentos, raltegravir está indicado, en combinación con otros fármacos, para el tratamiento de la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH-1) en pacientes adultos tratados previamente y que presentan signos de replicación del VIH-1 a pesar de estar recibiendo tratamiento antirretroviral. El uso de raltegravir en pacientes 'naïve' -no tratados previamente- está en investigación.
“Se ha visto que raltegravir actúa frente a la integración del código genético del virus en el ADN humano. Estamos investigando si en combinación con otros tratamientos antirretrovirales de gran actividad (TARGA), podemos evitar que los reservorios virales se vayan rellenando con células infectadas y progresivamente desaparezcan”, explica el doctor Clotet. Un trabajo publicado el pasado año en 'The Journal of Infectious Diseases' apuntó la posibilidad de que un TARGA desde el inicio de la infección podría hacer desaparecer esos reservorios en tan solo 7 años.
Para comprobar esta hipótesis se está trabajando en el desarrollo de activadores celulares, que muestren la presencia del virus en la superficie de las células latentes del VIH y, de este modo, poder eliminarlas.
ACTUACIÓN INMEDIATA
Otra de las líneas de investigación para erradicar el VIH es poder actuar antes de la creación de los depósitos virales. “Lo ideal sería poder comprobar qué ocurre al administrar una combinación muy potente en la que participe raltegravir desde el inicio de la infección, antes de la afectación linfática y de la creación de los reservorios (en 2 semanas), pero no es usual que los pacientes sepan inmediatamente que se han infectado”, añade este experto.
Raltegravir bloquea una de las tres enzimas que el VIH utiliza para replicarse e infectar nuevas células. Los fármacos existentes hasta entonces actuaban sobre otras dos enzimas, la transcriptasa y la proteasa. Sin embargo, muchos pacientes eran resistentes a esas familias de fármacos, por lo que la infección avanzaba.
Un estudio en fase III publicado el pasado mes de julio en la revista 'New England Journal of Medicine' en el que participaron el Hospital Clínic y la Fundació Irsicaixa demostró que raltegravir obtenía una importante reducción en la carga viral y un aumento de linfocitos en pacientes resistentes a tratamientos anteriores al cabo de 48 semanas de administración.
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